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RTVE 'coloca' a altos cargos de la línea ideológica del Gobierno antes de las elecciones de 2015

Los movimientos que se han producido recientemente en los despachos que dan acceso a los cargos 'sensibles' de la radio-televisión pública han levantado las sospechas de los organismos que controlan la independencia de la información que se emite en la corporación. La llegada a la Presidencia de José Antonio Sánchez, director general de Telemadrid entre 2011 y 2013; el nombramiento como responsable de informativos de TVE de José Antonio Álvarez Gundín, exsubdirector de La Razón, y la designación en las últimas horas de Eladio Jareño como director del ente en Cataluña parecen confirmar que el Ejecutivo quiere que los contenidos que se emitan en la corporación no le resulten incómodos.

A estos ascensos se une el de Carmen Sastre, jefa de Nacional en la era Urdaci y hasta ahora defensora de la audiencia del ente. Según publica Ecoteuve.es, sustituirá en el cargo a Ángel Nodal, quien era considerado como el número dos del antiguo responsable de los servicios informativos, Julio Somoano.

Marejada en Cataluña con el nombramiento de Jareño

El nombramiento de Eladio Jareño como director de RTVE en Cataluña ha levantado suspicacias entre los trabajadores de la corporación, que temen que el hasta ahora jefe de Comunicación de Alicia Sánchez-Camacho (2009-2014) imponga un control sobre los contenidos informativos de esta delegación.

Jareño es un hombre de confianza de José Antonio Sánchez y será la segunda vez que ocupe ese despacho en Cataluña, pues ya encabezó este centro entre 2003 y 2004, durante la segunda legislatura del Ejecutivo de José María Aznar. Su designación se ha producido pocas horas después de la consulta del 9N, cuyo tratamiento informativo ha sido criticado por el Consejo de Informativos, que consideró inaceptable la "interpretación" de los datos de participación y voto que se efectuó en el Telediario de La 1.

Los trabajadores del centro han expresado a Vozpopuli su temor de que que, con la llegada de Jareño, los informativos pierdan independencia y se desliguen de la realidad social de esta comunidad autónoma, lo que podría acentuar el "preocupante" desinfle de audiencia que se ha registrado en RTVE durante la última legislatura.

El nuevo responsable no lidiará en una plaza fácil, pues aterrizará en un centro con un ambiente crispado a consecuencia de la paulatina pérdida de peso que los estudios de Sant Cugat del Vallés han registrado. Los trabajadores del centro lamentan que las desconexiones territoriales no lleguen a los espectadores en alta definición en la actualidad, en un momento en el que cada vez más personas optan por sintonizar los canales de la televisión pública en esta modalidad. También se quejan de la falta de producción propia y de una "infrautilización" de los platós y unidades móviles disponibles.

El temor de un mayor sesgo informativo

Entre la plantilla de Prado del Rey también ha cundido el nerviosismo con las últimas decisiones tomadas en las altas esferas del ente, hasta el punto que consideran que los relevos en la Presidencia y la Dirección de los informativos suponen una nueva vuelta de tuerca del Gobierno para controlar de una forma más férrea los contenidos de la escaleta del Telediario. Sirva como ejemplo el que el nombramiento de Álvarez Gundín como jefe de informativos sólo fue avalado por el 3,75 por ciento de los trabajadores, en la consulta no vinculante que se efectuó tras conocer su llegada al cargo.

Los trabajadores de la casa tampoco ven claro que con la congelación presupuestaria de RTVE para el próximo ejercicio se puedan mantener las actuales cifras de audiencia -ya a la baja-, lo que pondría en cuestión el actual tamaño de la plantilla. Ante esta situación, y ante las restricciones que marca el plan de viabilidad del ente público en cuanto a gastos de producción y "gestión de los recursos humanos", vuelve a pender sobre los trabajadores la sombra de un expediente de regulación de empleo.

Ahora bien, dentro del Ejecutivo también han surgido tensiones en los últimos meses por el mantenimiento de la influencia en RTVE por parte de sus miembros. A medida que la figura de Leopoldo González-Echenique era arrinconada, ganaba peso la de Enrique Alejo, el hombre de Montoro en el consejo. En este contexto, Soraya Sáez de Santamaría dio un paso al frente y consiguió el nombramiento como presidente de José Antonio Sánchez, su "protegido".

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