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La ruta empieza en casa: cómo preparar un día de senderismo

Conocer la cartografía de la ruta evitará que te pierdas por el camino (Gtres).

Cuando sabemos que vamos a salir de trekking pensamos en las magníficas fotos que vamos a hacer, en los animales que nos encontraremos por el camino o, incluso, en la cerveza o la comida de después.

Descubrir sitios nuevos al salir de ruta y tener una experiencia maravillosa es algo que nos encanta a todos. Pero la planificación previa de un día de senderismo es igual o incluso más importante que salir a caminar. Ahí van cinco sencillos pasos y un consejo para preparar tu marcha. ¡Que nada te pille por sorpresa!

Elige una ruta adecuada para ti

Hay tres niveles que definen la dificultad de una ruta: básico, medio o alto. La elección de la ruta debe hacerse en función de nuestras capacidades físicas. O dicho de otra forma: las rutas de dificultad alta se las vamos a dejar a los profesionales, que nosotros hemos venido a disfrutar.

La elección de la ruta debe hacerse en función de nuestras capacidades físicas.

A la hora de elegir una ruta, es importante conocer otra distinción: las clasificadas como GR (gran recorrido) y las que son PR (pequeño recorrido). Las primeras se representan con los colores blanco y rojo y son de más de 50 kilómetros; las segundas se distinguen por los colores blanco y amarillo y tienen una longitud máxima de 50 kilómetros. Ambos son senderos homologados, cuyo objetivo es facilitar a los usuarios el seguimiento de la ruta.

Si perteneces a un grupo de senderismo, esta parte no debe preocuparte. Pero si no, ¿dónde puedes conocer el catálogo de rutas disponible y elegir la tuya? En Marabilias te recomendamos Wikiloc, una red social con más de tres millones de rutas del mundo. Pero si no te convence Internet, siempre puedes pedir información en tu Ayuntamiento.

Preocúpate por la cartografía

Esta parte de la preparación te permitirá hacerte una idea de cómo es el camino y evitar que te pierdas. Ir de la mano de alguien que ya conoce la ruta es lo más cómodo, pero cuando la desconocemos por completo también es importante mirar las curvas de nivel del terreno y el perfil de la ruta para saber cuándo vienen los ascensos, los descensos y de qué altura son.

Conocer la cartografía evitará que te pierdas por el camino.

Cuando decimos que debemos preocuparnos por la cartografía no hace falta que seamos expertos en mapas o simulemos ir de exploradores, brújula en mano. Ni mucho menos. Preocuparse por la cartografía también quiere decir informarse sobre cómo será el sendero o el camino que vamos a seguir: posibles bifurcaciones confusas, qué referencias físicas encontraremos, fuentes o áreas de descanso, etc.

Para hacerse con la cartografía de una ruta, Wikiloc te da la posibilidad de imprimir todo lo necesario. Pero si has elegido tu ruta por otra vía, siempre puedes acudir al Instituto Geográfico Nacional, donde tienen toda la información que necesitas.

Elige los horarios y cuida la meteorología

Debes tener en cuenta que un adulto (sin una preparación física demasiado fuerte) realiza una media de cuatro o cinco kilómetros por hora en llano, asciende 300 metros también en una hora y desciende, en el mismo tiempo, alrededor de unos 500. Sabiendo esto, podrás prever el tiempo que tardarás en hacer una ruta en cuanto sepas los kilómetros que tiene y eches un vistazo al desnivel del camino. Así sabrás a qué hora debes empezar a andar.

Si hay previsión de lluvias, pospón la marcha para otro día.

Otro aspecto importante de la preparación es la meteorología. Intenta saber qué tiempo hará el día que quieres salir de ruta, sobre todo por la ropa que deberás llevar. Además, si la previsión da lluvias, nuestro consejo es que dejes la marcha para otro momento: mojarse durante unos minutos puede resultar divertido si no estaba previsto, pero hacer una ruta durante horas bajo la lluvia puede resultar un infierno.

Primeros auxilios

Es muy importante llevar un botiquín encima. No hace falta que sea demasiado grande, tampoco se trata de ser exagerados. Una bolsita de aseo con tiritas, unas gasas, betadine en monodosis, esparadrapo, una venda, unas tijeras y analgésicos es suficiente. Y si eres alérgico a los bichos, hazte con una solución cutánea a base de amoniaco estilo AfterBite.

Descansos y alimentación

La recomendación más extendida es descansar 10 minutos por cada 50 de marcha. Eso está muy bien si tu ruta va a durar una mañana, pero si es de unas 6 horas, necesitarás añadir otra hora de descansos (más el tiempo que pares a comer), lo que retrasará tu ritmo y acabará por cansarte más. Para un día de senderismo, lo ideal es hacer tres descansos: uno de unos 10-15 minutos a media mañana, otro más extenso para la comida, y otro a media tarde si el resto del camino dura todavía más de dos horas.

Para reponer las pilas: barritas energéticas o frutos secos.

En cuanto a la alimentación, habrá quien te diga que debes comer algo cada dos horas, pero lo cierto es que el cuerpo tiene consciencia propia y él sabe cuándo debe pedirte que le repongas las pilas. Dependerá del ritmo que lleves y del esfuerzo físico que realices. ¿Qué comer cuando te lo pida? Alguna barrita energética o frutos secos. Eso sí: hidrátate bien. Intenta beber agua cada 45 minutos, pero no en grandes cantidades: podría darte flato y se acabó el disfrute.

¡Consejo!

Si lo que quieres realmente es disfrutar de un día de senderismo, te recomendamos que elijas una ruta de dificultad media-baja, de no más de 6 horas (unos 25 kilómetros aproximadamente) cuyo sendero esté señalizado y que sea circular (así podrás ir en coche al comienzo y cogerlo cuando acabes). Pero sobre todo: busca dónde disfrutar de una caña al terminar la ruta, pues el consumo moderado de cerveza tras el deporte ayuda a prevenir las agujetas y a recuperar el músculo.

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