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Cultura

Hay más tontos que botellines

Momento de la Tomatina de Buñol (Flickr / puuikibeach)

Será el próximo 24 de agosto -no sé si llegaremos- en un circuito de carreras en el estado norteamericano de Virginia, donde el tabaco rubio crece en estado natural. Los encierros de toros bravos al estilo San Fermín de Pamplona son ya un hecho; además se suma a este acto la liturgia de la colorista “tomatina” de la localidad valenciana de Buñol. Este festejo mediático, muy difundido por YouTube y los documentales del National Geographic, se moverá a otros estados en el 2014. Esta sensación supuestamente placentera de subidón de adrenalina ante con toros sueltos tras los corredores y el gustazo rojizo del tomate estampado en la piel y entretelas ya ha sido vendido a la cadena CBS por una pasta gansa. Lo ha afirmado el portavoz del circuito, Bryan Pierce, así como que “la gira se repetirá en Atlanta (Georgia) el 19 de octubre y en Houston (Texas) el 7 de diciembre. Es hasta posible que el show sea registrado con el nombre comercial The Ernest Hemingway Parade ante el éxito de la previsión para un circuito con capacidad para 30.000 espectadores a 40 kilómetros al sur de Richmond. La organización espera que se acerquen unas 5.000 personas para el fiestón polivalente. Ellos sí que saben. Lo colorista, lo sano -salvo para el toro, claro- y lo lúdico para EEUU y el señor ese con tan mala pinta y una rata seca (y descolorida por tupe) al EuroVergas. Los virginianos de “toreadores” (ohh yeahhh, bullshit!!!) y los madrileños de Alcorcón creyendo que van a trabajar de crupier. ¡Qué pena más grande esto de “la Marca España”! Explotada por foráneos de California, Texas, Minesota e Illinois.

En otro orden de cosas, pero en la misma línea, los españoles nos despedimos con lágrimas del Cine de Autor, aquel que los maledicentes espetaban antes como “de Arte y Desmayo”. No merecemos menos. Ni películas artísticas de aquí o de fuera; precisamente ahora que hasta la Academia de Cine de Hollywood premia y resalta lo más independiente del universo ya que todo lo mediocre, masivo y comercial (eso no es cine sino espectáculo) a la hora de los Oscar ya está vendido y amortizado con creces. Este pasado fin de semana, la taquilla de todo el cine en general- a pesar de las insuperables Searching for Sugarman o la danesa La Caza- ha obtenido una de sus peores asistencias de espectadores de los últimos años, con sólo 3,55 millones de euros, por lo que la situación del sector es preocupante. Curiosamente el pasado año el cine español obtuvo su mayor taquilla, de 158 millones de euros, gracias a éxitos como Lo imposible o Las aventuras de Tadeo Jones, cifras que se prevé improbable que se repitan nunca jamás.

Mentalidad de la Edad de Piedra

Todos lloran y se lamentan. Mientras fuera surgen problemas que emanan de un orden y cultura “del rayo láser”, de la imposibilidad de poner “cortafuegos a Internet” o derivados de las Redes Sociales, aquí estamos aún con una mentalidad cutre “alrededor del arado romano y la piedra de silex”. Mi presidente de la Academia de Cine de España, Enrique González-Macho, o está intoxicado, o no acierta en la verbalización de sus manifestaciones, o las dos cosas a la vez. Dice que va a cerrar sus cines (luego afirma que sólo los reducirá a unas pocas salas) donde muestra, exhibe, distribuye algunas otras y sus propias producciones, como si no hubiera otras empresas por el estilo pero menos potentes. Además, queda mal (muy mal) al pedir árnica y pesebre desde su puesto de representación de una institución. La familia del cine nunca ha estado unida y -como en la de los actores o intérpretes- siempre se ha remitido todo a una sola voz.

Robert Redford parece también tener problemas con el más importante festival independiente del mundo, Sundance Film Festival, desde hace 35 años en el estado mormón de Utah. Ha presentado en España hace poco (“vendido” es la palabra) su Sundance Channel para la televisión de pago. Venía desde Londres, que es donde hacía la queja realmente, pero los estadounidenses lo promocionan todo perfectamente y hacía creer que venía desde Utah directamente al Café de Oriente de Luis Lezama frente al Teatro de la Opera y el Palacio Real: “No Motion Without Promotion” (No hay película sin promoción). Además, Brad Pitt ha sido rechazado por el gran director de Autor austriaco Michael Haneke (Oscar 2013 por Amor), como actor y socio para un inmediato proyecto. La crisis del cine en nuestro país es causa de la crisis económica, la falta de una política audiovisual viable y la ignorancia de los espectadores. Aquí con lo del Cine Wuaka y Chuck Norris no se puede ir a ningún sitio; con Rajoy, tampoco. No me gusta la gente que solo prefiere “Cine de Birria” con Concha Velasco haciendo caja.

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