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Lo que los famosos han podido regalar y usted no

La hija de Tom cruise y Katie Holmes puede patinar en la pista de hielo del Rockefeller Center de Nueva York sin que nadie la moleste (Gtersonline).

Las celebrities tienen las cosas muy sencillas. No se crean nada de las entrevistas prenavideñas de los famosos, donde todos piden salud para sus familiares y seres queridos. Si tanta salud quisieran, no se gastarían ingentes cantidades de dinero en comprarles cosas materiales.

A las celebrities les encanta regalar, y cuanto más caro, mejor. ¿Dónde se ha visto eso de fabricar los regalos con sus propias manos? ¿Acaso un precioso dibujo tiene más valor que un Mercedes en miniatura? ¡Pues claro que no! A todos nos hace ilusión que alguien se acuerde de nosotros y nos sorprenda con un regalo, pero si, además, está valorado en varios miles de dólares ¡la alegría es doble!

Puede que no nos guste, que nos parezca hortera, que no sepamos dónde ponerlo, pero siempre nos quedará acudir a una casa de empeños y llevarnos una fortuna con la que no contábamos. ¿Ven cómo tienen que hacerse amigos de los rostros populares? Este año nuevo ya pueden ir asistiendo a todo tipo de eventos con celebrities. Nos lo agradecerán.

Pero si esto no les ha convencido, vamos a hacer un repaso por algunos de los regalos que las estrellas más populares del mundo les ha comprado a sus hijos. ¿Se acuerdan de aquel balón de fútbol, de aquella muñeca articulada o del juego educativo? Todo bobadas al lado de estas magníficas piezas de lujo en miniatura:

Los regalos de las celebrities

Una obra de arte

Está claro que a los niños lo que más les preocupa es el arte. Nada de ver dibujos animados en la televisión o de jugar en la calle con sus amigos, su actividad favorita es quedarse en su habitación admirando los cuadros que cuelgan de sus paredes y elaborando complicadas críticas pictóricas.

Eso debió pensar Sandra Bullock cuando le regaló un grabado de Andy Warhol a su bebé. 14.000 dólares se gastó la tía. Ya podría habérselo regalado a Mario Vaquerizo, que seguro que le hacía más ilusión y, de paso, lo promocionaba en Instagram. ¡Si es que se les van las ideas con la tarjeta de crédito!

Un apartamento propio

Mientras las personas corrientes nos las vemos y nos las deseamos para pagar nuestro mini apartamento de quince metros cuadrados, hay niños que ya tienen su piso propio, sin hipoteca ni nada, y decorado con los mejores adornos.

Es el caso del hijo de Elton John. Para que el pequeño estuviese cómodo, el cantante y su marido compraron un apartamento adjunto al suyo y lo arreglaron para que pudiera dormir el niño junto a sus niñeras.

Luego se quejarán cuando, de mayor, organice fiestas y afters, pero claro, ellos se lo han buscado. Por tan sólo 1,3 millones de dólares, se aseguraron de que el pequeño no se les quedará en casa hasta los 45.

Una bañera engarzada con joyas

¿Saben lo incómodo que es meter a un niño en una bañerita con cristales de Swarovski? ¿No? Eso es que nunca han estado en casa de Beyoncé. La cantante, además de tener una réplica de la habitación de su hija para cuando viajan -como quien se lleva la cuna de viaje a casa de los suegros-, también utiliza una bañera valorada en más de 5.000 dólares. ¡Una ganga!

Y encima, se la regaló su amiga y ex componente de las Destiny's Child, Kelly Rowland. Así debe hacerse uno rico, con amigos pudientes cerca... ¿Por qué no nos habrá adoptado Beyoncé?

Un coche de alta gama

Son niños, no saben leer, no tienen ni idea de multiplicar, no conocen el valor del dinero, pero ya conducen coches de alta gama. Eso sí, en versión mini. Mientras que los hijos de Mariah Carey tienen un Ferrari, el de P.Diddy se contentó con un Maybach de 360.000 dólares.

El mejor regalo para ahorrarse las clases de la autoescuela y el martirio de enseñarles a ir en bicicleta. Como mucho, lo único que van a tener que hacer es costearles la gasolina hasta que puedan hacer sus propias exclusivas.

Un poni

La hija de Tom Cruise y Katie Holmes puede dar gracias de que sus padres no se hayan pasado al budismo o alguna otra religión que impida gastar mucho dinero en bienes terrenales -debe ser que la Cienciología incita al consumismo-.

Así, la pequeña Suri puede disfrutar de ropa de grandes marcas, privilegios exclusivos como patinar en la pista de hielo del Rockefeller Center de Nueva York sin que nadie la moleste y tener un poni a su disposición.

Olvídense de regalar periquitos o hámsteres para que los niños empiecen a asumir responsabilidades -y tengan en cuenta que un animal es un ser vivo al que hay que cuidar, no un regalo que se devuelve a la tienda-, ahora, si quieren ser unos padres guays, lo que se lleva es un caballo en miniatura, con establo y todo.

Unos zapatos de alta costura

Codearse con los mejores diseñadores del mundo hace que estos se empeñen en hacer creaciones exclusivas para el uso y disfrute de nuestros niños. Todo un engorro, ya que no podemos ir a comprarles ropa tres tallas más grande para cuando crezca o camisetas de publicidad para que se las manchen en el colegio.

Las hijas de Kim Kardashian y Beyoncé tienen un armario digno de las mejores estrellas de Hollywood. Nos imaginamos a las pobres madres diciendo: “Ay, estos zapatos de Tom Ford se te han quedado pequeños en dos días, ¿cómo se lo vamos a decir al pobre Tom?”. ¡Qué duro! ¡Cuántos dramas!

Confiamos en que los Reyes Magos hayan sido generosos y les hayan dejado todo lo que pidieron -si es que todavía creen que un monarca les puede traer algo sin pedir nada a cambio. Y si han tenido tanta suerte como los hijos de los famosos, compartan con los demás, que el egoísmo no está nada bien visto...

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