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Los cinco retos de Mariló para conquistar a la audiencia de La 1

Mariló Montero, durante el reciente FesTVal de Vitoria (Gtres).

Difícil lo van a tener Susanna Griso y Mariló Montero para tomarle la delantera a Ana Rosa Quintana. La reina de las mañanas de Telecinco ha conseguido, una vez más, comenzar la temporada marcándose un gran tanto. Si el año pasado se trasladó a Gaza en un golpe más de efecto que de contenido, este año ha apostado por pasar veinticuatro horas con cada uno de los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno. Ahí es nada. Ya hemos podido ver a Pablo Iglesias soltándose la melena, a Pedro Sánchez presumiendo de técnica en la cancha de baloncesto y a Rajoy dejándole un mensaje de voz a la presentadora invitándola a la Moncloa. Todo esto solo nos lleva a preguntarnos: ¿por qué no se le había ocurrido a nadie antes?

Después de once años, Ana Rosa ha conseguido sorprendernos de nuevo y marcarse un sprint ante la atónita mirada de sus competidoras. O, al menos, de una de ellas, la que puede hacerle sombra. Susanna Griso tiene su Espejo público bien instalado entre los espectadores, apostando por esa imagen de 'seriedad' que ha decidido crearse Antena 3 y que parece que el público se ha tragado -como si el reality de casarse con desconocidos fuese mejor que el reality de convivir con desconocidos-. ¿Aprovechará la baja de Màxim Huerta para apretar el acelerador? El robo de Nacho Abad, el experto en sucesos que desembarcó en Antena 3 con muchas expectativas, no le sirvió de nada. Ana Rosa, como lo fue en su día la Campos, son huesos duros de roer.

La que parece que tiene poco que rascar es Mariló Montero. La presentadora de La mañana se encuentra a años luz de sus competidoras. Ni siquiera la corrección de su sustituta veraniega, Teresa Viejo, más acorde con el perfil de público que, teóricamente, ve la cadena pública, ha podido remontar nada -de hecho, el asunto está peor que nunca-. ¿Y con qué ha decidido contraatacar la periodista? Pues con más de lo mismo. Mariló ha estrenado temporada con una posición más reforzada. Ahora ejerce de presentadora y directora y tiene contrato asegurado hasta el verano que viene -nada de ir renovando cada tres meses-. Pero eso, evidentemente, no le va a reportar nada más que seguridad personal. La mañana sigue siendo La mañana y ahí está el problema. En cualquier momento podría salir la versión Pasa la vida de María Teresa Campos y a nadie le resultaría extraño. Y eso que han pasado más de veinte años.

Pero, ¿todavía tiene alguna posibilidad la pobre Mariló? ¿Está todavía capacitada para poder salvar su pequeño cortijo? Nosotros no somos de tirar la toalla a la primera, así que confiamos en ella. Mariló tiene mucho que dar, y posiblemente lo haría mucho mejor en una cadena privada, pero ya que el ente público está dispuesto a continuar apostando por ella, no vamos a ser menos. ¿Qué tendría que hacer con La mañana si quiere arrebatarle audiencia a la competencia?

Modernizar los contenidos

No puede ser que La 1 continúe apostando por los mismos contenidos para su programa de las mañanas década tras década. El gran problema de La mañana es que huele a viejo. Mientras Telecinco y Antena 3 han conseguido darle un toque 'moderno a sus programas -todo lo moderno que permite la franja horaria-, Televisión Española sigue sin mover un dedo. Sintonizar La Mañana es volver a lo mismo de siempre y la gente se aburre enseguida. Mariló ha conseguido quitarse de encima algunas secciones que no tenían ningún sentido pero no ha podido deshacerse de todo. Ha llegado el momento del golpe de Estado y de implantar una nueva escaleta. Si a Ana Rosa y a Susana les funciona, ¿por qué a ella no? Que le dejen los mandos y verán como Mariló lo apaña enseguida.

Abrirse a las redes sociales

Y no nos referimos al programa, sino a ella misma. Las redes sociales son una de las prioridades de La mañana en esta temporada para acercarse un poco más a ese enorme público potencial. Pero esto no es inmediato. Si no hay un contenido interesante desde el programa, poco van a poder hacer las redes sociales. Lo que queremos es un twitter de Mariló. Ella misma podría generar todos y cada uno de los contenidos y sin moverse del sofá. El público de las redes sociales, ese que quieren atraer desde La 1, es el que, precisamente, no ve nunca el programa. Pero sí quiere saber más de Mariló. Necesita sus editoriales, sus intervenciones espontáneas, su férrea mano. Mariló engancha y es la estrella. Que actúe como tal.

Marcarse algún fichaje estrella

Temporada tras temporada, La mañana ha ido prescindiendo de sus copresentadores y colaboradores como si no pasara nada. Y en algunos casos ha acertado y en otros no tanto. Así no vamos a fidelizar. Mariló, como las grandes divas, necesita de un apoyo en plató a su altura y no lo tiene. Es el momento de dar un golpe de timón y fichar a alguien que pueda dar la réplica y, de paso, atraiga público. Y ya puestos a sacar el talonario, que tienten a Rosa Benito. Solo les funcionará unos meses, ya que Rosa sin Sálvame no es nadie, pero Mariló subirá como la espuma por el puro morbo. Puede que no sea el mejor método, pero es tan válido como cualquiera.

Apostar por el espectáculo

No queremos más remedios para las varices, ni más consejos para hacer ejercicio con botellas de agua. La mañana no ha sabido aprovechar sus momentos de tirón y ahí ha perdido mucho fuelle. El gran hit de Mariló fue su enfrentamiento con Anne Igartiburu y de haber estado en Mediaset, las dos presentadoras hubiesen acabado presentando las Campanadas juntas y lanzándose puñales en prime time. Pero estamos en TVE y ese no es su estilo -debe ser que ver a Bertín Osborne y familia es más correcto-. Mariló podría inaugurar su propio Chester y ofrecer entrevistas a personajes controvertidos donde poder desplegar toda su profesionalidad. Ahora con el tema Cuéntame podrían tener un filón, pero nada, de nuevo nos conformaremos con ver la vida pasar...

‘La mañana de Mariló’

Reconozcámoslo. Mariló Montero es la estrella. Teresa Viejo puede haberlo hecho bien durante el verano, conduciendo el programa con buena mano y llevándolo todo con corrección, pero no es una estrella. Mariló llena la pantalla con su única presencia. Es la comidilla de cualquier evento, la más buscada y la más deseada. Debería aprovechar esa posición para reimpulsar el programa. El cambio pasa por ello. Y ella lo sabe. Ahora que también es la directora del formato tiene la oportunidad en su mano. ¿Conseguirá aprovecharla? ¿O saldrá propulsada de Televisión Española antes de conseguirlo? Sea como fuere, no le faltarán sitios para aterrizar de nuevo. Eso seguro.

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