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La incertidumbre política engorda la ‘TDT Party’: se dispara la audiencia de los debates de 13TV

El presentador de 'El cascabel al gato', Antonio Jiménez

La 'TDT Party' ha aprovechado la incertidumbre política que se vive en España para hacer su agosto particular. Este pequeño sector de la televisión en abierto, situado a la sombra de las cadenas generalistas, cerca de esa tierra de nadie que cohabitan canales esotéricos, religiosos y de televenta, ha sabido sacar provecho del desgobierno del país para atraer al público conservador hacia su género estrella: las tertulias. El último mes y medio ha sido especialmente propicio para 13TV, la cadena tutelada por la Conferencia Episcopal, que en enero batió su mejor registro histórico de audiencia y cuyos programas El cascabel al gato y La marimorena han crecido considerablemente en cuota de pantalla.

La receta que han aplicado estos programas de televisión desde que se produjo el apagón analógico es sencilla: habla a su público de lo que quiere escuchar. Aunque los temas que se traten no sean novedosos, ni especialmente relevantes. Suscita más polémica Venezuela que el incumplimiento del objetivo de déficit. Los debates de Intereconomía encontraron en los errores del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero un buen reclamo para atraer la atención del votante de derecha. Atresmedia y Mediaset siguieron la misma estrategia cuando decidieron otorgar un mayor protagonismo a los políticos de Podemos e Izquierda Unida en sus tertulias, sabedores de los buenos resultados de audiencia que deparaban los programas en los que se hablaba del descontento popular generado por la crisis económica. La táctica funciona y 13TV ha sabido sacar provecho de ella.

La audiencia de 'El Cascabel' es casi un 30% más alta que hace un año

En un momento en que es imposible adivinar quién habitará el Palacio de La Moncloa durante los próximos años, y en el que el ciudadano conservador comienza a atisbar en el horizonte la sombra de un Gobierno progresista entre el PSOE y Podemos, los programas en los que se analizan los efectos políticos y económicos de la entrada en el Ejecutivo de la formación liderada por Pablo Iglesias, sus propuestas más polémicas, su posición sobre Cataluña o su vinculación con países como Venezuela e Irán han despertado el interés de una parte de la población de ese perfil y han engordado los datos de audiencia de la 'TDT Party'. A esto, por cierto, también ha ayudado el Partido Popular, que ha programado la visita de algunos de sus ministros a estos espacios televisivos, lo que ha contribuido a mejorar su share.

Basta con comparar los datos que registró la cadena de la Conferencia Episcopal a principios de 2015 con los que ha cosechado este año para calibrar la importancia de este fenómeno. Entre el 21 de diciembre de 2014 y el 11 de febrero de 2015, El cascabel al gato registró una cuota media de pantalla media del 2,3%, con 461.000 espectadores. Durante el mismo período de este ejercicio, es decir, desde el día después de las elecciones generales hasta este jueves, el share de este programa fue del 3,7%, con 638.000 seguidores diarios. Es decir, un 28% más alta. El registro está lejos de programas como Al rojo vivo, Las mañanas de Cuatro o La Sexta noche, pero su crecimiento ha sido significativamente mayor.

El cascabel al gato no es el único programa de debate de este canal que ha pulverizado sus mejores registros durante los últimos tiempos, puesto que La marimorena, presentado por Carlos Cuesta y emitido durante los fines de semana, también ha sabido pescar en río revuelto. Su cuota media de pantalla desde que se celebraron los comicios del 20D ha sido del 3,9%. Su mejor dato lo obtuvo el 24 de enero (4,7% y 800.000 espectadores), dos días después de que Mariano Rajoy rechazara el someterse a la investidura. En el programa, se habló de las amenazas que plantearía un Gobierno entre Sánchez e Iglesias, una garantía de éxito en este tipo de coloquios.

La difícil situación de 13TV

La remontada de la audiencia de 13TV ha llegado en un momento en el que acaba de estrenar el permiso de emisión con la que le obsequió el Ejecutivo en el concurso que celebró en 2015. Esto le ha supuesto un ahorro anual de alrededor de 2 millones de euros en el alquiler de la licencia -hasta ahora, a Unidad Editorial-, pero no ha solucionado sus problemas económicos. Según reflejan sus cuentas, sus pérdidas durante los últimos años han ascendido a 40 millones de euros y su cuota de pantalla tendrá que mejorar significativamente si quiere atraer el interés de los anunciantes y hacer rentable este canal.

La cadena de la Conferencia Episcopal ha perdido 40 millones de euros en los últimos ejercicios

Ahora bien, en el camino tendrá que sortear varios obstáculos. El principal es la imposibilidad de competir de tú a tú con las todopoderosas Atresmedia y Mediaset, que acaparan el 85% del mercado publicitario y cuyo aplastante dominio de la TDT ha provocado la asfixia de varios pequeños competidores desde que se produjo el apagón analógico. A esto se suma el que, durante las próximas semanas, llegarán al mercado nuevos canales, como el de Kiss FM, el de Secuoya y el del Real Madrid, que si bien no rivalizarán con 13TV en el terreno de la política, sí que podrían arrebatarle unas valiosas décimas de audiencia en el entretenimiento.

El principal reto que deberán asumir en los próximos meses los Obispos es el de incrementar sus ingresos. A su favor, contarán con el hecho de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) eliminará en breve la prohibición a Mediaset de comercializar la publicidad de terceros canales, lo que podría facilitarle el trabajo. En su contra, con que en 2016 se espera una contención del gasto de los anunciantes que afectará a todo el sector, pero, especialmente, a los pequeños competidores.

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