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Ferreras saca partido del desgobierno: su audiencia se incrementa un 15%

El periodista Antonio García Ferreras

La situación de desgobierno que vive España, motivo de desazón de las grandes empresas y de desaliento de los inversores, ha resultado provechosa para Antonio García Ferreras, quien ha sabido utilizar la incertidumbre política como gancho para congregar a un mayor número de espectadores ante el televisor. Su programa matinal de análisis de la actualidad política, Al rojo vivo, ha incrementado su audiencia considerablemente durante las últimas semanas, en las que las noticias relacionadas con el futuro Ejecutivo y las negociaciones entre los partidos y sus candidatos se han sucedido de forma constante. En comparación con el año pasado, su número de seguidores es un 15% mayor y su share, 2 puntos superior.

El de García Ferreras forma parte de ese grupo de programas a los que Mariano Rajoy acusó tras las elecciones autonómicas del pasado mayo de perjudicar al Partido Popular por el "martilleo continuado" que han realizado de sus casos de corrupción. Pertenece a La Sexta, la cadena "de centro-izquierda" de Atresmedia a la que Cristóbal Montoro tildó de "poco objetiva" hace unos meses y a la que Esperanza Aguirre definió la pasada semana como "la secta" por su beligerancia hacia el partido conservador.

El programa de García Ferreras ha sido líder en las citas políticas de más relevancia, como las elecciones generales, las catalanas o las autonómicas

Más allá de estas críticas, procedentes desde Moncloa y desde Génova, lo cierto es que la fórmula de sus programas de tertulia y análisis político funciona; y un buen ejemplo es el de Al rojo vivo, un programa que se ha convertido en uno de los buques insignias del canal y en una de las referencias informativas de la franja matinal. Pese a los reproches que recibe desde la derecha, que le acusa de estar escorado hacia la izquierda y de ser defensor e impulsor de Podemos.

Si se compara la audiencia que registró Al rojo vivo hace un año con la actual, se puede observar cómo ha mejorado en aproximadamente un 15%. Prueba de que la situación de desgobierno ha sido beneficiosa para García Ferreras es que desde el 21 de diciembre de 2015 (día después de las elecciones generales) hasta el 24 de febrero de 2016, su cuota de pantalla ha sido del 13,1%, frente al 11,2% del mismo periodo del año anterior. En número total de espectadores, eso se traduce en un incremento desde los 696.000 seguidores de media hasta los 820.000. En comparación con los meses anteriores a las elecciones generales, la audiencia también ha sido mejor, pues en octubre fue de 689.000 personas de media y en noviembre, de 770.000.

El peso de Ferreras en las grandes citas

Cuanta más carga política contiene la agenda española, mejores resultados consigue García Ferreras. Uno de los ejemplos más cercanos se encuentra en la jornada en que se celebró la toma de posesión de los nuevos diputados, en la que consiguió un share del 14,8%. El día del cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, los especiales de Al rojo vivo fueron líderes tanto antes como después del encuentro, lo que ayudó a La Sexta a ser la cadena preferida para seguir el coloquio, por encima de La 1 y Antena 3.

En la noche de las elecciones generales, García Ferreras y Ana Pastor también se impusieron a sus competidores con claridad, pues frente al 17,6% que consiguieron, La 1 obtuvo un 9,8%, Antena 3 un 9,7%, Telecinco un 7,7% y Cuatro un 5,2% . Y lo mismo ocurrió el 27 de septiembre, el día de los comicios catalanes, y el 24 de mayo, cuando se celebraron los municipales y autonómicos.

Los debates de 13TV, de corte conservador, también han mejorado consideramente su audiencia durante los últimos meses

Lo cierto es que la incertidumbre existente sobre la identidad de los próximos moradores del Palacio de la Moncloa también ha beneficiado a las tertulias de 13TV, una cadena que se encuentra en las antípodas ideológicas de La Sexta, como se demuestra en sus profundas diferencias de enfoque al tratar informaciones sobre el PP y Podemos. Tal y como detalló este periódico, entre el 21 de diciembre de 2014 y el 11 de febrero de 2015, su programa de debate de prime-time, El cascabel al gato registró una cuota media de pantalla media del 2,3%, con 461.000 espectadores. Durante el mismo período de este ejercicio, el share de este programa fue del 3,7%, con 638.000 seguidores diarios. Es decir, un 28% más alto.

Lo mismo ha ocurrido con La marimorena, presentado por Carlos Cuesta y emitido durante los fines de semana. Desde el 20 de diciembre y hasta mediados de febrero, su audiencia ha rozado el 4%, bastante por encima de la media de la cadena de la Conferencia Episcopal. Al igual que ocurre con los espacios de La Sexta -como La Sexta Noche-, su fórmula del éxito consiste en contar a sus espectadores la actualidad con un toque visceral y un componente ideológico que coincide con el de su espectador medio.

Un buen ejemplo, en este sentido, es el que se observó el pasado 15 de febrero, cuando García Ferreras se alejó de su papel de moderador-presentador y respondió de la siguiente forma a las críticas de Esperanza Aguirre, en las que definió a su canal como "la secta": "No le gustan las preguntas. No le gusta la verdad. (...) Insulta a La Sexta permanentemente. Ella prefiere mamporreros mediáticos. Pues nosotros vamos a preguntar. Y si le gusta, bien. Y, si no, nos da igual. Miedo no tenemos ninguno. Aunque luego llame a sus mamporreros para que nos ataque (...). Esperanza está acostumbrada a los pelotas, y aquí no le vamos a hacer la pelota, Esperancita, miedo, ninguno".

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