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Las cinco claves que explican la longevidad de Isabel II en el trono

Isabel II se ha convertido en la reina más longeva de la historia de Gran Bretaña (Gtres).

1-Princesa y reina por sorpresa

Elizabeth Alexandra Mary es el nombre real de la reina Isabel II. Nace en Londres 21 de abril de 1926 y es la hija mayor de los Duques de York, quienes más tarde serían el rey Jorge VI y la reina Isabel. Es educada de forma privada en su casa cursando historia, derecho constitucional y artes. A sabiendas de que tenía pocas posibilidades de ser soberana, su deseo era dedicarse a la actuación. De hecho cuando era pequeña actuaba en un grupo de teatro. Sin embargo y contra todo pronóstico, termina accediendo al trono de casualidad ya que pertenecía a la tercera línea de sucesión detrás de su tío, Eduardo, príncipe de Gales, y de su padre Alberto.

En 1936, su progenitor asciende al trono convirtiéndose en Jorge VI después de que su hermano mayor Eduardo VIII abdicara para poder contraer matrimonio con la divorciada plebeya Wallis Simpson. De este modo, Isabel se convierte en princesa heredera y en 1943 hace su primera aparición pública en solitario. En 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, lleva a cabo funciones públicas sirviendo en el Servicio Territorial Auxiliar, la rama femenina del Ejército Británico de la época, como teniente segunda honoraria. También se forma como mecánica y cinco meses después es nombrada capitán honoraria.

Isabel se ve obligada desde muy joven a reemplazar a su padre en los actos oficiales. Primero cae enfermo y en 1952 muere a la edad de 56 años, mientras dormía, a causa de una trombosis coronaria. Además de acceder al trono se convierte en jefa de la Mancomunidad de Naciones y reina de los siete países independientes pertenecientes a la misma: Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Ceilán. En 1953, se televisa por primera vez en la historia británica toda la celebración de la coronación de la reina Isabel, a la edad de 27 años. Enseguida comienza a realizar giras internacionales y vive diferentes e importantes etapas políticas e históricas.

Isabel se ha convertido en el monarca que más tiempo ha reinado en la historia británica después de la reina Victoria que estuvo 63 años en el trono. De este modo ha celebrado el jubileo de plata en 1977, el jubileo de oro en 2007 y el jubileo de diamante en 2012. Este último conmemoraba sus 60 años como reina y como en las anteriores ocasiones, su marido y ella emprenden una extensa gira aunque esta vez sólo fue por Reino Unido, a diferencia de las otras que viajaban por diferentes países. Hasta entonces, la reina Victoria fue la única reina británica que celebró un jubileo de diamante en 1897.

2-Es la última reina del Imperio británico

A lo largo de su vida ha sido testigo de la transformación progresiva del Imperio británico a la Mancomunidad de Naciones. Ha vivido hechos y acontecimientos históricos tan relevantes como la Segunda Guerra Mundial, también entre 1960 y 1970 más de 20 países se independizaron del Reino Unido como parte de una transición planificada hacia un gobierno autónomo.

Su reinado se ha caracterizado por una importante gestión de unificación nacional, encargándose de mantener y evitar la separación del Reino Unido con sus países constituyentes. Además como jefa de la Mancomunidad de Naciones, gestiona una verdadera transición de un sistema imperial a una asociación libre de naciones en la que la cooperación mutua, la democracia y el intercambio cultural, son sus principales fines. La soberana ha encabezado roles considerables durante las diversas administraciones de sus primeros ministros, a través de sus elecciones de jefes de Gobierno y la conservación de la estabilidad y continuidad política del Reino Unido.

Tras la Segunda Guerra Mundial y a pesar del reducido papel político de la monarquía británica, Isabel procura preservar el carácter unificador de la Corona en el espacio político del antiguo imperio, convertido tras la descolonización en la Commonwealth.

Además de ser la reina y gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, es jefa de estado de dieciséis Estados soberanos conocidos como Reinos de la Mancomunidad de Naciones: el Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Barbados, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves. Además es la principal figura política de los 54 países miembros de la Mancomunidad de Naciones.

Sus visiones de la monarquía y la manera de cómo ha realizado una paulatina transformación de esta institución a una más compatible con el siglo XXI, la han convertido en el paradigma de los monarcas europeos. Fue elegida la “persona del año” por la revista Time en 1952 y, según Forbes, es la octava líder más rica del mundo con una fortuna estimada en 402 millones de euros.

3-Diana de Gales y la obsesión de Isabel por la sucesión

A pesar de que se ha ido modernizando en ciertos aspectos, Isabel siempre se ha mantenido férrea en un asunto que preocupaba también a sus antecesores: el origen y clase de las parejas que contraían matrimonio con miembros de la familia real británica. Ya su tío se ve obligado a abdicar al trono por ello y al parecer, Isabel también trató de disuadir sutilmente a su hermana la princesa Margarita de casarse con Peter Townsend, un plebeyo divorciado 16 años mayor que ella y con dos hijos de su anterior matrimonio. La noticia se produjo en medio de los preparativos de la coronación y la reina les pide que esperen un año. Además, los políticos de alto rango se opusieron a esta unión y la iglesia de Inglaterra no permitía el matrimonio después del divorcio. Si contraía matrimonia civil, tenía que renunciar a los derechos de sucesión, así que finalmente accede a no casarse con Townsend y en 1960 acude al altar de la mano de Antony Armstrong-Jones, I conde de Snowdon. En 1978 se divorcian y Margarita no vuelve a casarse.

