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Tamara Falcó: “Conozco tres monjas que han sido modelos”

Rafa Nadal y su doble, hijos adoptivos de Madrid. Sí, yo también he tenido que frotarme los ojos al ver la foto de Jaime Lissavetzky acompañado de dos rafanadales. ¿He empezado a beber a estas horas y no me he dado cuenta? No, menos mal. Es que resulta que el Ayuntamiento de Madrid, aprovechando el último trofeo del tenista en la capital, ha decidido nombrarle hijo adoptivo de la ciudad. Y para celebrarlo no se les ha ocurrido nada mejor que invitar a un chico que es el gemelo oculto del propio Nadal. Se llama José Manuel Ramiro y es conductor de autobús en Madrid. Pero, además, también trabaja en publicidad y otros eventos como doble habitual de Nadal. ¿Se imaginan coger su autobús habitual de la mañana para ir a trabajar y encontrarse con el tenista más famoso de España al volante? José Manuel, que es un chico listo, se peina y viste igual que Nadal, pero declara que es más de pádel que de tenis. Mal, José Manuel, mal. Hazte tenista y entrena para competir con el Nadal original en dobles. Eso sí sería un espectáculo. (Semana)

Jorge Javier Vázquez: “Estoy a dieta desde pequeño”. Hoy el presentador estrella de España tiene doble aparición en esta sección semanal. ¿El motivo? Que no puede dejarse pasar una declaración como: “Yo gano mucho desnudo”. El pequeño dictador de Sálvame está contentísimo con su cuerpo. Y viendo su evolución desde los primeros programas con Ana Rosa -donde comentaba, por cierto, las revistas, como hace servidor de ustedes- hasta la actualidad, no podemos negar que Jorge Javier ha ganado con los años. No es que ahora sea una belleza, pero ha superado el look de chico tímido para convertirse en un hombre muy seguro de sí mismo. Otra cosa es que queramos verle desnudo... otra vez. Jorge Javier se ha desnudado más que Jesús Vázquez y eso es mucho decir. Pero claro, si va cuatro veces al gimnasio y vive permanentemente a dieta, tendrá que lucir cuerpo el pobre. Desde aquí exigimos una portada integral de Interviú. Y cuando decimos integral, es integral. Ahí lo dejamos. (Semana)

Álex Casademunt: “Temo que vaya pasando el tiempo y no encontrar a la mujer de mi vida”. El concursante de la mítica primera edición de Operación Triunfo ha decidido regalarnos unas perlas en forma de declaraciones aprovechando el estreno del single de presentación de su próximo trabajo. Apunten, porque esto no tiene desperdicio: “Reconozco que soy promiscuo y un follarín, pero jamás dañaría a nadie” (¿qué tendrá que ver ser promiscuo con agredir a la gente?); “Me pondría más pelo, pero tampoco me obsesiona. De hecho, conozco a una mujer y no me corto en enseñarle que de arriba vamos escasos” (tranquilo, eso ya lo ve ella misma, no hace falta que se lo expliques); “Me compro calzoncillos y calcetines todas las semanas” (no es necesario tanto despilfarro, con pasarlos por la lavadora, es suficiente); “Descubrí la lectura hace diez años, cuando leí El Alquimista, de Paulo Coelho. Desde entonces, me encanta y creo que es mentalmente muy saludable” (Si el chico tiene 32 años, no leyó ni un libro hasta los 22, no hace falta decir más). ¿Ven como uno debería empezar a beber antes de leer las revistas? (Diez Minutos)

Tamara Falcó: “Conozco tres monjas que han sido modelos”. La hija y heredera de Isabel Preysler está cogiendo mucha carrerilla para tener su propio espacio en este repaso semanal, como Terelu, como Jorge Javier. Ahora, Tamara, que no quiere ser monja porque Dios no la ha llamado -o porque es muy sorda y no se ha enterado-, dice que le gustaría aprender latín porque si no, no se entera de nada en misa, que no se acostaría nunca con un chico en la primera cita y que su ídolo es San Agustín. Pero la fe no le ha quitado ni pizca de gracia. “¿Por qué no me lo voy a pasar bien por ser católica? ¡Disfruto muchísimo más ahora que antes!”. Y es que Tamara es un ser puro y limpio, de los que tienen ya las puertas del cielo abiertas y que, una vez allí, se convertirá en la decoradora oficial de Dios. Pero en la Tierra, Tamara está un poco perdida. “Tengo un director espiritual y le llamo constantemente porque si no, me pierdo”. Él también se ha ganado el cielo, sin duda... (Lecturas)

