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Cinco ideas de viaje para pasar un puente de diciembre memorable

Para la mayoría, Liubliana es una gran desconocida, y por esa misma razón, la capital de Eslovenia sorprende muy gratamente gracias a la cantidad de maravillas que esconde.

 En bici por Urdaibai

Si el tiempo acompaña y eres de los valientes, un plan alucinante con el que disfrutarás como un verdadero crío es recorrer en bici de montaña parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde encontrarás un espacio natural único en el que se mezclan bosques, mar, ría y marismas formando paisajes espectaculares. Tienes más de una decena de rutas para BTT, así que hay para elegir, pero procura no saltarte las del bosque de Oma, el alto de Sollube y Bermeo-Zugaztieta. Uno de los mayores encantos de este viaje, además de las vistas, es la recompensa que te espera tras unos cuantos kilómetros sobre la bici: las opciones gastronómicas de la zona no tienen rival, así que aprovecha para pegarte unos buenos homenajes, que para el siguiente puente aún queda mucho.

Viaje exprés a Liubliana (Eslovenia)

Para la mayoría es una gran desconocida, y por esa misma razón, la capital de Eslovenia sorprende muy gratamente gracias a la cantidad de maravillas que esconde. Esta pequeña ciudad de apenas 270.000 habitantes resulta divertida, amable, moderna, tranquila y sobre todo verde, muy verde. De hecho, ha sido elegida capital verde europea para 2016. Dicen que en su superficie se da la mayor biodiversidad de toda Europa, y ese es uno de los puntos fuertes para el viajero. Está tan cerca de los Alpes y del mar que en un mismo día podrías esquiar y bañarte en el Adriático. Un plan perfecto especialmente para los que huyen del turismo de masas, ya que a pesar de lo dicho aún no figura en los grandes circuitos turísticos de Europa, así que ahora es el momento de aprovechar para una visita.

Salto en paracaídas en Sevilla

Darse una vuelta por Sevilla siempre es un placer, pero si le añadimos un aliciente con algo de adrenalina el listón ya se coloca muy alto. Por eso un plan estupendo para los que no le tienen miedo a las alturas es saludar a la provincia de Sevilla a lo grande, desde nada menos que 4600 metros de altura, para después disfrutar ya en tierra firme del largo listado de atractivos de la capital andaluza. Para ese majestuso salto hay que recorrer los 17 kilómetros que separan Sevilla de Bollullos de la Mitación, desde donde se realiza el salto más alto permitido en toda Europa, que es el que nos da opción a un minuto completo en caída libre a 200 kilómetros por hora. Si habitualmente ya entran bien los finos, la cerveza y el tapeo sevillano, después de un salto como ese todo sabe aún mejor.

Ruta de los faros en compañía de los trasnos

Hay rutas que lo tienen todo para convertirse en memorables, y una de ellas es la que une Malpica con Finisterre por el borde del mar. La llaman O Camiño dos Faros y son 200 kilómetros que los bien entrenados pueden hacer a pie en cerca de una semana. Como el puente no da para tanto, siempre se puede empezar la ruta un poco más cerca de Finisterre o hacer sólo la parte inicial o media del recorrido. Atravesarás playas, faros, puertos, acantilados, montes y cabos que forman un escenario con mucho de mágico. Cuentan que allí campan a sus anchas los trasnos, esos duendes gallegos con fama de revoltosos que se esconden en las casas y fraguas de la zona y se dedican a hacer trastadas durante la noche.

Descanso en el balneario de Archena

Para quienes únicamente conciben los días libres como días de descanso, un plan memorable consiste en salir como nuevo de este puente de diciembre. Los balnearios son una elección perfecta si se busca descanso, y en España la oferta es tan amplia que hay opciones en todas las comunidades. Uno de los que conoce siglos de historia es el Balneario de Archena, situado en el valle de Ricote, cuyos orígenes se remontan al siglo V a.C. Los beneficios de sus aguas termales empezaron a ser conocidos ya entonces, y de ahí que los romanos decidieran levantar las termas. Ahora sigue cuidando a sus huéspedes gracias a esas mismas aguas termales, que emanan del manantial a una temperatura de 52 grados centígrados. Un lujo para desconectar y hacer que cuerpo y mente descansen a lo grande.

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