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La gala de los Goya 2015, en imágenes

Rovira se llevó el Goya al mejor actor revelación por Ocho apellidos vascos. Sentado junto a Clara Lago por un momento antes de saberse ganador, se besaron con emoción al escuchar el resultado y recoger el premio lo compartió con ella (Gtres).

Han sido los Goya de Antonio Banderas... con permiso de Dani Rovira. El presentador de la gala ha conseguido algo que no lograron todos sus predecesores: no dejar a nadie indiferente. En cuanto comenzó su primer monólogo, las redes sociales se llenaron de believers y haters por igual. Rovira contó chistes, se bajó los pantalones, le lanzó una parrafada a Macarena Gómez hasta que ella le mandó callar... En general, se hizo con la audiencia y al final acabó hasta con su Goya al mejor actor revelación por Ocho apellidos vascos. Sentado junto a Clara Lago por un momento antes de saberse ganador, se besaron con emoción al escuchar el resultado e incluso al subir a recoger el premio acabó compartiéndolo con ella.

Los premiados se emocionaron, como Nerea Barros, pero también tuvieron tiempo para el recuerdo de los que ya no están, como ocurrió con Carmen Machi al subir a recoger su Goya a la mejor actriz de reparto por Ocho apellidos vascos. La actriz no quiso desaprovechar la ocasión de tener un recuerdo para Amparo Baró, recientemente fallecida y con quien Machi compartió muchas horas de trabajo y de vida a raíz de su participación en la telecomedia Siete vidas. Karra Elejalde se hizo con el escenario cuando subió a por su Goya ("Mi Paco", dijo él), al igual que Javier Gutiérrez, que se llevó el galardón al mejor actor protagonista por La isla mínima. 

Bien distinto fue el papel de los presentadores de los premios. Se mostraron bastante comedidos, sin salirse demasiado del guion (alguno que lo hizo, como Daniel Guzmán, acabó arrepintiéndose). De entre todos, los más sorprendentes fueron Jon Kortajarena y Rossy de Palma: el modelo y la actriz no tuvieron inconveniente en darse un sensual beso en los labios antes de entregar el galardón que les correspondía. 

Penélope Cruz también tuvo sus momentos de brillo: se convirtió en objeto de las bromas de Dani Rovira (le llegó a regalar el famoso Opel Kadett que llevaba intentando vender toda la noche aprovechando la publicidad que le brindaba la gala), se emocionó cuando Antonio Banderas recogió su premio y sintió una sincera ovación cuando salió al escenario para entregar el Goya a la mejor película, que fue a parar a manos de La isla mínima. Y todo ese protagonismo lo logró a pesar de su peinado y su estilismo, que no pasarán a la historia de sus mejores elecciones para este tipo de eventos.

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