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Adiós al dedazo en RTVE: Rajoy no podrá imponer al presidente pese a su victoria

Mariano Rajoy, en RTVE

Pese a que los resultados de las elecciones del pasado domingo abocan a que Mariano Rajoy repita como líder del Ejecutivo durante la próxima legislatura, todo parece indicar que en Radiotelevisión Española no se mantendrá el statu quo que ha imperado durante los últimos años y se producirá una pequeña revolución dentro de sus puestos de mando. La nueva estructura del Parlamento nacional impedirá que el futuro Gobierno designe a un delfín de su partido como presidente de la corporación, puesto que no tendrá la fuerza suficiente en la Cámara Baja como para hacer progresar su candidatura. Esto obligará al PP a buscar acuerdos con otras formaciones para impulsar a su candidato. Si no lo lograra, podría volver a producirse un vacío de poder en RTVE como el que sufrió en 2011, tras la dimisión de Alberto Oliart.

Una de las primeras medidas que tomó el gabinete de Rajoy cuando llegó al Palacio de la Moncloa fue la de cambiar la ley de RTVE para poder elegir a su presidente sin necesidad de alcanzar un consenso con la oposición. Hasta entonces, era necesario que 2/3 de los diputados votaran a favor de un candidato para que pudiera acceder al puesto más alto de la corporación, pero, a partir de la promulgación de ese Real Decreto, bastó con la mayoría absoluta. Eso permitió al PP impulsar primero a Leopoldo González-Echenique y, posteriormente, a José Antonio Sánchez.

PSOE, Podemos y Ciudadanos han expresado, y plasmado por escrito en sus programas, su intención de impulsar las modificaciones legales necesarias para evitar que el partido del Gobierno seleccione a dedo al máximo responsable de la televisión pública. Esto hace peligrar la posición de Sánchez, un periodista muy cercano al PP (llegó a confesar en sede parlamentaria que es votante del partido) que durante los casi dos años de su mandato ha recibido múltiples críticas por el sesgo editorial de los telediarios de La 1.

Podemos ha abierto la puerta a elegir al presidente de RTVE mediante el voto electrónico de los ciudadanos

Ahora bien, las posturas de los tres principales partidos de la oposición no son idénticas. En el caso de los socialistas, su plan de acción para la próxima legislatura pasaría por derogar el Real Decreto 2012 para que vuelva a ser necesaria una mayoría cualificada de 2/3 para nombrar al presidente de RTVE. La formación encabezada por Pedro Sánchez también pretende modificar la actual ley de financiación de la televisión pública -promulgada el 31 de agosto de 2009, con Rodríguez Zapatero en Moncloa- para permitirle conseguir ingresos de algunas fuentes alternativas. En definitiva, para hacerle menos dependiente de la generosidad que aplique el Ministerio de Hacienda al elaborar los Presupuestos Generales del Estado.

Los dos nuevos partidos apuestan por "despolitizar" TVE y quitar algunas competencias al Parlamento a la hora de seleccionar a los miembros de su cúpula. Podemos propone que el máximo responsable del ente público sea elegido en un concurso público, es decir, mediante un sistema que tras las elecciones autonómicas de mayo se ha aplicado en televisiones como el Canal Extremadura. La formación de izquierdas propone que, en caso de que ninguno de los aspirantes consiga el apoyo de las 2/3 partes de la Cámara Baja en un plazo de cinco meses, se realice un referéndum electrónico para que sean los españoles quienes determinen quién debe encabezar la corporación.

Consejeros sin filiación política

Ciudadanos, por su parte, quiere evitar que los partidos introduzcan en el Consejo de Administración a personas de su órbita que miren más por los intereses de quien les propone que por los de la propia televisión. En este sentido, propugna que todos estos cargos -incluido el de presidente- sean escogidos a partir de su "profesionalidad y excelencia". Una vez nombrados, apuesta por establecer unas reglas "estrictas" que garanticen que sus retribuciones son transparentes.

En el punto de mira de las cuatro principales fuerzas políticas se encuentra el caso de Telemadrid, una cadena inmersa en un proceso de cambio para, en teoría, hacerle menos dependiente del Gobierno autonómico y cuyos consejeros han sido designados con el visto bueno de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. De la capacidad de llegar a acuerdos de estos cuatro agentes dependerá la velocidad y la profundidad del cambio que, irremediablemente, se producirá próximamente en RTVE.

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