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Islas Quirimbas: un lugar para dar envidia

flickr | rosino - imagen con licencia CC BY-SA 2.0.

El archipiélago de las Quirimbas está formado por 50 islotes, muchos de ellos deshabitados, que van desde Pemba, la capital de la provincia Cabo Delgado, hasta el río Rovuma, que hace de frontera natural con Tanzania. Once de ellas constituyen una reserva natural conocida como Quirimbas National Park. Son islotes casi de postal. Las playas de este archipiélago tienen un color dorado bruñido y al pisar la arena uno tiene la sensación de ser el primero en hacerlo; el mar es azul verdoso y tranquilo, con la temperatura justa.

Para movernos entre las islas podemos optar por la versión rápida, en avioneta privada, o por la más romántica, en una pequeña nave a motor, nuevos rivales de los transportes tradicionales, dhow, famosas embarcaciones de vela triangular.

Ibo fue la perla de las colonias, un referente del mercado de las especias.

Cada isla es un reclamo. El pequeño pueblo de Ibo, en la Ilha Do Ibo como la llaman sus habitantes, está a medio camino entre una ciudad fantasma y una inocente villa de pescadores. Las viviendas de los colonos, construidas según los dictámenes arquitectónicos de Portugal, se encuentran desde hace mucho tiempo abandonadas. Las puertas y las ventanas están cerradas en un mutismo de años, las fachadas de color pastel han ido descascarillándose lentamente y algunos árboles aparecen en los tejados para demostrar lo generosa que es la naturaleza en estas latitudes. Ni el pequeño resort abierto recientemente ha cambiado el ritmo cotidiano de sus habitantes… Sol, pesca y algo de música siguen siendo los pilares de su vida.

Calles polvorientas, mujeres vestidas de vivos colores y la sensación de abandono en una ciudad que empieza a recuperarse mirando a un turismo con más ilusión que realidad. Pero la verdad es que las casas siguen ahí, testigos persistentes de tiempos más gloriosos, cuando Ibo era la perla de las colonias, un referente del mercado de las especias.

Leyendas en el fuerte encantado

El antiguo fuerte guarda gran parte de su majestuoso aspecto defensivo. Cuatros cañones han escapado de la rapiña local. Las pesadas balas de hierro indican que hubo algo que proteger en Ibo, y algo de mucho valor, grandes cargamentos de esclavos para las plantaciones del Índico. La fortificación, en forma de estrella fue construida en 1791 y utilizada como prisión hasta 1970. La creencia popular dice que está encantada y que los espíritus de los prisioneros que allí murieron siguen atrapados entre sus muros.

Cuando baja la marea, Ibo casi se une a la isla de Quirimba. Allí, en una plantación de cocos se nota la huella de una familia alemana, los Gessner. La narración de su patriarca habla de cómo se instaló en la isla, de sus casi cuarenta mil palmeras, de la industria de la copra y los piratas que todavía merodean por la isla.

David Beckham alquiló todo un hotel en Quilalea.

Cómo un generoso sultán nos ofrece su embarcación y dos de sus criados para llevarnos hasta Quilalea. Treinta minutos de navegación y parece que hemos llegado a otro mundo. Nuestra llegada coincide con la producción de un folleto de material deportivo. Diez modelos, y dos equipos de producción para demostrar lo sano que es hacer deporte, para elaborar toda clase de folletos e imágenes publicitarias.

El lugar no puede ser mejor. Pequeñas calas y caprichosas formaciones rocosas para uno de los hoteles más exclusivos de la costa africana. Dicen que David Beckham pasó una semana después de alquilar todo el hotel. Numerosos actores sudafricanos también optan por cerrar la isla para sus fiestas privadas. Sin embargo, los que disfrutan realmente de este paraíso son los submarinistas: para ellos el lugar de referencia es Matemo Island. Sólo con las fotos te dan ganas de ir. Y si buscamos algo más, todavía podemos pasarnos unos días en Vamizi. Otro sitio de esos que dan envidia.

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