David Mora, el torero de moda. A ver, visualicen: Escena de campo, una piedra y encima, sentado, un torero. Pantalones de montar beige, botas altas y marrones, camisa blanca, impoluta y abierta hasta el tercer botón, peinado con raya al lado y gran onda creada con tenacillas, vista al vacío y expresión meditabunda. Ese es David Mora, el torero que parece que ha conquistado el mundo. Y no crean que Mora es un hombre humilde. No, no, él sabe que es un torero diferente “por la regularidad lograda al triunfar en plazas de primera. Me he ganado un sitio de relevancia en el escalafón”. Di que sí. Si uno no se anima a sí mismo, ¿quién lo va a hacer? Ahora, la entrevista de David no tiene ningún interés. Que si jugarse la vida, que torear bonito, que si es un camino duro… Vamos, lo que diría cualquier torero en estas lides. ¿Cuándo se quitarán el traje de luces y contarán la verdad detrás del toro? Y que no se me enfaden los taurinos, pero conseguir aburrir en tres preguntas es tener mucho mérito (¡Hola!)

Ana Obregón y Alessandro Lequio, orgullo y emoción al ver graduarse a su hijo, Álex, en la Universidad de Duke, en Estados Unidos. Amigos, ha nacido una estrella. Déjense de elecciones europeas, de Rajoy, de Rubalcaba y hasta de Toni Cantó, el futuro de la política española es Álex Lequio Obregón. Sí, el hijo de la presentadora y el conde se ha graduado en Filosofía y Ciencias Políticas y por lo que cuentan sus padres en la entrevista, es todo un fenómeno. Resulta que Álex, aquel niño que mordía micrófonos cuando era pequeño y grababa canciones de rap cuando ya no lo era tanto, ahora es un cerebrito. “Ha sacado unas notazas en una universidad muy prestigiosa y muy considerada en todo el mundo”, dice la orgullosa madre. Pero tanto estudio no le ha servido para dar una de las declaraciones más vergonzosas del momento: “Las mujeres son mi debilidad, aunque nunca las conseguiré entender”. ¿Pero estamos ante un chico de veinte años o un señor de sesenta? Aunque, claro, siendo hijo de Alessandro Lequio... (¡Hola!)

Antes de adentrarnos en las enseñanzas de Jorge Javier, voy a tener que pedirles que guarden un momento de silencio por nuestra Terelu Campos. La presentadora, seguramente afectada tras el descuido íntimo que sufrió la semana pasada, ha preferido mantenerse en un perfil discreto y no dejarse ver por las páginas de las revistas. Bueno, sí, en Hola recogen la entrega de premios Naranja y Limón con una semana de retraso, pero ese es otro tema. Terelu, allá donde estés: por favor, vuelve. Nuestra vida no tiene sentido sin ti. Te echamos de menos.

Y, para terminar, si ustedes piensan que la televisión actual poco tiene que ver con la literatura, es que no son lectores habituales de El diario de Jorge Javier. Hoy, el presentador relaciona dos conceptos que, de entrada, poco tendrían que ver: Torrente Ballester y Sálvame. ¿Que no se lo cree? Lean: “Yo, que cuando estudiaba octavo de EGB devoré con fruición Los gozos y las sombras de Torrente Ballester, me quedo embelesado con algunas de las conversaciones que se producen entre programa y programa. A ver: me he visto demostrando un interés inaudito por el sacrificio económico que le supone a la Pelopony mantener en perfecto estado sus extensiones, me ha cautivado enterarme de que Oriana sólo podría superar la depresión que le produciría romper con Toni conociendo a Victoria Beckham y he caído rendido a los pies de Bárbara Rey por tantas y tantas situaciones”. Y lo entendemos perfectamente. ¿Quién no ha querido coger un AVE y plantarse en Madrid para peinarle la melena a la Pelopony? A mí no se me ocurre un plan mejor y se lo digo en serio. Al menos, la Pelopony se lava el pelo a diario y presume de higiene, que es mucho más de lo que se puede decir de algunos de los dirigentes de este país. Señores, una ducha antes de salir de casa es mano de santo. Háganme caso. (Lecturas)

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