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'Nicolás al desnudo', el biopic que estamos esperando

'El pequeño Nicolás' (Twitter @telecincoes)

Érase una vez la historia de un joven que quería triunfar en la vida a toda costa. Mientras sus compañeros de colegio soñaban con ser futbolistas profesionales, funcionarios de Hacienda o actores de Hollywood, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, 'Fran' para los amigos, quería ser político. Pero no uno cualquiera. Él quería ser  presidente en lugar del  presidente.

El joven fantaseaba con llegar a lo más alto, con codearse con los pesos pesados, con reunirse con constructores para hablar de planes de urbanismo, con salvaguardar la integridad del país, con poner su alma -y su cuerpo- al servicio de la patria y con manejar con soltura secretos de Estado.

No crean que lo tuvo muy difícil.Como una Eve Harrington moderna y postadolescente, Francisco Nicolás se acercó a su particular Margo Channing y le pidió hacerse una foto con ella. El problema es que Channing tenía bigote y se llamaba José María Aznar.

Francisco Nicolás engatusó a Aznar organizando jornadas de juventud en la fundación FAES.

Francisco Nicolás engatusó al expresidente a base de gomina, trajes de marca y gesto serio y responsable, organizando jornadas de juventud en la fundación FAES y posando a su lado como la groupie que asiste con devoción a los conciertos de su grupo favorito. El joven, como la protagonista de Eva al desnudo, se aferró a las faldas de su ídolo dispuesto a trepar hasta cotas insospechadas. Y Aznar, igual que Margo Channing, parece que le vio venir -su amistad terminó, según Nicolás, porque Aznar no aceptaba las críticas del joven-.

A partir de ese momento llegaron los contactos con el CNI, los encargos para solventar el conflicto con Cataluña, los paseos con el coche de la vicepresidenta del Gobierno y las recepciones reales como acompañante de no sabemos muy bien quién. Un cuento de hadas que se vio truncado mucho antes de lo previsto y sin novia oficial con 'la Pechotes' ni nada parecido.

En lugar de subir al estrado a recoger el premio al mejor actor -o en su caso, al mejor candidato del Partido Popular-, Fran acabó detenido y desacreditado por la misma mano que, teóricamente, le dio de comer. Sus anteriores amigos renegaron de él públicamente, los que antaño le facilitaban los coches oficiales y los chalets de lujo emitieron comunicados desvinculándose de las declaraciones del joven.

La mayoría de políticos que mantuvieron amistad con ‘Fran’ hoy reniegan de él.

Los que permitían que se presentara como su sobrino, su ahijado o su hombre de confianza guardan silencio y confían en que su nombre no salga a la luz. Y es que nadie quiere saber nada de esta Eve Harrington de la función pública. Ni misiones especiales de alto rango, ni mediación para gestionar contratos, ni cumpleaños celebrados en áticos de presidentes autonómicos.

Ahora resulta que nada de eso ha ocurrido, que todo se lo ha inventado la fructífera mente de un chaval de veinte años, que todo forma parte del guion perfecto de la película definitiva. ¿No se mueren de ganar de verla ya?

La película definitiva sobre Francisco Nicolás

De los creadores de Mi gitana, llega Nicolás al desnudo, con Chechu, el de Médico de familia, en el papel de Francisco Nicolás, con José Manuel Soria con bigote en el papel de José María Aznar, con Ana Obregón como una sexy Soraya Sáenz de Santamaría, con el gran José Sacristán interpretando a Arturo Fernández -el de la CEOE, no el actor- y con la aparición estelar de Esperanza Aguirre como descubridora de toda la trama.

“Otro tanto para la inspectora Aguirre”, sentenciará la ex presidenta de la Comunidad de Madrid justo antes de que aparezcan los títulos de crédito. Pero, ¿cómo terminará la película? ¿Asistiremos a un interrogatorio final en el que se descubra toda la verdad? ¿Veremos al joven dándole el relevo a un nuevo ‘pequeño Nicolás’ capaz de llegar todavía más lejos? ¿Averiguaremos qué papel jugó en todo esto Jaime García-Legaz? ¿Se sentará 'la Pechotes’ en el Deluxe? No sufran, próximamente la verdad saldrá a la luz en sus pantallas. ¡Atentos!

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