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Cultura

Eckhard Gerber, el Lawrence de Arabia de la arquitectura alemana

Butterfly Dome.

Eckhard Gerber tiene a sus 74 años la exigente tarea de aportar su grano de arena en la génesis de una nueva Riad. La ciudad, según sus responsables, “es una de las urbes que más rápido está creciendo a nivel mundial”. Y de ahí viene la necesidad de adaptarla a la modernidad. Esto explica que se haya proyectado, entre otras cosas, un faraónico sistema de transporte en metro de 176 kilómetros de recorrido valorado en 16.300 millones de euros.

La estación de metro de Olaya contará con luz natural.

Prueba de la implicación en la modernización saudí de Gerber Architekten, la firma que dirige el septuagenario arquitecto alemán, es que suyo sea el diseño de una de las estaciones más importantes de ese metro, una parada situada entre las arterias de tráfico que son la King Fahd Road y la Olaya Street. Gerber ha ideado un allí espacio con algo más de 90.000 metros cuadrados dispuestos en seis niveles – dos en superficie y cuatro subterráneos – donde los viajeros, aun estando bajo tierra, disponen de luz natural. Es más, el techo de la estación, en forma de gigantesca duna que recuerda los parajes locales, acoge un parque público de 18.500 metros cuadrados.

Se alineará la estación de metro de Olaya con otros puntos de interés de la ciudad situados entre la King Fahd Road y a Olaya Street, a saber, la Biblioteca Nacional Rey Fahd y los rascacielos Al Faisaliyah Center, firmado por el británico Norman Foster, y Kingdom Center, del estudio estadounidense Ellerbe Becket. Este par de rascacielos son dos de los edificios más altos del país. La biblioteca, el menos elevado en ese trío de monumentos arquitectónicos, también lleva la firma de Gerber, al menos en parte.

Edificio tapado como las mujeres

Porque el arquitecto natural de Oberhain (este alemán) ha concebido la ampliación para la Biblioteca Nacional saudí, levantada en los años 70 y cuyas últimas obras estarán terminadas el próximo mes de noviembre. Gracias a Gerber, ese centro, el mayor dedicado a la cultura en Arabia Saudí, gozará de otra construcción que la envuelve y la protege con su moderna fachada. Ésta se compone de fragmentos de lona tensados que constituyen una suerte de membrana aislante frente a las altas temperaturas. En la capital saudí se alcanzan fácilmente los 50 grados centígrados.

El arquitecto asegura que sus edificios “diseñan las imágenes de una sociedad”.

Hay críticos en Occidente que han señalado que se trata de un edificio de gran belleza aunque acusa el estar tan tapado como las mujeres del país árabe. Pero Gerber responde que él y su equipo “diseñan las imágenes de una sociedad”; en este caso, la saudí.

Gerber Architekten, que emplea a 120 personas distribuidas en sedes situadas en Berlín, Hamburgo y Dortmund, también ha sabido aprovecharse del hecho que el monarca saudí, el rey Abdalá, invierte ingentemente en educación. Este año, un cuarto de su presupuesto gubernamental está en manos de los responsables educativos, es decir, casi 55.000 millones de dólares. Este tipo de cifras han contribuido a que el estudio de Gerber haya diseñado un centro de divulgación científica, el Prince Salman Science Oasis, cuyas obras siguen su curso.

La cúpula de las mariposas

Eso no es todo. También en el céntrico distrito financiero de Riad está previsto que se construya una bóveda de cristal en cuyo interior los visitantes podrán pasear y deleitarse viendo mariposas exóticas. Se llamará Butterfly Dome. Así lo ha pensado Gerber, a quien las autoridades dieron vía libre para imaginar un espacio en el que relajarse en mitad de lo que todavía son kilómetros cuadrados de obras que albergarán un centenar de rascacielos. El alemán ha reconocido que se inspiró para este vergel de lepidópteros en el interés uno de sus hijos por los insectos.

Gerber compara la evolución de Arabia Saudí con los cambios en la extinta RDA.

Actividades de ocio algo más sofisticadas podrán desarrollarse en otro punto del distrito financiero que llevará el sello de Gerber, el Info.Hub. Se trata de un espacio de 150.000 metros cúbicos aún en fase de diseño pero cuya idea es que desde fuera emule las formas de los hongos del desierto. Su interior contendrá, entre otras cosas, una librería, una zona de información turística y un centro de exposiciones.

La capital saudí está en plena modernización y en Gerber ha encontrado un transformador de dimensión multinacional, con proyectos punteros en todo el mundo. Aislada de la ola de cambio que ha traído la primavera árabe, Arabia Saudí tal vez esté dando sus propios pasos en la globalización de la mano de genios como el alemán, quien tampoco vería mal que hubiera transformaciones sociales en el reino wahabita.

A este otro nivel, la receta de Gerber, según ha contado al semanario Der Spiegel, pasa por poner en contacto al país árabe con el resto del mundo. “Vengo de la República Democrática de Alemania y lo que me dejó huella entonces fue la Ostpolitik de Willy Brandt”, señala el arquitecto. O lo que es lo mismo: “el cambio a través del acercamiento”.

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