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Cultura

Rebelión en Spotify: el cantante de Radiohead se planta

Thom Yorke durante un concierto de Radiohead (flickr | alterna2 - imagen con licencia CC BY 2.0).

En 2007, el grupo inglés Radiohead publicó su disco In Rainbows rompiendo los cauces establecidos en la distribución discográfica: liberados de contrato con su compañía hasta entonces, decidieron colgar su nuevo trabajo libre en Internet, permitiendo su descarga y solicitando el pago que cada usuario considerara oportuno. El resultado fue sorprendente, ya que un número muy elevado de seguidores decidieron pagar el precio que ellos mismos entendieron justo.

Pero esta anécdota, así como otras declaraciones tanto de Yorke como de Godrich, hacen suponer que su actitud no es contraria al nuevo paradigma que en la música están introduciendo las nuevas tecnologías. Es sabido que los cobros que reciben los artistas por sus reproducciones de streaming legal son irrisorios respecto al número de éstas. 

Si nos fijamos en alguno de los mensajes lanzados por los dos músicos en las redes sociales, aún quejándose de ello, van más allá, afirmando que con el modelo actual es imposible que los nuevos músicos, aquellos que aún se mantienen fuera del engranaje comercial de las grandes compañías discográficas, puedan seguir adelante con sus creaciones. En concreto, Godrich ha afirmado que “en el fondo son los mismos tíos de la vieja industria tratando de conseguir un dominio absoluto sobre el sistema de entrega” de música. Según ellos, los únicos que se benefician son los propios accionistas de Spotify y de otros sistemas.

Spotify y las grandes discográficas

Y posiblemente ahí recaiga el problema. En su momento, Spotify estableció acuerdos con las cuatro grandes compañías discográficas a nivel mundial, Universal, Sony, EMI y Warner para el reparto del canon de reproducción y así evitar las acciones legales con que éstas habían amenazado. De hecho, las cuatro grandes entraron en el accionariado de Spotify, ya que consideraban el proyecto una excelente manera de conseguir un rendimiento al extenso fondo de catálogo que poseen.

La protesta de Yorke y Godrich va en este sentido, cuestionando una vez más el excesivo poder de la industria sobre los propios músicos, y especialmente, los nuevos creadores. Spotify ha respondido que su modelo “sirve de apoyo financiero a la industria a la hora de invertir en nuevos talentos y proyectos”. Una vez más, la reflexión y discusión están abiertas.

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