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Kim Kardashian quiere reventar Internet con esta portada

Portada de la revista Paper con Kim Kardashian.

Que a Kim Kardashian le encanta lucir culo no es ninguna novedad. La socialité más famosa del mundo lo ha hecho en decenas, cientos, miles de ocasiones. En la cama, en la playa, en su casa, por la calle, en entregas de premios, en posados para revistas, en el súper, en la lavandería, incluso en París, cualquier escenario es bueno para dejar claro que, aquí, sólo hay un culo y es el suyo. Ni Jennifer Lopez, ni Beyoncé, ni demás aficionadas. Kim Kardashian ha conseguido que los culos tengan identidad propia, e incluso su propio código postal. Ya no sirven las curvas, ni los pechos voluminosos, ni las caderas prominentes. Ahora, lo suyo, es tener un buen culo y darle toda la importancia que se merece.

El de Kim es un culo imposible de abarcar con los brazos abiertos. Un culo que gana más dinero que usted y que yo.

Eso deben haber pensado los responsables de la revista Paper, que han decidido dedicarle su portada de invierno al culo de la socialité -de hecho, podrían haberse ahorrado a la propia Kim, ya que aquí lo esencial es su culo-. Para celebrar tan magno evento, la revista ha creado dos portadas, una en la que podemos ver a la socialité aguantando una copa de champagne con el culo -pruébenlo ustedes, a ver si les parece tan sencillo- y otra en la que el culo desnudo de la mujer de Kanye West acapara todo el protagonismo. Un culo desproporcionado, megalómano, casi sobrehumano, que nos mira atentamente, dispuesto a comernos a la mínima oportunidad. Un culo imposible de abarcar con los brazos abiertos. Un culo que gana más dinero que usted y que yo. Un culo que debería figurar ya en el Libro Guinness de los récords como el 'objeto terrestre de mayor envergadura de la Tierra'. Un culo, queridos lectores de Marabilias, que ha hecho historia.

Y, como era de esperar, Kim está encantada. Nunca una parte del cuerpo había generado tanta polémica desde los pectorales saltarines de Pamela Anderson en Los vigilantes de la playa. Nos encontramos, queramos o no, en la era de los culos gigantes. Y parece que han venido aquí para quedarse, al menos, por un tiempo. Pongámonos de rodillas y adoremos al sagrado culo de Kim Kardashian. ¡Alabado sea el señor!

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