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Sánchez se parapeta en ‘El País’, su único aliado frente al PP y los barones

Pedro Sánchez

El diario El País se ha convertido en el más enconado y casi único defensor de Pedro Sánchez. Del malherido soldado Sánchez. Desde que las elecciones generales del pasado 20 de diciembre situaran al PSOE en la peor posición de su historia reciente, el periódico dirigido por Antonio Caño ha proporcionado techo y abrigo a su secretario general y le ha protegido de las acometidas de un Partido Popular que le ha presionado para que no torpedee la investidura de Mariano Rajoy. También le ha socorrido ante los furibundos ataques de los barones territoriales, que han olido la sangre y han tratado de acorralar al que, sobre el papel, es su líder. En este tiempo, han sido varios los artículos, portadas y editoriales que han amparado al candidato y han ensalzado sus argumentos frente a los de sus rivales políticos.

La evolución que ha seguido la línea editorial de El País durante 2015 resulta, cuanto menos, sorprendente. A principios del año pasado, era respetuosa con el pacto de no agresión que Prisa firmó con Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría tras su refinanciación. En las semanas previas a la campaña electoral, giró hacia Ciudadanos y comenzó a fiscalizar al Ejecutivo. Por cierto, tras negarle Rajoy a Cebrián una licencia de TDT. En los días previos a los comicios, el periódico se decantó por el PSOE y ahora, cuando ha llegado la época de los pactos y de la autocrítica de los partidos, se ha posicionado a favor de Sánchez. De un Sánchez que no tiene aliados en el sector de la prensa escrita.

'El País' ha considerado "oportunista" la estrategia de Podemos, perjudicial para Sánchez y sus aspiraciones de gobernar

Especialmente significativos fueron los editoriales que publicó el diario los pasados días 27 y 29 de diciembre, en los que llamaba al PSOE a permanecer unido alrededor de su candidato y a concederle el margen de maniobra suficiente para poder negociar con otros partidos y erigirse como una alternativa a Rajoy en la carrera por la Presidencia

“Pedro Sánchez necesita contar con los dirigentes territoriales, y estos no ganan nada desestabilizando al secretario general como si estuvieran ya en la última casilla antes de la repetición de elecciones y de la celebración de un congreso en el que, ahí sí, habrá de dirimirse la batalla por el poder interno. Hace falta un PSOE fuerte y no dividido en luchas intestinas”, destacaba uno de estos textos.

La línea roja del referéndum en Cataluña

En otro artículo, los editorialistas del diario criticaban directamente a los barones socialistas por establecer como línea roja para que Sánchez negocie con Pablo Iglesias para formar gobierno el que Podemos renuncie a su apoyo incondicional al referéndum en Cataluña. "Es bastante paradójico que el Partido Socialista sea el mismo que anima, como es debido, a Rajoy a negociar sin condiciones previas con Mas", relataba.

No obstante, El País también ha trasladado la presión a la formación morada, a la que ha acusado de mantener una estrategia oportunista. "Los cálculos tacticistas dominan esta parte de la llamada nueva política al menos tanto como la que criticaba anteriormente. La actitud de Podemos (con temas como el referéndum catalán) impide cualquier gobierno alternativo al del PP (...). Iglesias no parece dar mucha importancia a que la legislatura quede bloqueada", destacaba.

Pedro Sánchez apenas si tiene apoyos en la prensa. La conservadora le rechaza y la progresista mira hacia sus barones o hacia partidos más extremistas

Realmente, al rotativo progresista no se le puede acusar de veleidoso en cuanto a su actitud con Podemos, pues ha expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a los postulados defendidos por Iglesias y los suyos. Pero lo que sorprende es que denuncie su inflexibilidad con respecto al plebiscito en Cataluña a la vez que utiliza este asunto para golpear a los jefes autonómicos socialistas que quieren desbancar al líder de los socialistas. A estos, por cierto, también los censura por su intransigencia en este punto, después de haberse puesto en manos de Podemos o de formaciones que coquetean con el independentismo, como Compromís, para poder gobernar en comunidades autónomas y ayuntamientos.

Lo que parece fuera de toda duda es que a Sánchez le quedan muy pocos apoyos en una ejecutiva socialista en la que muchos le reciben en cada reunión con los cuchillos afilados y en un sector mediático en el que la prensa de derechas le ataca sin cuartel y la de izquierdas, o cuestiona su liderazgo, o mira directamente hacia posiciones más extremistas. La excepción, en este sentido, es el periódico de Juan Luis Cebrián, que, después de un tiempo de titubeos, ha vuelto a asumir los argumentos que le llegan dese la Secretaría General del PSOE. El partido bajo cuyo paraguas se situó durante el 'felipismo', pero también el que le dio de lado cuando, con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, aparecieron Jaume Roures y su camarilla y Prisa pasó a un segundo plano.

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