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¿Cómo está Eugenia tras romper con Coronado? Sus amigos opinan

Diego Osorio y Fernando Tejero opinan de Eugenia Martínez de Irujo (Foto: Carlos Aranguren).

La última vez que hemos visto a Eugenia ha sido el pasado sábado en la celebración privada de su íntimo amigo, Daniel Hughet Marsillach, exdirector de Marketing y Portugal de Swarovski, y su novio el financiero Ricardo Mora. Lo hicimos gracias a las redes sociales, que nos mostraron a una Eugenia aparentemente Feliz, apoyada por su amigo, el empresario Diego Osorio durante el pasado sábado en Barcelona.

Y precisamente ha sido Diego, a quien dos días después vimos en la Madrid Fashion Week, quien nos comentó que "la celebración fue íntima pero lo pasamos muy bien porque Daniel y Ricardo se preocuparon de que los invitados estuvieramos cómodos y fuéramos amigos cercanos". Sobre el estado de ánimo de la duquesa de Montoro, Osorio quiso recalcarnos que "yo la he visto como siempre, sin cambios de humor en su carácter, y muy feliz con todos sus amigos durante toda la celebración".

Tampoco faltó Fernando Tejero a su cita con la moda española. Siendo uno de los mejores amigos de Eugenia, nos fue imposible no preguntarle su apreciación sobre cómo se encuentra. "Hay que renovarse o morir", comenzó afirmando Tejero. El actor no quiso decir que no haya habido amor entre ellos, por poco que haya durado la historia, y justifica que aunque una historia sentimental dure poco, "si se ha estado enamorado, no deja de ser una historia de amor, y uno no se plantea lo que va a durar". No obstante, "ella sigue adelante y está muy bien, no le queda otra".

Por las palabras hasta ahora citadas de sus dos amigos, entendemos que la duquesa fue quien se entregó, y Coronado quien no ha querido comprometerse. Pero, como termina diciendo su amigo Fernando, "ya está curada de espanto".

Esperemos que sus amigos tengan razón y Eugenia esté bien, aunque dados sus antecedentes, parece que a la duquesa le cuesta mucho enamorarse. Esperemos que esta historia no le impida entregarse así de nuevo a los brazos de otro hombre y a las protadas del 'cuore'.

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