Por este mismo motivo, que ha pasado de generación en generación, nunca vio con buenos ojos a Lady Di. Cuando se acrecientan los rumores de crisis entre Carlos y Diana de Gales, ella les plantea la opción del divorcio en 1995, algo que se produce un año después. Sin embargo, el 31 de agosto de 1997 Diana muere en un accidente de coche en París. Sus hijos se encontraban con la reina y su exmarido en Balmoral. Después de que se aislara a toda la familia, algo que no gustó al pueblo británico, la reina se ve obligada a realizar una transmisión en vivo a todo el mundo el 5 de septiembre, un día antes del funeral. En ella expresó la admiración que sentía por Lady Di y sus sentimientos como abuela de sus nietos Guillermo y Enrique. Después de esto Isabel vuelve a recobrar la popularidad.

Para más disgustos, la monarca tiene que aguantar que se filtraran públicamente las conversaciones subidas de tono entre su hijo el príncipe Carlos y la que era su amante, Camila Parker. Quizás todos estos escándalos, sumado a la infidelidad de su hijo, sean los que hayan provocado que no haya abdicado aún y según salta a la vista, no tiene ninguna intención de que esto se produzca a pesar de que la visibilidad de Carlos en los actos públicos ha ido en aumento en detrimento de las de su madre.

Todo parece indicar que la reina tiene sus ojos puestos en su nieto, el príncipe Guillermo, como futuro heredero, o en su defecto, en su hijo mayor Jorge. De ahí quizás que Kate Middleton siempre esté en el punto de mira de la reina que siempre ha estado vigilándola de cerca tanto su actitud, como su comportamiento y hasta su vestuario. De este último es evidente el cambio que ha experimentado la duquesa de Cambridge que desde hace unos años atrás es mucho más formal y con un corte más largo que en sus comienzos. Sin embargo, sorprende que ella cada vez se parezca más en actitudes y vestimenta a la princesa Diana.

Por su parte los británicos no tienen prisa por el relevo como así lo demuestra un sondeo de YouGov que se hizo el pasado fin de semana, en él el respaldo a la soberana era rotundo y un 27% no dudaba en consagrarla como "la reina más grande" de la historia británica, muy por delante de Isabel I (13%) y Victoria (12 %).

4-Su marido y las infidelidades

Isabel se enamora a los 13 años del que años más tarde, en 1947, se convertiría su marido, el príncipe Felipe de Grecia y de Dinamarca, y duque de Edimburgo. Son primos segundos por parte del rey Christian IX de Dinamarca y primos terceros por parte de la reina Victoria. Desde el principio el matrimonio estuvo envuelto en polémica ya que Felipe no poseía una gran fortuna, provenía del extranjero y tenía hermanas que se habían casado con nobles alemanes relacionados con los nazis. En 1948 da a luz a su primogénito Carlos, dos años después tuvieron a Ana. En 1960 nace Andrés y el último hijo fue Eduardo en 1963.

A pesar de que se habla por primera vez de crisis matrimonial en 1957, el matrimonio ha permanecido unido y es uno de los más longevos. A pesar de los rumores de infidelidades de su marido, siempre con mujeres más jóvenes, la reina de Inglaterra se ha mantenido siempre estoica y con la mejor de las sonrisas en cada uno de los actos a los que acude con su marido. Incluso es frecuente verles reír a carcajadas, prueba de su buena relación. Unas imágenes muy dispares si se comparan con las de los reyes eméritos de España, Juan Carlos y Sofía, a los que o no se les ve ya casi juntos o si acuden los dos, apenas tienen gestos de complicidad.

5-El poder y la gran fortuna de la reina

En 1990, presionada por la opinión pública, comienza a pagar el impuesto sobre la renta por primera vez y el palacio de Buckingham abre sus puertas al público. Isabel II es una de las mujeres más ricas del mundo. Según un acuerdo que data de la primera mitad del siglo XVIII, los bienes de la Corona fueron transferidos al Estado, a cambio de una renta fija. La fortuna personal de la reina de Inglaterra ha sido objeto de especulación durante muchos años. En 2010, la revista Forbes estimó que su valor rondaba los 618 millones de euros. Además cuenta con propiedades privadas como Sandringham House y el Castillo de Balmoral mientras que el British Crown Estate se mantiene por fideicomiso por la nación y no puede ser vendido ni pertenecer al monarca.  Por otra parte, la Royal Collection, que incluye obras de arte y joyas de la Corona, no es propiedad personal de la Reina y se mantiene en fideicomisos, al igual que las residencias del Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y el Ducado de Lancaster, una cartera de inversiones valorada en más de 526 millones de euros en 2011.

Mientras Forbes la ha clasificado como la octava líder más rica del mundo con una fortuna estimada en 402 millones de euros. El periódico Sunday Times, estima su fortuna en unos 477 millones de euros, más de 13 millones más en comparación con el año pasado. En 2014, el capital de Crown Estate, negocio comercial inmobiliario independiente, se valoró en 15 millones de euros en 2014,  un récord histórico. Según BBC, este año, los ingresos privados de la reina fueron de casi 18 millones de euros, de los cuales el principal contribuidor fue el portafolio del Ducado de Lancaster. De acuerdo con el Sunday Times, la soberana tiene un portafolio de inversiones que consiste mayormente de acciones en destacadas empresas privadas y cuyo valor se estima en  154 millones de euros.

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