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Maserati: 100 años de una leyenda de la carretera

Maserati Quattroporte de 1963, uno de los modelos más conocidos y admirados del fabricante.

Ahora, Maserati celebra sus primeros cien años de vida, coincidiendo además con otro hito relevante en la marca, como es el haber alcanzado las 50.000 unidades fabricadas en la planta Avvocato Giovanni Agnelli, de Grugliasco, la última de sus plantas inaugurada a principios de 2013 y en la que, en menos de dos años de actividad -allí se producen las berlinas Quattroporte y Ghibli- ha sido capaz en 22 meses de llegar a las cincuenta mil unidades producidas. 

El automóvil número 50.000, protagonista del día del 100 cumpleaños de Maserati, fue un Quattroporte S Q4 del color de la nueva pintura Grigio Maratea, con interiores deportivos en doble color negro y rojo, destinado al mercado estadounidense, mercado donde el Quattroporte S Q4 disfruta de una gran acogida como los demuestran los más de 10.700 Maserati entregados en los primeros diez meses del año.

Los inicios de Maserati fueron la competición. En 1946 lanzó su primer GranTurismo de calle, el A6.

Pero los 100 años de actividad de la marca han traído consigo grandes logros no solo en sus productos comercializados, sino también en las pistas de competición, donde forjó buena parte del carácter de la marca. Entre otros, el récord de velocidad de 246,029 km/h establecido por Borzacchini en 1929 o el Campeonato Mundial de F1 de 1957, ganado por Fangio al volante del 250F.

Sin embargo, la historia de Maserati supone más que sus gloriosos éxitos en competición y el lanzamiento de grandes coches de calle. Una marca que inició su actividad en un local, pero fue creciendo hasta convertirse en un protagonista internacional con representación en 43 países. Una marca asociada siempre al logo del tridente, diseñado por el propio Mario Maserati, que escogió uno de los símbolos característicos de Bolonia, el tridente de la estatua de Neptuno de la fuente de la Plaza Mayor.

Tras preparar modelos de competición, en 1926 llegaría el primer modelo bautizado como Maserati y denominado simplemente Tipo 26. Y tres años después, llegaría el primer récord mundial de la marca con un Maserati V4 de 16 cilindros que alcanzó una velocidad media de 246,07 km/h en una distancia de 10 kilómetros. El punto álgido de la competición llegaría en 1956, con los duelos vividos entre los dos rivales de Módena, Maserati y Ferrari, cuyo desenlace llegaría una año más tarde, cuando Juan Manuel Fangio abandonaba Ferrari regresando a Maserati y lograba con esta última cuatro victorias y el título de Campeón del Mundo de Fórmula 1.

No fue hasta 1946 cuando la marca lanzara el que es considerado como su primer GranTurismo de calle, el A6, presentado en el Salón de Ginebra de aquel año y que fue diseñado nada menos que por Pininfarina. Y en 1963, lanzó el Mistral, el primer modelo de la marca que recurrió al nombre de famosos vientos, una tradición que se mantiene hasta nuestros días, como en el caso del más moderno Maserati, el Ghibli.

Pero si hay un modelo que ha marcado de siempre a Maserati, es el Quattroporte, la primera berlina de la marca provista de un motor de carreras y que se convirtió en 1963 en la berlina de calle más rápida del mundo. Y en 1967 llegaría el Ghibli, el primer Maserati diseñado por Giorgetto Giugiaro. De las 100 unidades previstas inicialmente, se fabricarían casi 1.300 al final de su producción. Cuatro años más tarde, Maserati volvía a sorprender con otra obra de Giugiaro, el Bora, un impactante coupé de faros escamoteables.

Ya en una época más actual, llegaría en 1981 uno de los modelos más admirados y exitosos de la marca, el Maserati Biturbo, que se mantuvo en producción hasta 1993 y se produjeron cerca de 37.000 unidades. 

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