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Destinos

7 desfiladeros para quedarte sin aire

Ruta del Cares (flickr |Gabriel González - imagen con licencia CC BY-SA 2.0).

La Yecla (Burgos)

En plena Sierra de la Demanda, a sólo tres kilómetros de Santo Domingo de Silos, se encuentra este estrecho desfiladero que esculpieron las aguas del arroyo El Cauce durante millones de años. Son apenas 600 metros de ruta, pero merece la pena recorrerlos sin perderse ni medio detalle: puentes y pasarelas ayudan a cruzar esta garganta sobre cascadas y pozas en una especie de laberinto entre las rocas calizas que no decepciona. Para los amantes de la ornitología hay también una sorpresa: dicen que allí anidan 100 parejas de buitres leonados.

La Garganta Divina (Asturias y León)

Quienes conocen bien la ruta del Cares saben que no exageramos si decimos que es uno de los desfiladeros más impresionantes del país. Recorre el corazón de los Picos de Europa para unir las poblaciones de Caín (León) y Poncebos (Asturias) a través de 11 kilómetros con unas vistas espectaculares. Hasta los que tenemos cierto vértigo somos capaces de superarlo por el premio que supone recorrer esta senda: se trata de una ruta tallada literalmente en las rocas de las montañas que para muchos figura entre sus rincones favoritos del mundo.

Foz de Lumbier (Navarra)  

El río Irati fue el que diseñó esta increíble garganta, declarada reserva natural, donde se refugian numerosas rapaces y animales salvajes. Sus 1.300 metros de longitud pueden ser recorridos por la vía verde que pasa cerca del río, al pie de los acantilados, en un espectáculo natural de los que se disfrutan con los cinco sentidos. Otro de sus atractivos es el puente que, según cuenta la leyenda, fue construido con ayuda del diablo.

Cañon de las Buitreras (Málaga)

¿Buscas un desfiladero originado en la edad jurásica -entre 200 y 150 millones de años atrás- que haya sido declarado Monumento Natural y que se encuentre en la Serranía de Ronda? Si es así, lo encontrarás en el Cañón de las Buitreras, todo un reto sólo apto para quienes ya tienen experiencia en recorrer este tipo de superficies. Lo atraviesa el Puente de los Alemanes, desde el que hay unas buenísimas vistas de los cortantes más impresionantes.

Hoces del río Duratón (Segovia)

Es una de las gargantas más populares, con una fama bien merecida: el río Duratón ha excavado a su paso un profundo desfiladero de paredes verticales de hasta 100 metros de altitud que suponen un auténtico paraíso para las aves rapaces. Se puede recorrer en varias rutas de diferente duración y nivel de dificultad, aunque las más populares son la senda larga, de unos 12 km, y la senda circular de los dos ríos, de 5.

Desfiladero de Mont-rebei (Lleida)

Este precioso desfiladero que se encuentra entre El Pallars Jussà y La Noguera es uno de los tesoros secretos mejor guardados de la provincia de Lleida. Declarado Refugio de Fauna Salvaje hace ya 10 años, se mantiene prácticamente virgen, sin carreteras que lo crucen. Sin embargo sí cuenta con un camino parcialmente excavado en la roca, con paredes que alcanzan los 500 metros de caída, que es un auténtico regalo para los excursionistas.

Hoz de Beteta (Cuenca)

En la Serranía de Cuenca, entre las muelas de Carrascosa y del Palancar, se encuentra este Monumento Natural que consiste en un espectacular cañón fluvial que atraviesa unos paisajes de foto. Los puntos más impresionantes pueden verse a través de la senda del Paseo Botánico, de dos kilómetros y medio. Otro imprescindible de la lista que merece una visita sin prisa.

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