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Running: los diez errores de principiante que debes evitar

Katie Holmes también es aficionada al running (Gtres).

Empezar la dieta, apuntarse a inglés y hacer deporte pueden estar entre los principales propósitos de buena parte de la población en estas fechas. Empezar a correr te parece una buena opción para tonificar y perder los kilos que has ganado con los excesos del verano y estar un poco en forma. Pero hay que hacerlo bien para conseguir ese objetivo, mantener la motivación y evitar lesiones.

Sesiones incorrectas

Estás tan motivado que te planteas correr por lo menos 30 minutos cada día. Pero en tu estreno, al minuto ocho ya no puedes vivir y sientes que el corazón se te va a salir del cuerpo. Fíjate objetivos pequeños, que pueden ser de cinco a diez minutos en las primeras sesiones, y no tengas prisa. A medida que te vayas sintiendo bien en los próximos días, irás ganando fondo y podrás ir sumando minutos a tu carrera. Puedes también alternarla con momentos de marcha.

Descuidar el calzado

¿Piensas salir a correr con las zapatillas que te compraste en una oferta del supermercado hace dos años? Vale que la cuesta de septiembre es tan empinada como la de enero, pero te arriesgas a se produzca una lesión. Ten en cuenta que durante la carrera se carga aproximadamente seis veces el peso de nuestro cuerpo sobre las articulaciones. Un buen calzado es fundamental.

Correr con un experto

Está muy bien salir a correr acompañado, charlas un poco y el tiempo pasa de manera más agradable. Pero si tu acompañante es un experto en running, que lleva años corriendo y es de los que no se pierde una carrera, lo más posible es que no seas capaz de mantener su ritmo ni por supuesto tener su fondo. Eres novato en esto, no dudes en admitirlo.

Disfruta la carrera

Si llevabas tiempo sin practicar deporte, el running es una de esas actividades capaz de dejarte sin aliento al poco tiempo de empezar. Si piensas demasiado en el esfuerzo, lo único que vas a conseguir es tener la sensación de que el tiempo pasa más despacio. Intenta desconectar, disfruta del paisaje y ve escuchando música o la radio.

Pasarte de la raya

Ni tú te lo crees, ni tampoco los que te rodean, pero saliste el primer día y corriste 30 minutos sin tener que parar. Pero si te estás entrenando por primera vez (o lo retomas después de un tiempo), tu cuerpo va a responder negativamente en las siguientes sesiones. No hablamos (solo) de agujetas, pero sí calambres dolorosos e incluso lesiones. Escucha a tu cuerpo y adáptate a lo que te pide. No te obligues a correr más de la cuenta porque sólo conseguirás fatiga y fragilidad.

Inventarte una respiración

¿Crees que para ir bien, a tu velocidad de crucero, debes inspirar una vez y expirar dos veces (o algo similar)? Te equivocas. Correr a la velocidad de crucero es hacerlo de modo que seas capaz de hablar al mismo tiempo. Si la respiración no es la adecuada, terminarás hiperventilando y con fatiga antes de tiempo.

Terminar la sesión con un sprint

Error. Las reservas de azúcar las habrás quemado en los primeros minutos de running y hacer un sprint necesitará un nuevo aporte, así que el cuerpo tirará de los azúcares que están reservados para el cerebro, con lo que puedes marearte. Termina la carrera ralentizando el ritmo hasta terminar en marcha. Y nunca, nunca vuelvas a casa sin estirar los músculos.

Ser impaciente

El running tiene resultados muy positivos sobre el cuerpo, estiliza las piernas… Pero después de una semana no vas a ver ninguno de ellos. Tras muchos entrenamientos tu musculatura se habrá reforzado, pero no es cosa de magia. Ten paciencia.

Cuidado con el tiempo

Es posible que este verano hayas visto a corredores a las dos de la tarde, a cuarenta grados… Es un error garrafal no adaptarse a la meteorología y no utilizar ropa adecuada, así como chubasquero o protector solar según toque.

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