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El nuevo negocio de Karmele Marchante: sus bolos independentistas

La periodista Karmele Marchante (Gtres).

Mientras su compañero Kiko Matamoroso se dedica a pasar las noches de discoteca en discoteca dando besos a los asistentes y posando en photocalls, mientras Rosa Benito recorre los pueblos de España cantando con su hija, mientras Jorge Javier Vázquez se deja la piel ensayando para su próximo estreno, Karmele Marchante -ya saben, la del '¡cállate, Karmele!' que tanto popularizó Jesús Mariñas- ha decidido reconvertirse en musa del independentismo. La periodista especializada en el mundo del corazón se ha puesto su atuendo más serio para dejar atrás sus rifirrafes con Mila Ximénez y centrar sus esfuerzos en convencer a los catalanes para que voten por el sí a la independencia en las próximas elecciones del 27S. ¿Tendrá éxito en su misión? ¿Conseguirá hacer valer sus años de entrevistadora para convencer a su público? Y sobre todo, ¿qué demonios pinta Karmele en todo esto? 

La periodista inició su andadura a favor del independentismo participando en una serie de vídeos organizados por la plataforma Ara es l'hora para despejar los miedos que pudieran tener los catalanes sobre el futuro después de las elecciones. Por allí se dejaron caer el actor Juanjo Puigcorbé -un clásico ya en estos asuntos de la independencia-, Sor Lucía Caram, de profesión monja mediática, y Karmele, que lamentó no haber tenido más tiempo para poder hablar de prostitución y feminismo en la futura Cataluña independiente. La presencia de la periodista puede llamar mucho la atención, contando que sus últimos años de profesión han estado dedicados a los asuntos de la crónica social, pero Karmele lo tiene todo clarísimo. “Desde hace unos diez años empecé a pensar con ideas independentistas y a estudiarme los temas y a debatirlos. Cuando brotó el sentimiento en las calles, me pidieron que me implicara y me impliqué, como hago con todo”, declaró a El País.

La experiencia debió gustarle tanto que ahora ha decidido subirse al carro de los 'bolos independentistas'. Hace pocos días, aparecía la noticia de que la periodista iba a acudir como reclamo a un evento organizado por la delegación de Cornellà de la Assemblea Nacional de Catalunya con el objetivo de disipar las posibles dudas de la ciudadanía. 'Ven y hazte un selfie con Karmele Marchante', rezaba el anuncio. 'Si tienes dudas y no sobre la Pantoja, pregúntale'. Como si de una tronista de Mujeres y hombres y viceversa se tratara, la periodista estaba dispuesta a posar con todo el mundo con tal de sumar votos al sí, y eso que para Karmele es un esfuerzo considerable, que ella no es de dejarse tocar, abrazar y besar por desconocidos -más de una vez ha huido del plató de Sálvame perseguida por el público-. Ahora, ¿es la colaboradora la más indicada para solventar dudas sobre el proceso independentista? ¿Cuánta gente acudirá al acto buscando más un recuerdo con una celebrity televisiva que un paso hacia la soberanía catalana? 

La vida profesional de Karmele ha estado marcada, desde hace ya mucho tiempo, por el mundo del corazón. El gran público ya no recuerda -de hecho, en la mayoría de los casos no debe ni saberlo-, que la periodista fue una de las fundadoras de la revista Ajoblanco y una de las pioneras en el feminismo más radical. Claro que de eso hace treinta años y Karmele tampoco ha puesto mucho empeño en seguir cultivando esa imagen. Puede que continúe manteniendo los mismos ideales y las mismas opiniones, pero el público se ha quedado con el Yo soy un tsunami, con Tómbola, con Sálvame y con sus modelitos extravagantes. Y tampoco es de extrañar. ¿Conseguirá cambiar la concepción de los ciudadanos para que la vean como una abanderada de la independencia? ¿O acabará provocando el efecto contrario? ¿La seguirán las cámaras de Sálvame en sus bolos? ¿La veremos convertida en la periodista del corazón catalán por excelencia? Espérense que Karmele puede acabar fundando su propio Salva'm en TV3. Si no, al tiempo.

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