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Caño no frena la caída libre de ‘El País’ y Prisa le presiona para que encuentre soluciones inmediatas

El director de 'El País', Antonio Caño

Los malos tiempos por los que atraviesa el sector de la prensa escrita se escenifican en el diario El País como en ningún otro sitio. La pérdida de ventas y difusión de este periódico ha sido constante durante los últimos años y desde el Grupo Prisa no han encontrado la clave para revertir esos datos. El director que anunció Juan Luis Cebrián el pasado febrero y consagró en mayo, Antonio Caño, tampoco ha sabido solucionar la sangría en los quioscos, lo que ha puesto nerviosos a los editores, que según fuentes de la compañía consultadas por Vozpópuli, han reclamado a Caño soluciones inmediatas para mejorar sus resultados.

Fuentes del Grupo Prisa han precisado que el propio consejero delegado de la compañía, José Luis Sainz, ha trasladado a Caño su gran preocupación por la ausencia de signos de recuperación en la edición en papel del diario. En 2014, el periódico perdió alrededor un 10% de lectores y de difusión, respectivamente, lo que acentuó su crisis y puso en cuestión, aún más, la viabilidad del actual modelo de negocio. El acercamiento al Gobierno que impulsó el nuevo director a su llegada –con la connivencia de Cebrián- parece que no ha servido para atraer a un perfil de lector más conservador, como tampoco ha sido del agrado del tradicional comprador progresista, como es lógico.

Malestar en la redacción

Caño llegó al diario hace unos meses con la vitola de conciliador. Las relaciones entre la plantilla y el anterior director, Javier Moreno, eran muy tensas después del Expediente de Regulación de Empleo que culminó con el despido de 129 trabajadores a finales de 2012. Con la llegada del nuevo responsable se esperaba una mayor sintonía entre la redacción y la planta noble, sin embargo, entre los periodistas existe un pensamiento generalizado de que su modelo informativo no es acertado. También de que los hombres de los que se ha rodeado no están lo suficientemente capacitados para secundarle en las decisiones más complejas.

El acercamiento de Antonio Caño a Moncloa y a la Casa Real le ha supuesto duras críticas en la redacción de El País

Prueba de este último hecho es que la plantilla votó en contra –en un proceso consultivo- del ascenso a director adjunto de David Alandete, al que se considera como el “director en el día a día” del diario, así como de Eva Saiz, la subdirectora. A ambos se les acusó en su momento de "tener pocas tablas"; y desde la redacción se les culpa de algunos de los errores informativos más embarazosos de los últimos meses. “Caño dijo al llegar que su intención era la de acercarse a los periodistas y trabajar al lado suyo, pero ha demostrado todo lo contrario. Se ha rodeado de su gente de Washington (dirigía esa corresponsalía, en la que Alandete y Saiz trabajaron a su lado) y es igual de ajeno a la redacción que lo era Moreno”, critican fuentes desde Miguel Yuste.

Su guiño a la Casa Real con el fichaje del exjefe del rey Juan Carlos, Javier Ayuso, como adjunto al director, así como su acercamiento a Moncloa y su especial buen trato a Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría tampoco han sido del agrado de la mayoría de los periodistas más veteranos del diario. Menos aún de los lectores, como se pudo comprobar, por ejemplo, con el incendio que causó la pasada semana en las redes sociales el artículo en el que se denunciaba que Juan Carlos Monedero falseó su currículum. “El Defensor del Lector –Lola Galán- recibió multitud de cartas y casi todas incluían críticas a la falta de rigor de la información y al ataque gratuito a Podemos”, apuntan desde el periódico.

Un hombre cómodo para el Gobierno

Los informantes del Grupo Prisa consultados por este medio descartan que Caño esté en el alambre, dado que resulta cómodo para Moncloa y mantiene un trato cordial con Juan Luis Cebrián, al que defendió en el pasado en asuntos espinosos, como el ERE de 2012. Pero aseguran que si en los próximos meses no consigue que el periódico abandone su espiral descendente, "agotará su crédito".

Una de las fórmulas para auspiciar la remontada pasaría por potenciar la publicación de exclusivas, lo que devolvería al periódico una parte del protagonismo del que gozó hace ya varios años en la sociedad española. Pero desde la redacción le consideran "muy timorato" para dar salida a los temas políticos que pudieran posicionar al periódico en contra de algún partido o institución.

Lo que está claro es que la delicada situación financiera del Grupo Prisa condiciona el futuro del periódico y requiere las soluciones rápidas que desde el grupo le reclaman ahora a Caño. La pregunta que se plantea, en este contexto, es: ¿será capaz de encontrarlas?

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