Tita Thyssen, imputada por tráfico de influencias

La felicidad y la paz de Carmen Cervera han durado poco. Al día siguiente de celebrar el bautizo de su nieta Kala, símbolo de que por fin de que había firmado la paz definitivamente con su hijo Borja y su nuera, Blanca; sale a la luz la noticia de que la baronesa está imputada por un presunto tráfico de influencias. Tal y como ha publicado este lunes LOC, el juzgado de instrucción número 40 de Plaza Castilla, en Madrid, ha aceptado a trámite la querella de su ex escolta, Manuel T. G., que la acusa de presionar para que lo contrataran como adjunto al director de Seguridad del Museo Thyssen, un puesto al que se accede a través de concurso público.

El juez ha mandado que se inicien las diligencias previas oportunas al contemplar que los hechos que denunció el ex empleado, el pasado mes de febrero, pueden ser constitutivos de varios delitos, entre ellos el tráfico de influencias. De ser así, Tita, de 72 años, podría enfrentarse a una pena que oscila entre los 6 meses y los dos años de prisión.

El escolta fue despedido en el mes de septiembre de 2014, después de haber estado al servicio de la aristócrata durante diez años. La baronesa le dio como explicación que “había perdido su confianza” y ya no le quería en su casa. Sin embargo, en un intento de llegar a un acuerdo amistoso, a Manuel le ofrecieron un puesto de seguridad en el Museo Thyssen, concretamente como “jefe adjunto de Seguridad del museo, llegándole a prometer la Dirección de Seguridad del Thyssen el año que viene", como indica el documento. Sin embargo Manuel no aceptó ya que como alega en su denuncia "se trataría de un puesto creado para él y al que se debería acceder por concurso público".

Después de que no llegaran a ningún acuerdo con él, Manuel fue despedido definitivamente el pasado 6 de febrero. Tras ello, el ex escolta decidió llevar el caso a los tribunales. Ahora la baronesa tendrá que hacer frente a esta grave acusación y defenderse. Junto a ella también serán investigados, el administrador de Tita, el abogado y el director General de Casesa, empresa encargada de gestionar la seguridad de los Thyssen, ya que también participaron en el proceso de negociación.