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De setas sin salir de casa: el huerto micológico

Boletus Edulis (flickr | Mongider - imagen con licencia CC BY-SA 2.0).

En función del tipo de seta que te guste podrás cultivarlas en una terraza o en tu jardín. Para ello hay que seguir unos sencillos pasos en base a la biología de tu seta favorita. Las hay simbiontes como los níscalos, que se unen mediante micorrizas a los pinos, mientras que otras especies son saprófitas como la seta de cardo, que se alimentan de restos vegetales.

Para cultivar las setas lo que compramos son porciones de micelio a modo de ‘semillas’.

Las setas son las estructuras que albergan las esporas: los esporocarpos son las ‘flores’ del hongo, pero en sí el hongo está formado por una serie de filamentos, hifas, que a modo de raíces se encuentran en el sustrato del que se alimentan, ya sea este el suelo, las raíces de los árboles o la madera muerta.

Para cultivar las setas, lo que compramos son porciones de micelio, que a modo de ‘semillas’ colonizarán el sustrato y nos darán con muy poquitos cuidados un buen setal, que harán las delicias del mejor setero. Además, nos darán un toque muy especial en nuestro jardín y terraza.

Cultivo de champiñones

Si lo que te gustan son los champiñones, la seta de cardo, el shiitake, el Pleurotus ostreatus o la seta de chopo, lo vas a tener bastante fácil y no necesitarás un espacio muy grande, para tener una producción mediana. La forma de cultivo de estas especies, es muy sencilla: el blanco o ‘semilla’ se puede comprar en diversos formatos, como cuñas inoculantes, granos de cereales inoculados o directamente troncos y sacos ya inoculados donde apenas tendremos que humedecer y esperar.

El procedimiento no conlleva grandes trabajos, aunque sí requiere mucha higiene.

Si nos decidimos por cultivar a partir de ‘semillas’, el procedimiento no conlleva grandes trabajos, aunque sí mucha higiene, para evitar que otros hongos colonicen el medio y compitan con nuestro elegido. Pongamos por ejemplo el cultivo de la seta de ostra sobre madera: cortaremos una rama de chopo o álamo de unos 25 cm de diámetro y 50 cm de largo.

Podemos hacer varios agujeros en el tronco donde introducir el micelio o cortar una ‘loncha’ del tronco y poner en medio el blanco. Los cortes deben realizarse con herramientas previamente limpias y desinfectadas con alcohol y recuerda que los hongos son buenos almacenes de contaminantes como los metales pesados, así que mejor herramientas manuales.

Para evitar que se deseque el micelio,  taparemos con cinta aislante el hongo y protegeremos del sol y del viento al tronco regándolo para que esté húmedo. De 2 a 6 meses más tarde el tronco tendrá una cobertura de aspecto algodonoso y estará lista para producir.

Tras esta fase, sólo tenemos que colocar el tronco en una maceta con arena limpia y regar regularmente todo el tronco. Podremos tener producción entre una y tres veces al año y a un bajísimo coste: los blancos de shiitake, seta de cardo o de ostra se pueden adquirir por menos de 35 euros ya inoculados en troncos o 26 euros en cajas.

Cultivo de boletos y níscalos

Claro que si lo nuestro son los boletos y los níscalos, vamos a necesitar algo más de trabajo, espacio y sobre todo, tiempo. Quizá lo más fácil será adquirir unos pinos inoculados con níscalos para nuestro jardín. Se adquieren con 1 savia y aproximadamente en 3 años, podremos empezar a recolectar. El precio de nuestro pinar niscalero con 9 arbolitos estaría en 114 euros.

Claro que si lo que te gustan son los boletos, ahí vas a tener que invertir algo más. En primer lugar, debes saber que los boletos necesitan bosques maduros, de al menos 20 años, por lo que si estás pensando en tu jardín, este deberá tener de antemano pinos, hayas, encinas o alcornoques. Si estás pensando en plantar estos árboles para cultivar boletos, aún en plantones micorrizados la espera puede ser de hasta 10 años o no tener éxito.

Tu huerto micológico ayudará a cuidar nuestros bosques de las hordas de seteros.

Si tienes suerte y en tu jardín tienes árboles adultos, puedes comprar el inóculo y plantarlo en el suelo, en la zona exterior de la zona radicular, esto es, en el límite de la sombra del árbol. La fructificación comienza a partir del segundo año y se pueden obtener rendimientos de hasta 100 kg/ha. Para cuidar de tu setal de boletos o de níscalos, deberás evitar el encharcamiento, nunca labrar la tierra, pisarla en exceso o abonar.

Tu huerto micológico ayuda a cuidar nuestros bosques de las hordas de seteros, que están llevando a algunas especies, como el Boletus regius, a ser cada vez más rara. Muchas voces hace tiempo que exigen controlar esta actividad y es cada vez más frecuente encontrar en nuestros montes el Acotado de setas, con fuertes multas a los infractores.

No olvidemos que los hongos juegan en nuestros bosques papeles fundamentales en la dinámica ecológica, las especies simbiontes como las amanitas, níscalos y boletos ayudan a los árboles a obtener sales minerales y humedad del suelo y las saprófitas como la seta de cardo y de chopo son las recicladoras de la madera muerta. 

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