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Nieve

Música y nieve: videoclips en blanco y blanco

Secuencia del vídeo de la canción De Do Do Do, De Da Da Da, de The Police.

Como casi todas las cosas, también tendrá sus inconvenientes. Pero de momento, hagamos oídos sordos a ellos y combinemos el manto blanco con un poco de rock y pop en unos videos blancos, muy blancos. Que el calor vendrá por añadidura.

The Police – De Do Do Do, De Da Da Da

Un clásico onomatopéyico del pop de los 80. Unos jovencitos Sting, Andy Summers y Stewart Copeland pasando frío y haciendo el tontorrón sobre la nieve al compás de una de esas canciones que todos hemos escuchado alguna vez, de su tercer disco, Zenyatta Mondatta.

Daniel Merino – El placer de no hacer nada

El cantautor rock vizcaíno Daniel Merino grabó a finales del año pasado un espléndido disco de título más que atractivo: El placer de no hacer nada. Así que recluido del mundo exterior en su cabaña montañera, tiene una ardua tarea de reflexión y ensimismamiento por delante.

Metallica – King Nothing

Aquí no hay sol, ni claridad, ni sonidos campestres. Aquí lo que hay es la oscuridad, el frío y la contundencia de los angelinos en pleno 1996, cuando publicaron su disco Load. Que ellos ya saben calentarse solitos.

John Berkhout – The Path

Un grupo joven, del guipuzcoano pueblo de Oiartzun, que han publicado hace unos meses su primer disco, lanzado con el apoyo de una gran compañía y lleno de pasajes entre el folk y el pop de raíz emocional. Y qué mejor que jugar a los animalitos sobre la nieve.

Lindsey Stirling – What child is this

¿Hay algún instrumento más apropiado para la melancolía de la nieve que el violín? Y curioso caso el de esta bailarina y violinista americana. Saltó a la fama a través de uno de esos concursos televisivos de talentos, pero apuntaló la misma por medio de numerosos vídeos colgados en la red.

Boney M – Feliz Navidad

Un incunable, sin duda. ¿Puede alguien concebir una blanca y nostálgica Navidad sin los sempiternos Boney M? Y más viendo a la pobre Liz Mitchell, cantante principal del grupo, sin reprimir esas ganas de que acabe la canción de una vez por todas para marchar a lugar más caliente. Profesionalidad corporal, ante todo.

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