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Karmele, una ‘indepe’ en portada de Interviú (pero sin desnudo)

Karmele Marchante ha posado desnuda para Interviú pero envuelta en una estelada.

“Y es que yo soy un tsunami, yo soy una chica in. Y es que soy algo imparable, no te puedes resistir”. Así se presentó Karmele Marchante como candidata a representar a España en Eurovisión hace unos años, en un intento de colar el universo Sálvame también en el festival de música más visto del momento -¿pero es que hay algún otro?-. La jugada no le salió bien. Acabó descalificada por haber utilizado fragmentos de canciones que ya existían, tal vez ante el miedo de que la periodista acabara siendo la elegida por el público. Son los riesgos de la era del televoto. Pero no pasa nada. Ahora Karmele podrá reutilizar su tema para apoyar a la candidatura de Junts pel sí. “Y es que yo soy una 'indepe'”. Cuadra perfectamente. A ver si esa era la verdadera intención de la periodista...

A Karmele no se le caen los anillos para defender las causas en las que cree. Ya hemos visto como la periodista recorre los pueblos de Cataluña dispuesta a hacerse fotos con los lugareños y responder a todo tipo de preguntas sobre el procés, así que tampoco nos extraña que haya decidido ir un poco más allá. ¿Desnudarse para Interviú? De acuerdo, pero sin desnudo. La periodista se ha envuelto en la estelada, se ha puesto unos pendientes de merchandising por la independencia y se ha plantado en portada de la revista. En cuadrito pequeño, claro, que Karmele no enseña ni un codo -pese a que no tuvo demasiado reparo en mostrar las 'karmelitas' en el reality Campamento de verano-. Todo por la causa, aunque la causa te pille un poco lejos, a juzgar por la poca precisión de las declaraciones de la periodista.

“No soy experta en economía, por lo que no voy a hablar de economía, porque si lo hiciera no diría más que tonterías y no quiero decir tonterías”, responde Karmele cuando le preguntan por la sanidad catalana. “Yo a Mas es al que menos conozco, pero por lo que he visto, he oído y lo poco que he hablado con él, presupongo que es un estadista, un tío culto”, asegura cuando le preguntan por la opinión de Mas sobre su posado. Y lo mismo cuando le preguntan sobre la opinión de sus compañeros de Sálvame: “Yo de trabajo no hablo (…). No quiero hablar de Sálvame, no quiero mezclarlo y no lo he hecho hasta ahora”. ¿Por qué pensará Karmele que le han dejado colarse en Interviú? “Yo lo que he hecho es prestar mi imagen de popularidad, no de famoseo”. Otra cosa no, pero hilar fino...

El entorno Mediaset y la Cataluña independiente no casan. No fueron pocos los usuarios de redes sociales que manifestaron durante el reciente debate que condujo Ana Pastor en La Sexta que 'menos mal que los votantes de las formaciones nacionalistas estaban viendo Gran Hermano'. Karmele lo sabe y tiene que dejarlo muy claro. Lejos quedan aquellas épocas en las que Teresa Berengueras se sentaba en los sillones en forma de corazón del programa de tarde de Mari Pau Huguet para hablar de corazón. Eso es frivolidad y 'ara no toca'. Como tampoco toca unirse al independentismo apellidándose Marchante. “Soy de familia catalana por parte de madre y castellana por parte de parte, por lo cual, yo no soy charnega”. ¿Y pasaría algo si lo fuera? “No, pero no lo soy”.

Karmele está más preocupada por justificar su posición en el movimiento independentista que por ofrecer un discurso capaz de convencer a los lectores -“este posado lo he hecho por el bien de Cataluña, para lograr la independencia”, declara-. Sí, trabaja en Madrid, sale en Sálvame, se apellida Marchante, pero la periodista es una catalana de pro, una Marianne capaz de guiar al pueblo hacia la salvación, estelada en ristre y sin cobrar, que quede claro. Karmele es vehemente en sus opiniones y, posiblemente, poco tiene que ver con la imagen que el público se ha hecho de ella. ¿Es la causa 'indepe' una huida hacia adelante en la carrera de la periodista, cada vez menos presente en su propio programa? ¿Es convicción u oportunismo? Nadar entre dos aguas siempre es complicado y a Karmele la orilla le queda lejos.

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