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‘El Roast’ de Wyoming, un gran despropósito en Comedy Central

El Roast fue grabado hace un mes (Imagen: Comedy Central).

En España ya se ha visto algún 'Roast', como el que protagonizó Santiago Segura el pasado 2014 y que en esta ocasión estuvo como invitado junto a Loles León, Pablo Carbonell, Yolanda Ramos, Falete, Antonio Castelo y Arturo Valls. Y como maestro de ceremonias, Andreu Buenafuente, quien también aprovechaba para repartir caña. 

El programa fue grabado hace un mes, el pasado 16 de junio en el Teatro Barceló de Madrid, y aunque no ha pasado mucho tiempo, sí que ha sido el suficiente para que algunos matices queden añejos, como cuando le hablaban a Yolanda Ramos de un proyecto que iba a hacer próximamente con animalitos, y que se trata de 'Vaya Fauna', espacio que precisamente no ha pasado desapercibido en sus dos semanas en antena.

A grandes rasgos, se trató de un programa que hacía aguas por todos lados. Las críticas a Wyoming no pasaban del llamarle cocainómano tal como hizo antaño Miguel Ángel Rodríguez, y de acusarle de hablar mucho y usar tirantes para presentar 'El Intermedio' porque le “pesan los cojones”. Y es que en este 'Club de la comedia' del insulto la elegancia brilló por su ausencia y se intentaba fomentar el humor chabacano y soez.

Además, los invitados no solo criticaban a Wyoming, sino también entre sí, con perlas como cuando Antonio Castelo le dijo Falete que estaba orgullso de España porque Falete es “mucho más maricón que gordo y nadie hace bromas con eso”. Y así con todo, desde el poco éxito de 'Torrente 5' hasta la falta de trabajo de Pablo Carbonell.

Un humor poco acertado

La edición y montaje de 'El Roast' no fue especialmente cuidada. Y es que se notaba a leguas que el público no se reía cuando los protagonistas así lo querían, recordando en cierta medida a aquella Eva Hache que no dio una en los premios de la Liga de Fútbol. Quizá, quien destacó más en su texto fue Falete, quien se reía primero de sí mismo antes de hacerlo de los demás, y haciendo alarde de su feminidad fingía tirar los tejos a todo bicho viviente.

Uno de los principales problemas es que allí el personal no sabía del todo a lo que iba, especialmente Yolanda Ramos, que parecía un pulpo en un garaje. Y es que cuando le atacaban de algún modo, por ejemplo, llamándola fea, ella se indignaba y se preguntaba que qué clase de programa era ese; otras, sencillamente, le lanzaban un dardo y ella decía que qué le habían dicho, que no se había enterado porque mentalmente estaba repasando su intervención.

Al final, llegó el turno de réplica y el Gran Wyoming ajustó cuentas con todos los presentes, que entonces ya guardaban silencio y sonreían ante las respuestas del presentador, al que todo se la resbaló y salió campante de los ataques sobre si tiene el pene pequeño, sobre si es vago o si solo trabaja con mujeres atractivas. Y acabó su Roast por la puerta grande, dejando aflorar su lado musical -el cual también fue criticado-, tocando la guitarra junto a Raimundo Amador y demostrando que al fin y al cabo aquello es un espectáculo, y que éste, como decía Queen, siempre debía continuar. 

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