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Keira Knightley, en pie de guerra contra las compañías tecnológicas

Keira Knightley durante la premiere de The Imitation Game en el teatro Ziegfeld de Nueva York (Gtresonline).

En su última película, la camaleónica Keira Knightley se convierte en Joan Clarke. Aunque a la mayoría no les suene este nombre, lo cierto es que el papel de Clarke fue fundamental durante la II Guerra Mundial para descifrar los mensajes secretos del ejército alemán. Clarke formaba parte de un selecto equipo en el que también estaba Alan Turing (interpretado aquí por Benedict Cumberbatch) y que, desde las instalaciones británicas de Bletchley Park, logró averiguar cuál era el código usado por la máquina Enigma para cifrar los mensajes germanos.

Igual que en los años 40

En aquel entonces, el papel de las mujeres en el mercado laboral –y en el tecnológico, para ser más específicos– era secundario: “Mi personaje intenta romper el techo de cristal, ganarse un hueco en esa mesa, pero lo que no contamos es que una vez que llegó allí, su sueldo era solo una fracción del que cobraban los hombres”, asegura en declaraciones recogidas por el sitio web Page Six.

“¡Qué deprimente, seguimos igual que en los años 40”, ha declarado.

Todo aquello ocurrió durante los años 40 del pasado siglo, un tiempo bien diferente del actual, y de ahí la crítica de la actriz inglesa. “El núcleo central del discurso feminista sigue ahí: ‘un lugar en la mesa y un salario igual’. ¡Qué deprimente, seguimos igual!”, señala con tristeza. Knightley, que hace poco conoció en un pase privado de The Imitation Game a Sergei Brin y Mark Zuckerberg (fundadores respectivamente de Google y Facebook), ha tenido la oportunidad de hablar con ellos sobre el tema. ¿Tendremos ante nosotros a la próxima Marissa Mayer (CEO de Yahoo!)? 

Keira Knightley, entre Allen Leech y Benedict Cumberbatch durante la premiere de The Imitation Game en el teatro Ziegfeld de Nueva York (Imagen: Gtresonline).

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