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Estilo

De juego a obsesión: el peligroso mundo de imitar a los famosos

Lady Gaga vestida con filetes de carne (Gtres)

El cantante e ídolo de masas, Justin Bieber, fue pillado en la piscina de un hotel practicando sexo con su nueva amiga, Sophie Richie ¡en un lugar público! Cuando pasa algo así solo queda preguntarnos: ¿qué está pasando?

Esto es un ejemplo de cómo se encuentra el panorama actual. Parece increíble que nuestro ‘umbral del escándalo’ se encuentre tan alto que ya tendemos a normalizar conductas que resultan intolerables, especialmente por tratarse de un escaparate en el que se paran a mirar millones de personas, entre ellos, adolescentes menores de edad que buscan parecerse a sus ídolos.

Otros nombres como Miley Cyrus, Lady Gaga, Britney Spears, Lindsay Lohan o este mismo verano, Orlando Bloom y un sinfín de rostros conocidos del panorama nacional e internacional, se suman a la lista de los que firman sus apariciones con conductas inapropiadas y exhibicionistas que no ayudan a dar ejemplo a sus millones de seguidores que buscan en sus ídolos, un modelo a seguir. Sin ir más lejos, Miley Cirus, pasó de niña a mujer a golpe de caderas en sus apariciones musicales y por los escándalos televisivos en los que no dejó mucho a la imaginación, que creían que Hannah Montana era una simple colegiala. O Linsday Lohan con sus estados de ebriedad, publicados en todos los medios nacionales o internacionales, y que casi le llevan a la cárcel.

Según un estudio realizado por ‘La liga española de educación’ en diferentes comunidades autónomas,  las personas más admiradas por los adolescentes son 62% cantantes y artistas y un 46% a futbolistas frente a un 2% que admira a escritores y un 1.5 % que a científicos. Estos hechos han provocado una alarma social, especialmente por el peligro que supone la banalización de los escándalos públicos y su imitación. Tanto es así, que psicólogos especializados y profesores encargados de la educación de los adolescentes, se planteen qué está ocurriendo para que este tipo de conductas sean copiadas y justificadas.

Mª Consuelo Sandoval, profesora especializada en apoyo de primaria y especializada en pedagogía en colegios, declara que: “la conducta de imitación de los jóvenes a las celebrities, es difícil de concretarla en una franja de edad, ya que cada vez aparece más temprano, debido a que los niños están sometidos a muchos estímulos audiovisuales. Es cierto, que entre los 13 a 17 años, se ha concluido que es la edad más vulnerable a tendencias de imitación”.  

Por su parte  una psicóloga especializada en el ámbito social nos declara que, “los adolescentes son las personas más dadas a copiar los comportamientos y tendencias de otras personas puesto que se encuentran en un periodo de construcción de su personalidad. Son esponjas, imitan actitudes de otras personas con el objetivo de parecerse a ellas. Da igual que sea beneficioso o perjudicial. Les puede el ego de ser popular, o de creer que por imitar a alguien serán como ellos y conseguirán, en el caso de las celebrities, su fama y popularidad”.

Por regla general, aquellas personas que imitan a otras padecen problemas de inseguridad y de personalidad. Focalizan sus miedos y carencias, en convertirse en otra persona a la cual creen superior. Lo más perjudicial de este comportamiento es que normalizan conductas lejos de la educación, el respeto y el saber estar en sociedad y se convierte en una obsesión el hecho de parecerse al extremo a su ídolo.

Según Consuelo Sandoval: “Las celebrities, tienen un buen físico, van a la moda y tienen una buena posición económica, aparentemente, sin esfuerzo. Esto hace que sus seguidores quieran aspirar a ello. El problema viene dado porque si su ídolo tiene conductas inadecuadas, el adolescente reconocerá esas conductas como normales y acabará reproduciéndolas. Por ejemplo, si es condenado por fraude, alcohol o drogas, el joven acabará reconociendo esos patrones de comportamiento como normales y relativizará las consecuencias e importancia que tienen en la vida de una persona”.

Según declara la psicóloga social, los que más se imita es la ropa, las expresiones a la hora de hablar y el físico. La necesidad de parecerse a las celebrities pasa a ser un juego peligroso cuando, por ser como ellos, ponen su vida en riesgo. En el caso del físico, los “imitadores” a golpe de bisturí, se van acercando al aspecto físico de los que para ellos son sus iconos de belleza, aunque nunca es suficiente y las operaciones estéticas pasan a ser parte primordial de sus vidas. Es el caso por ejemplo, de la pareja formada por Anastasia Reskoss y Quentin Dehar, quienes han pasado hasta en 15 ocasiones por el quirófano, y pagado más de 300 mil dólares para parecerse a los muñecos Barbie y el Ken. Son filias y fobias que se ven reflejadas en comportamientos poco habituales por los protagonistas. Este es el resultado:

 

La moda sigue siendo lo más imitado por los adolescentes. Solo hace falta ver como el ‘fenómeno blogger’ ha entrado en el mercado de las tendencias convirtiéndose en una estrategia de marketing para las marcas. Sin ir más lejos, las prendas que cuelgan el cartel de ‘fin de existencias’ en toda España, son aquellas que un/a blogger o personaje famoso  luce cuando publica una foto en alguna de sus perfiles de redes sociales, como sucedió la pasada primavera con la famosa y repetida chaqueta amarilla de Zara.  

Padres, educadores e instituciones tienen un importante papel para evitar que la distracción se acabe convirtiendo en obsesión y pongan en peligro su vida sin darse cuenta.

 
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Una foto publicada por Quentin Dehar (@kendehar) el25 de Abr de 2015 a la(s) 2:24 PDT

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