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Hacerse DJ, el complemento perfecto para el famoseo

Kiko Rivera durante una actuación con motivo del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria (Gtresonline).

Trabajar en la noche no es sencillo. Por una parte, hay que tener el cuerpo acostumbrado a los cambios de horarios, al trasnoche y a los individuos que pueblan el mundo a altas horas de la madrugada. Pero a eso es capaz de adaptarse cualquier persona. El problema, ahora mismo, es encontrar un hueco para meter cabeza. Las grandes salas de las capitales más importantes del país están copadas de fiestas, sesiones y demás eventos nocturnos, con lo que conseguir la repercusión necesaria para afianzarse y convencer a la gente de que la tuya es la mejor opción, no es sencillo. ¿Cómo tratar de solucionar este problema? Pues llamando a la puerta de los famosos para que muestren su pericia a los platos. Y ya les aseguramos que el éxito está garantizado.

A las celebrities les encanta pinchar. Es un trabajo cómodo, que pueden hacer en sus ratos libres, donde, además, bailan, saltan, beben, reciben amistades y se lo pasan bien. ¿Se les ocurre algo mejor? El único problema es tener que madrugar al día siguiente, pero con suerte será domingo y no tendrán necesidad de hacerlo. Los nombres populares cada vez son más habituales en las fiestas nocturnas. Algunos, como Alaska, llevan décadas compaginando su actividad profesional principal con las sesiones de dj en las que aprovechan para compartir sus gustos con el entregado público -ahora, además, comparte sesión con su marido de vez en cuando, que las cosas entre dos siempre son más entretenidas-. Otros se han unido al club alentados por los propios promotores y organizadores nocturnos. ¿Quién no ha asistido a una sesión a manos de David Delfín, Bimba Bosé o la mismísima Rossy de Palma? No tengan prejuicios. Se lo pasarán bien. Y ellos también.

Los 'hijos de'

Pero los más listos han sido los famosos que han hecho de la noche su profesión. 'Hijos de' que ante un futuro complejo, repleto de exclusivas y entrevistas en platós de televisión, han preferido hacer de su vocación -el salir de fiesta- una forma muy rentable de vivir. Kiko Rivera, antes de dar el cante -porque lo de este chico, sin duda, no es cantar-, se convirtió en un cotizado dj, capaz de recorrer España pinchando de discoteca en discoteca, aprovechando, también, para hacerse fotos con sus enloquecidas fans, ávidas de una mirada del joven para correr a contarlo a los periodistas del corazón. Pero no es el único. Sofía Cristo, hija de Bárbara Rey y Ángel Cristo, también rentabilizaba sus ganas de salir por la noche para reconvertirse en dj y enarbolar la bandera del lesbianismo con fines comerciales. Y a juzgar por el éxito, les debe compensar económicamente -acuérdense de los 10.000 euros que pensaba cobrar el dj por una hora y media de sesión en unas fiestas patronales-.

Aunque lo que parece una moda actual y puede que pasajera, no ha hecho más que recoger el testigo de otra generación de djs famosos que, hace un tiempo, conquistaron la noche española. ¿O es que ya no no acordamos de las aventuras de Pocholo Martínez-Bordiu en Ibiza? Por no hablar de Dani DJ, agitador nocturno que saltó a la fama como pareja de Belén Esteban, y que acabó protagonizando más de una escena tórrida con la ex Miss España María Jesús Ruiz en aquel reality denominado La Granja. Larga tradición de pincha discos patrios que parece no tener fin. ¿Es usted famoso? ¿Le gusta la música -no hace falta que sea especialmente-? ¿Tiene libres los fines de semana? ¿Se ve capaz de congregar a algunos de sus amigos famosos en un mismo lugar? Pues ya no busque más. Su futuro profesional pasa por ser dj. Aprovéchelo, antes de que otro le quite el lugar. Ah, y no se olviden, otro día hablaremos de los bloguers, las itgirls y el mundo de la noche. Otro filón digno de estudio sociológico. Permanezcan atentos.

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