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Soraya contra todos: un debate a la americana que Rajoy verá desde su sillón

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría

El primer debate electoral de la historia de España se celebró 33 años después de que los estadounidenses vieran sudar la gota gorda a Richard Nixon ante J.F.Kennedy. Fue en 1993 y José María Aznar se rodeó de un grupo de periodistas de confianza y de asesores del círculo de influencia de la CEOE para prepararlo. Cuentan quienes estuvieron presentes en los ensayos que al expresidente lo sentaban en una sala, frente a una televisión que emitía imágenes de Felipe González en diferentes contextos, y le hacían rebatir sus argumentos. Una y otra vez. Corrigiendo su lenguaje y sus tics al final de cada intervención. Haciéndole ver dónde se encontraban los puntos débiles del púgil que iba a tener enfrente. En aquellas sesiones consiguieron que un político que no destacaba precisamente por su verbo fácil derrotara a un viejo zorro como Felipe González en el cara a cara que mantuvieron en Antena 3. Esta cadena organizará este lunes el debate más esperado de la campaña electoral, el que medirá a las cuatro formaciones políticas que aspiran a gobernar o a pactar con el ganador. Mucho ha cambiado España desde que se celebrara el primer encuentro de estas características hace 22 años, aunque el formato de este tipo de coloquios apenas si ha variado. De hecho, el de Atresmedia será el primero en unas elecciones generales en el que no haya tiempos prefijados. Algo es algo.

Desde la compañía audiovisual sita en San Sebastián de los Reyes han vendido la cita como revolucionaria. Como la primera en la que los periodistas -y no los partidos- llevarán la manija. Como se ha hecho en otros países desde antes de que la democracia llegara a España. Incluso "podremos preguntar, pedir matices (a las respuestas) y repreguntar", afirmó este sábado Ana Pastor, la presentadora que lo moderará junto con Vicente Vallés.

En el debate habrá 100 cámaras, 70 micrófonos y 10.000 luces 'led'

Su retransmisión se realizará de forma simultánea en Antena 3, La Sexta y Onda Cero, y estará precedida y seguida por dos programas especiales que conducirán Susanna Griso y Antonio García Ferreras. Cada uno en su cadena. Con su estilo y con su muy distinta línea editorial, como permitió José Manuel Lara por el bien de su cuenta corriente y como ha mantenido el nuevo líder del grupo, José Creuheras. Desde Atresmedia, dicen que serán 70 micrófonos y 100 cámaras las que captarán el diálogo entre los candidatos. Eso sí, la mayoría de los focos apuntarán hacia Soraya Sáenz de Santamaría, quien defenderá los intereses del Gobierno y del Partido Popular ante la espantada de Mariano Rajoy, que verá el coloquio desde su sofá.

Desde Génova se prefirió apartar al presidente de cualquier debate en el que participaran Albert Rivera y Pablo Iglesias, los aspirantes a cambiar las Instituciones de una forma más o menos radical y creíble. Sus asesores le han diseñado una campaña en la que su combate más complicado será el cara a cara que mantendrá el día 14 contra el titubeante e impostado Pedro Sánchez.

Más allá de esa cita, dispondrá de espacios para el lucimiento en programas como el de María Teresa Campos, al que asistirá el próximo 12 de diciembre. La aparición que más complicaciones podía suponerle, en La Sexta Noche, la pasó este sábado con un aprobado raspado. Respondió a todas las preguntas que le trasladaron 16 ciudadanos, pero en su discurso abundaron los circunloquios y las evasivas. ¿Sube usted o baja?.

Cuatro periodistas controlarán el tiempo que utilizan los candidatos para hablar de cada tema

Seguimiento al minuto

El debate en el que participará esta noche su enviada especial, Sáenz de Santamaría, durará dos horas. No habrá ni sillas ni mesas, y los participantes estarán de pie de principio a fin. A su alrededor, la organización ha dispuesto una grada con capacidad con 300 personas a las que se prohibirá expresamente abuchear o aplaudir para no influir en los participantes. Estos, no podrán utilizar el teléfono móvil y sólo podrán recurrir a un asesor durante los cortes para publicidad.

Durante la semana pasada, se han sorteado los turnos y la posición de los candidatos. En las esquinas estarán Pedro Sánchez y Soraya, mientras que en el centro, Rivera e Iglesias. Las primeras dos horas las emplearán para debatir sobre dos grandes bloques: por un lado, economía y Estado del Bienestar (crisis, desempleo, reforma laboral, salarios, impuestos, sanidad pública y deuda) y, por otro, reforma de las Instituciones (Cataluña, Justicia, Constitución, Ley Mordaza, Senado y medios de comunicación).

Un equipo de cuatro periodistas se encargará de medir el tiempo que utiliza cada uno de ellos en cada tema para, en caso de que sea necesario, compensar a quien haya hablado menos. Cuando acabe el último turno, los cuatro dispondrán de un minuto por cabeza para pedir el voto.

Una semana después del minuto de gloria de Cebrián

Este encuentro tiene lugar una semana después del que organizó Juan Luis Cebrián para la web de El País. El presidente ejecutivo de Prisa, cuyo grupo se quedó sin televisión en abierto tras vender Cuatro a Mediaset por ser incapaz de rentabilizarla (y con una deuda multimillonaria), quiso tener su minuto de gloria antes del 20 de diciembre y propuso a los partidos un debate a 4 bandas.

Lo hizo a sabiendas de que Rajoy no acudiría y tan sólo unas semanas después de que dedicara un editorial de su rotativo generalista a echar pestes contra el Gobierno por haberle negado un nuevo canal para la TDT. Es decir, como una especie de venganza hacia el Ejecutivo por negarse a concederle otra prebenda. En Génova se ofrecieron a que Sáenz de Santamaría ejerciera de portavoz en el debate, pero Cebrián no aceptó y prefirió celebrar un coloquio entre Sánchez, Rivera e Iglesias, con un atril vacío: el del PP. El País lo vendió como un acontecimiento histórico y le dedicó cuatro de sus portadas. Primero nosotros, luego la actualidad. Cebrián volvió a mirarse al ombligo. Así es él.

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