Publicado: 18/03/2016 04:00
Los responsables de RTVE decidieron hace unos meses contratar a la empresa audiovisual Proamagna para realizar un programa semanal de entrevistas presentado por Bertín Osborne. Este espacio se podía haber producido dentro de la corporación, dado que los medios técnicos que requiere son bastante rudimentarios. Pero los gestores de la televisión se lo encargaron a la compañía de Pablo Carrasco, exdirectivo de la casa. Es decir, decidieron comprar lo que se podía haber producido con recursos propios. Y, claro, asumir que en la factura que recibirían se incluiría el beneficio industrial del adjudicatario. El resultado de esa apuesta es ya conocido: en cuanto Proamagna ha recibido una oferta más alta, ha dado un sonoro portazo a TVE, algo que ha suscitado duras críticas a esta empresa por su falta de lealtad, pero también al presidente del ente público, cuya política de externalizar la parrilla de programación es "cara e ineficiente", denuncian sus detractores en el Consejo de Administración.
Cada vez que el órgano de gobierno de la corporación aprueba un contrato con una productora audiovisual, Radiotelevisión Española se aleja un poco más de cumplir la ley. El Mandato Marco por el que se rige, aprobado en 2007, estipula que el 55% de sus espacios de entretenimiento y variedades debe realizarse en sus estudios. Según el informe de la Intervención General del Estado correspondiente al ejercicio 2014, sólo el 31,85% de estos contenidos se hace dentro de la casa. Lejos de corregir este desvío, sus consejeros siguen votando a favor de externalizar la parrilla de programación. Sólo en enero, dieron su visto bueno a un gasto de 28 millones de euros en este concepto.
Sólo en enero, RTVE gastó 28 millones de euros en nuevos contratos con productoras audiovisuales
Los miembros más críticos con José Antonio Sánchez denuncian esta práctica en cada una de las reuniones, puesto que consideran que con los medios técnicos de los que dispone la corporación, sería posible realizar en los estudios de Prado del Rey una buena parte de los programas que se contratan a las productoras. Pero estas quejas no han servido para que el presidente abandone este modus operandi. "Evidentemente, no tenemos la capacidad para grabar una serie de prime-time, pero un espacio de entrevistas, como En la tuya o en la mía, más que de sobra. Y mucho más barato", recuerdan fuentes del Consejo. En este sentido, cabe recordar que la plantilla de RTVE está compuesta por 6.400 trabajadores (más que la suma de Atresmedia y Mediaset) y cuesta a las arcas del Estado un total de 380 millones de euros anuales.
La historia de Bertín Osborne con RTVE
La llegada de Bertín Osborne a Televisión Española se confirmó hace un año, cuando su Consejo de Administración aprobó la compra de nueve programas de En la tuya o en la mía a razón de 70.000 euros por cada edición. Unos meses después, los responsables de la corporación decidieron incrementar el importe de este contrato ante los excelentes resultados de audiencia que había obtenido y los primeros rumores del posible interés de una televisión privada por adquirirlo. A partir de entonces, la productora de Pablo Carrasco ha percibido 89.000 euros por cada entrevista.
El mes pasado, el presidente planteó a sus consejeros la renovación de este espacio. Ahora bien, los directivos acordaron que, ante la inminencia de una sesión de investidura de resultado incierto, la mejor fórmula era la de comprar tan sólo 5 programas. Según la versión oficial de RTVE, a la productora se le prometió que en la reunión del Consejo de marzo se firmaría el contrato para renovar el programa hasta el próximo julio, ante lo que expresó su visto bueno. "Sin embargo, 48 horas después de que la empresa fuera informada por segunda vez del acuerdo del Consejo, su titular comunicó a RTVE que había contactado con otro operador, planteándolo en este caso como un hecho consumado".
Proamagna percibía 89.000 euros por cada entrevista realizada por Bertín Osborne
Ese operador es Mediaset, que planteó a esta empresa una oferta irrechazable. Por cada programa de 70 minutos que le entregue, le pagará 225.000 euros, de los que el 10% serán para Bertín Osborne. Por las entrevistas de 80 minutos, obtendrá 25.000 euros más. El acuerdo incluye una bonificación de 1.000 euros por cada décima de audiencia que consiga por encima del 18% de la cuota de pantalla.
En resumidas cuentas, si hasta ahora Proamagna obtenía por el paquete de 18 programas un total de 1,6 millones de euros, a partir de este momento recaudará entre 4 y 4,5 millones. De esta cantidad, según han publicado varios medios de comunicación, el 10% será para el presentador.
La desigualdad con las televisiones privadas
La "espantada" de Bertín Osborne supone un duro golpe para Televisión Española, que tendrá que prescindir obligatoriamente del programa más visto de La 1. Salvo que encuentre un sustituto a la altura -tarea complicada-, esto agravará la crisis de audiencia en la que se sumió hace muchos meses y que le llevó a rozar durante 2015 sus mínimos históricos de cuota de pantalla.
Una vez más, una de las cadenas privadas le arrebatará un formato de éxito, como ocurrió con precedentes como Operación Triunfo. Esto da cuenta del abismo que media actualmente entre Atresmedia y Mediaset, que el año pasado cerraron con beneficios multimillonarios, y Radiotelevisión Española, con unas dificultades financieras que se han agravado durante la actual legislatura debido a los recortes presupuestarios que la crisis económica obligó a efectuar en 2012.
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