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Dos coches de Madrid a Londres para la final de Champions sin autorización

El Tribunal de Cuentas incluye en su informe sobre Radiotelevisión Española (RTVE) numerosos dispendios referentes a los transportes utilizados por sus trabajadores. Curiosamente, los miembros del órgano fiscalizador enfatizan un ejemplo al que dedican un epígrafe. Se trata de un caso que destaca por su opacidad. En mayo de 2011, dos vehículos a disposición de la Corporación se desplazaron desde Madrid a Londres, donde se celebraba la final de la Liga de Campeones que enfrentó a Fútbol Club Barcelona y Manchester United. Estos desplazamientos se hicieron sin la preceptiva autorización de los jefes de las secciones cuyos empleados viajaron. Además, tampoco consta motivo alguno que justifique estos desplazamientos. El coste fue de 8.455 euros

En este caso, el informe es contundente: "En ninguna de las dos solicitudes constaba la autorización de los desplazamientos por parte de los responsables de las respectivas unidades (Servicios Informativos y Producción Ejecutiva de Deportes). Tampoco figuraba memoria explicativa alguna donde se justificara la necesidad de proceder a desplazar los vehículos desde Madrid a Londres". O sea, sin el visto bueno de los jefes y sin justificación por parte de quienes utilizaron el servicio.

Alojamiento y peajes de los conductores

Lo que sí se conoce es el coste de haber utilizado ambos vehículos. La Corporación pública pagó la friolera de 8.455 euros. De ellos, 6.820 corresponden a la tarifa internacional aplicada por la empresa de transporte. Y el resto, 1.635 euros, se destinó a pagar el alojamiento y los peajes de los conductores. En todo caso, el montante total fue abonado por CRTVE "previa presentación de los justificantes". Es decir, sí se presentaron facturas para justificar los gastos que hubo que pagar, al contrario de lo que ocurrió con las solicitudes.  

Obviamente, este viaje sin autorización ni motivos aparentes para presenciar la final de la Champions entre Barça y United sugiere una serie de incógnitas que, por el momento, quedan sin respuesta. ¿Por qué los periodistas no acudieron en avión a Londres? ¿No hubiera sido más barato desplazarse en ese medio de transporte? ¿Cuántas personas viajaron en los dos coches pagados por la Corporación? ¿Acaso en los vehículos también iban otras personas que no tenían nada que ver con RTVE? Solo los protagonistas de este curioso viaje conocen las respuestas... 

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