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La posada de Lalola: recomendaciones del vecino

Cuánto se puede aprender de esta persona. Y lo ha conseguido, porque la casa irradia alegría y abre sus puertas a todo aquel que quiera pasarse por allí.

Aquí no se presume de gloriosos antepasados ni de pomposos títulos. “Puse el nombre de Lalola porque era sonoro y seguro que era un buen reclamo para los franceses”… y acertó. La casa, construida alrededor del año 1856, ha sido rehabilitada manteniendo los rasgos de la arquitectura regional, con la cubierta de teja árabe y las tradicionales chimeneas aragonesas de piedra con formas redondeadas y con las peculiares espantabrujas. La fachada se completa con una reja muy antigua de un convento y un gran arco, en tonos crudos, que da la bienvenida. Todo es sencillo y todo es agradable.

Solo son seis las habitaciones, pero merece la pena. En la posada se respira un aire íntimo y coqueto. Pinturas, cuadros y detalles delatan a su propietario, gran aficionado al fútbol y amante de las cosas buenas. Algunos de sus evocadores nombres -A contraluz, Sol naciente, Cuarto menguante, etcétera- inspiran más armonía a todo el conjunto.

Además, si llegamos tarde no nos tenemos que preocupar del tema de la cena. Tan sólo hay que cruzar la calleja para llegar al restaurante de la Posada de Lalola, exponente de cocina casera elaborada con productos naturales de la tierra. Su interior, pequeño y coqueto, no dispone nada más que de seis mesas, por lo que se recomienda reservar para poder disfrutar de los manjares elaborados en los fogones. Aquí se cocina lo que encontramos en el mercado. Bacalao, ternasco, guisos locales y unas setas que animan a pasarnos el día en el monte con la cesta y mirando el suelo… “Lo importante es que la gente unte pan en la salsa y sonrían cuando piden el poste”.

En los alrededores de la posada se descubren paisajes dominantes de viñedos. Asimismo, se recomienda visitar alguna de las bodegas que hay en la zona, que elaboran vinos con Denominación de Origen Somontano. También es curioso dar un paseo por Alquézar, situado a tan sólo 6 kilómetros de Buera. Este pueblo medieval, de calles empedradas, posee un castillo y colegiata del siglo XI. Los más activos, también pueden recorrer los cañones del Guara; pero no es necesario.

la posada de lalola

 22146 Buera. Huesca.

 Dirección: Cl. La Fuente, 14

 Teléfono: 974 318 437 - 619 225 102

 Web: www.laposadadelalola.com

 [email protected]

 Habitaciones: Seis habitaciones dobles.

 Precio: Desde 70 €. En el precio de la habitación está incluido el IVA y el desayuno.

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