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Estilo

Hombres con tacones: un signo de masculinidad

Luis XIV de Francia no solo buscaba virilidad y etiqueta social, también altura.

“Cuando los tacones se introdujeron en la indumentaria con la llegada del siglo XVII, los hombres fueron los primeros en adoptar la tendencia y la mantuvieron durante 130 años como expresión de poder y prestigio”, ha explicado la comisaria de la muestra Elizabeth Semmelhack. “Incluso después de que los tacones salieran del armario masculino en 1730, hubo espacios temporales en los que se reintegraban no como un modo de desafiar a la masculinidad, más bien para proclamarla”. Bien, volvamos al principio.

¿Quién y por qué introdujo el tacón en nuestras vidas?

No es un invento europeo sino de Asia Occidental. Los soldados persas los utilizaban para asegurar el pie con el estribo cuando montaban a caballo. Una visita diplomática para estrechar relaciones de ayuda militar entre el Imperio Persa y España, Alemania y Rusia (en 1599) acabó con una nueva moda en las cortes: los tacones. Los aristócratas acogieron la tendencia como símbolo de virilidad y distinción.

Como ha ocurrido siempre con la evolución de las modas, conforme las clases bajas adoptaban las formas de vestir de las altas, estas las cambiaban de nuevo en un eterno devenir de las mismas. En el caso del tacón supuso acabar elevándolo aún más, fue ahí cuando nació el verdadero zapato de tacón, e incluso eligiendo algunos colores para los privilegiados y otros para el resto

La aristocracia alardeaba de su ocio a través de su ropa.

La aristocracia y los miembros de la corte podían permitirse ese evidente calzado incomodo en su día a día y en sus fiestas. No tenían que andar muy lejos, ni trabajar y, demostrar la impracticabilidad de sus gustos (en moda y en cualquier otro aspecto como desarrolla Thorstein Veblen en su teoría de la clase ociosa) es parte de la naturaleza de su estatus.

Es imposible dejar pasar la oportunidad de destacar un notable modelo de tacones, el rey Luis XIV de Francia que no solo buscaba virilidad y etiqueta social, también altura. Su zapatero personal, Nicholas Lestage, creaba para su majestad tacones rojos -color que solo él podía llevar- algo más altos de los que se solían ver por la corte. Ya la suela roja distinguía a los mortales, como ahora hace Louboutin dividiendo la sociedad entre los que pueden comprar un par de sus creaciones y los que solo sueñan con ellas.

Pronto la moda del tacón masculino corrió como la pólvora entre los reyes más fashion del momento, Charles II de Inglaterra también se apuntó aunque no por falta de altura. En 1630 las mujeres se encontraban en plena masculinización de su imagen, explica la comisaria de la muestra, fumaban pipa, llevaban sombreros y, por supuesto adoptaron para sí la moda del zapato de tacón. Explican desde el museo que en el siglo XVII mujeres y hombres llevaban tacones, pero se distinguían por materiales y formas de: “Los de los hombres eran normalmente amplios y robustos, mientras que los de las mujeres eran muy estrechos”.

El paso a icono femenino

A la vez que evolucionaban los tipos de tacón, el hombre fue progresivamente dejando de utilizarlo. Se habían convertido en un icono más femenino que masculino, habían perdido su significado anterior y para 1740 ya no los calzaban.

Desde entonces han sido varias las veces en las que el hombre y el tacón han vuelto a unirse. Repasa la exposición, que celebra el 20 aniversario del museo, algunos de esos momentos como las botas cowboy de los americanos o las biker boots de los moteros después de la II Guerra Mundial, también los míticos botines de tacón del Beatle John Lennon en los sesenta o las plataformas Ferradini (que ahora reconoceríamos como de Drag Queen) de Elton John en los setenta, no faltarán tampoco tacones de colecciones de alta costura más recientes. Los significados de los tacones masculinos han cambiado, no los utilizaba Luis XIV con la misma intención que Elton John, justamente ahí se encuentra la naturaleza cambiante de la moda. Y lo que la convierte en un apasionante objeto de estudio y análisis social. 

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