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Especial ‘latin lovers’: de Bertín Osborne a Julio Iglesias

Especial 'latin lovers': de Bertín Osborne a Julio Iglesias (Gtres)

Lo del 'macho ibérico' pensábamos que ya estaba pasado. Esos sex symbols nacionales, con camisas abiertas hasta medio pecho, sonrisa de bribón, porte gallardo y un sinfín de conquistas amorosas engrosando su currículum sentimental. Nos habíamos creído que el paso del tiempo, la evolución de la sociedad y las nuevas generaciones habían conseguido desterrar este tópico tan nuestro. Pero nada de eso. El resurgir de Bertín Osborne como presentador estrella de la temporada ha devuelto a los latin lovers a la primera página de la actualidad. Puede que ya no sean tan ágiles como antaño pero siguen despertando el mismo interés mediático. ¿Será que España es España por mucho que nos empeñemos en creernos Dinamarca? 

El éxito de Bertín nos ha pillado a todos con el pie cambiado. ¿Cómo íbamos a esperar que un galán de hace treinta años conseguiría salvar la precaria situación de Televisión Española? Tal vez deberíamos preguntarnos primero cuál es la edad media de la audiencia de En la tuya o en la mía antes de sacar conclusiones, pero sería negar una evidencia irrefutable: lo que hace Bertín Osborne interesa. Los chistes de cuñado en plena cena navideña, la campechanía de reconocer que no tiene ni idea de dónde están los electrodomésticos de su cocina y la aparente sinceridad con la que entrevista a sus invitados han cuajado en una época donde los gritos de 'Sálvame' estaba, quizá, demasiado presentes. El latin lover sigue teniendo su toque infalible. 

Los galanes patrios siempre han tenido su hueco en nuestra crónica social. Ya sea en televisión o alardeando de amoríos en las revistas, el latin lover es un reclamo infalible. El sexappeal vende y más cuando podemos cruzárnoslo por la calle en cualquier momento. Si no, ¿cómo explican el éxito de estos mitos sexuales de nuestra historia reciente? 

Bertín Osborne

La ventaja de los latin lovers es que no importa que envejezcan. La prueba viviente es Bertín Osborne. El presentador, cantante, actor, lo que sea, sigue los cosechando éxitos a los 60 que a los 40. Si antes nos deslumbraba con sus fotografías a pecho descubierto, dejando claro que lo de rasurarse no era lo suyo -y bien que hacía-, ahora muestra una imagen más recatada, más sosegada, más propia de su edad y de su público. Aun así, seguro que más de una se mudaría rápidamente a su ¿modesta? casa en las afueras. 

Julio Iglesias

El latin lover por excelencia. Julio Iglesias hace ya muchos años que reside en Miami, rodeado de sus múltiples hijos y su perfecta esposa modelo, pero su fama de conquistador no ha disminuido nada. El cantante presume de haberse acostado con miles de mujeres y lo hace con la sonrisa amplia y la tez extremadamente bronceada. No es de extrañar si su propio padre, el Dr. Iglesias, hacía lo mismo. Debe ser algo propio de la genética. 

Antonio Banderas

Durante décadas ha sido el español más deseado, el más demandado, el más querido en Hollywood. Antonio Banderas llegó a nuestras vidas como aquel jovencito tremendamente atractivo que encandilaba en las películas de Pedro Almodóvar y, claro, era evidente que su fama iba a llegar lejos. Ahora, cuando ya pensábamos que había terminado su época de latin lover tras muchos años con Melanie Griffith, ha vuelto a las andadas. Divorciado, sí, pero a las andadas. El sex symbol nunca muere. 

Arturo Fernández

En el caso de Arturo Fernández no tenemos claro dónde termina el personaje y dónde empieza la persona. El veterano actor consiguió, gracias a sus trajes y a su vocabulario más propio de tiempos remotos, hacerse con la fama de conquistador. Del galán que abre la puerta y deja pasar a las señoras primero. Claro, su encuentro con Bertín Osborne en el programa de TVE hizo saltar las alarmas de las tercer edad. Demasiado latin lover talludito junto. 

Carlos Larrañaga

El devaneo sentimental acompañó a Carlos Larrañaga hasta su fallecimiento. El actor tuvo mil y una conquistas y consiguió que casi todas continuaran hablando maravillas de él después de romper la relación. Uno de los grandes latin lovers que hemos tenido. Era guapo, caballeroso, simpático, picarón, había formado parte del destape y se había reciclado como actor solvente. No se le puede pedir más. Bueno, sí, no habernos liado tanto con Conchi y Chonchi, dos de sus grandes amores. 

Agustín Bravo

Por mucho que ahora viva retirado de la televisión -¿mano negra? Puede ser-, Agustín Bravo fue el sex symbol de los 90. Se convirtió en el galán del nacimiento de las televisiones privadas. Tenía planta, porte y una buena mata de pelo. Era cercano, le echaba una mano a Carmen Sevilla y derretía corazones a su paso. Como nos descuidemos, se marca un programa a lo Bertín Osborne y volvemos a tenerle en lo más alto del ranking de audiencias. 

Rubén Cortada

¿Es el heredero de los latin lovers? Echando un vistazo al panorama actual de celebrities, Rubén Cortada es lo más parecido que tenemos a los galanes patrios. Tanto por aspecto como por actitud, podría ser el siguiente de la lista. La duda, claro, es: ¿todavía va a continuar el fenómeno o desaparecerá con los actuales? ¿Habrá vida después de Bertín? ¿Terminarán los latin lovers con la muerte de Julio Iglesias? Mejor no llamemos al mal fario, pero... tienen muchos puntos.

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