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Alaska y Mario y su contradictoria simpatía por Manuela Carmena

Alaska y Mario han comenzado con la nueva temporada de su reality (Gtres).

Si en anteriores etapas vimos cómo preparaban su boda, su luna de miel y el 50 cumpleaños de la diva española y mejicana, en esta sencillamente veremos su vida, sin más. Sin embargo, tal como ya se puede entrever tras el primer capítulo, el nuevo disco de Fangoria y la creación del grupo Ramonsters de Mario Vaquerizo ocupará una parte importante de la trama. Así, en los estrictamente musical, ya sabemos que los Ramonsters han fichado por una multinacional, y que a diferencia de las Nancys Rubias esta banda sí que tocará en directo en los conciertos (liderar dos grupos que hacen playback sería ya tener más morro de la cuenta). Y del grupo de Alaska y Nacho Canut ya hemos visto que cada uno compondrá la mitad de las letras del disco, reparto que hicieron discutiendo si los androides podrían cardarse o no el pelo, y que para la gira contarán con bailarines asiáticos y negros, y además heterosexuales, y si puede ser, que bailen como los de Madonna en Vogue. Casi nada.

Como era de esperar hubo mucho invitado famoso haciendo aparición en el show catódico, como un Alejandro Amenábar al que le faltaba pocos días para darse el ‘sí, quiero’ con su ya marido David Blanco, o Tamara Falcó, que estuvo tomando un refrigerio en casa de Olvi y Mario junto a otras amigas. Dentro de su pudor, Tamara afirmaba no entender que Alaska permita a su novio darse besitos con otras personas (algo cuya respuesta podría ser el mayor hit de Dinarama, ‘A quién le importa’). Pero lo mejor vino cuando, tras mucho titubeo pudoroso, Tamara explicó que su hermano Enrique Iglesias en su infancia quedó marcado por la mítica teta que Sabrina enseñó en el especial de Nochevieja de 1987, hasta el punto de que llegó a abrazar a la televisión. ¿Se imaginan una versión de Enrique del mítico ‘Boys’, o tras la cover que hizo de ‘La chica de ayer’ es mejor no pensar en estos asuntos? Sea como fuere, Alaska ya decía que a Sabrina había que ponerlo al tanto del asunto.

En otro de los momentos, Mario Vaquerizo acudió a visitar a su amigo Juanpa (no confundir con ‘La Juampe’ de Nancys Rubias), quien le presentó a Mario a su nueva cerdita Mari Carmen, la cual “no es rosa”. Y hablando de lo divino y lo humano llegaron a mencionar a Manuela Carmena, cuando aún esta no había cumplido 100 días de mandato, y quizá porque lo piense, quizá por quedar bien, Mario Vaquerizo se declaró simpatizante de ésta. Algo llamativo, pues a escaso un mes de la victoria de Manuela en las municipales Alaska cargaba tintas contra la nueva alcaldesa acusándola de querer cargarse la noche madrileña.

El universo de Gara y Vaquerizo está lleno de referentes culturales hacia la vida y obra de Fabio McNamara, Andy Warhol o Divine, la mítica travestí estadounidense que Alaska lleva tatuado en uno de sus brazos. Sin embargo, en Alaska y Mario hay chistes que ya se repiten, pues Juanpa en un momento en el que la cerdita hizo sus necesidades dijo que iba a hacer como Divine en Pink Flamingos, película en la que la rolliza actriz y cantante se comía una caca de perro; un chiste escatológico, y que en otras temporadas ya hizo el propio Mario cuando sacó junto a su hermana Marta a pasear a un perro a un parque. Pero de eso sólo se darán cuenta los espectadores más fieles. 

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