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Luis Enríquez consiguió salvar su puesto en Vocento porque no se abstuvo en la votación

Luis Enríquez

El comunicado que difundió Vocento pocos minutos después de la finalización del Consejo de Administración extraordinario que celebró el pasado miércoles sorprendió entre los consejeros críticos con Luis Enríquez. Entre otras cosas, porque consideran que daba una falsa sensación de unidad; y porque parecía desmentir las informaciones que habían publicado varios medios -incluido Vozpópuli- sobre las turbulencias que han afectado a su órgano de gobierno, con motivo de las diferencias que separan a una parte de los socios capitalistas con el primer ejecutivo.

Hay que tener en cuenta que la reunión extraordinaria se celebró para tratar la continuidad del propio Luis Enríquez, de ahí que llame la atención que el comunicado se iniciara de la siguiente forma: "Vocento quiere salir al paso de las informaciones que en los últimos días han cuestionado la continuidad del CEO de la compañía".

La permanencia del CEO se decidió en una votación que deparó un empate a 5 votos. Santiago Bergareche, Fernando de Yarza, Soledad ‘Petisa’ Luca de Tena, Gonzalo Soto Aguirre y Gonzalo Urquijo apoyaron la opción que implicaba la salida de Enríquez, mientras que el resto de consejeros -incluido el consejero delegado-, la que defendía su continuidad. Si se hubiera abstenido, ahora mismo no sería primer ejecutivo del grupo, tal y como explican fuentes presentes en esa reunión.

La compañía tenía todo preparado para el relevo y tanto los aliados como los críticos con Enríquez consideraban que la opción más probable es que fuera cesado. Para sustituirle, el Comité de Nombramientos y Retribuciones había propuesto a Iñaki Arechabaleta, un histórico del grupo que ha estado presente en su organigrama desde su fundación, a principios de siglo. Sin embargo, su candidatura no prosperó.

El mensaje de Vocento

La nota que transmitió el pasado miércoles la empresa afirmaba que Enríquez cuenta con el respaldo del presidente, Ignacio Ybarra, y del Consejo de Administración de Vocento, así como "con el apoyo explícito los inversores institucionales". De hecho, el propio Francisco García Paramés dirigió recientemente una carta a los accionistas del grupo para respaldar a su actual consejero delegado, tal y como publicó El Confidencial.

Ahora bien, el comunicado no hablaba de la fuerte oposición interna que tiene el primer ejecutivo de la compañía, que ha maniobrado desde que fue nombrado, en 2011, con mayor o menor intensidad, dependiendo del momento, para tratar de desbancarle. Sin ir más lejos, el pasado otoño los Bergareche y compañía convocaron un Consejo de Administración extraordinario para tratar de sustituirle. La cita, sin embargo, no se llegó a celebrar tras percatarse los críticos de que no tenían los apoyos suficientes para lograr su objetivo.

Los partidarios de Enríquez -entre los que se encuentra la familia Ybarra, con tres consejeros, entre los que está el presidente del grupo- defienden su plan estratégico y los resultados de su gestión, que consideran que ha permitido a Vocento mantener una buena salud financiera en uno de los momentos más difíciles de la historia de la prensa, sino el que más. Sus detractores no comparten estos argumentos y, de hecho, se muestran pesimistas con respecto a las posibilidades de la empresa de mantener su posición actual si no participa de una forma activa en el proceso de consolidación del sector.

Una buena operación -consideran- hubiera sido la adquisición del Grupo Zeta. Sin embargo, los actuales directivos de la compañía consideraron muy elevado el precio que pidieron los Asensio por el grupo y se mostraron contrarios a pujar por sus activos. Una estrategia que fue respaldada por el Consejo.

Más allá de opiniones, los resultados económicos durante el pasado ejercicio, la compañía logró una facturación de 386 millones de euros (-2,3%) y un EBITDA de 41,17 millones (+4%). Su deuda financiera ascendía el pasado 31 de diciembre a 64,4 millones de euros (-19%).

Futuro complejo

A partir de ahora, está por ver si los accionistas cierran filas, finalmente, alrededor del consejero delegado o si se mantiene la tensión en el Consejo, donde se han producido varios enfrentamientos durante los últimos años; y en el que han existido fricciones entre los socios desde poco después de su fundación. Algunas de las cuales, por cierto, enraizadas en las diferencias históricas que han separado a las familias de los accionistas.

En el grupo de consejeros críticos existían diferentes sensaciones este viernes al respecto. Alguno expresaba su disposición a mantener la estrategia para provocar la salida del consejero delegado en cuanto sea posible, mientras que otros consideraban que ha llegado el momento de poner fin a las hostilidades. En cualquier caso, rechazan el mensaje de unidad que ha transmitido oficialmente la compañía. Entre otras cosas, porque no existe. 

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