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Cultura

“Vosotros lo tenéis todo, yo tengo una escopeta": Rafael Chirbes retrata la España del malestar

“Vosotros lo tenéis todo, yo tengo una escopeta", escribe el novelista Rafael Chirbes en las páginas de En la orilla (Anagrama, 2013), su más reciente novela, que sale a la venta tras seis años de silencio de su autor. En ella, Chirbes cuenta la historia deEsteban, un hombre que se ha visto obligado a cerrar una carpintería que vivió del esplendor de la construcción, y se descubre de pronto vacío y despojado. Ha dejado en el paro a 5 personas y su padre, enfermo en fase terminal, se apaga mientras él intenta sobrellevar la ruina que toca a su puerta con la insistencia de una derrota. 

Algunos han hablado de En la orilla como la novela de la crisis, pero Rafael Chirbes se quita la etiqueta a sombrerazos. No cree en el acto de reflexionar sobre sus propios libros en voz alta -"si tienes que hablar mucho de tus libros es que tus libros no hablan por ti", dijo a la periodista Blanca Bersátegui hace unos días-. No escribe pensando en ideologías, dice; tampoco entregado albuenismo o la prosa maniquea. Chirbes escribe sobre lo que ve. Y punto.

Reconocido  como “heredero de la mejor tradición del realismo” por sus editores, Rafael Chirbes ha reflexionado con anterioridad sobre la historia y los accidentes generacionales de un país que caminaba, a su manera, hacia el hundimiento. Su primera novela,Mimoun (1988) inició una serie sobre la sociedad española que abarca desde la posguerra hasta la transición, y que se completa con La buena letra (1992), La larga marcha (1996), La caída de Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003).

La historia de Esteban, el protagonista de En la orilla, es la de un personaje que hace las veces de víctima y verdugo -patrón arruinado y hombre vacío-. Mientras, todo ocurre en el paisaje potentísimo de un pantano: escenario del escombro; el lugar al que van a parar los restos; la basura; las historias arruinadas de hombres y mujeres. Todo aquello que se pudre lo hace bajo el fango espeso de tierra y desilusión que Chirbes ha escogido como sustancia de su nueva novela.

Esa idea, la de la pestilencia que surge de las sobras de los grandes banquetes, ya la había propuesto Chirbes en Crematorio (2011), una novela ambientada en el pelotazo inmobiliario valenciano y en la que narra la historia de un hombre que traiciona sus convicciones para sacar provecho económico de la corrupción que le rodea y de la que se vuelve partícipe. ¿Es En la orilla la otra mejilla de un horno ardiente? Para muchos sí. Incluso más. 

Concibiéndolos como a un coro, Chirbes coloca a los personajes de su historia en los márgenes: en las orillas de un lodazal, la vida o la historia. Desde ahí hace emerger, como vapores, las voces del vertedero: el coro marginal de atropellados por una realidad económica y social que estuvo ahí, agazapada, en el fondo de un pantano que nadie parecía -o quiso- ver.

La historia de los vencidos; las inconsistencias del edificio político de la transición; la corrupción; la prostitución; el desencanto y el cinismo son algunos de los temas fundamentales en la obra deRafael Chirbes. La España de los últimos 70 años contada sin buenos ni malos sino en la elección razonable del claroscuro.

Chirbes en la pequeña pantalla

En el año 2011 Crematorio, según Chirbes su novela más amarga, fue convertida en serie de televisiónpor Jorge Sánchez-Cabezudo. José Sancho fue el encargado de dar vida a Rubén Bertomeu, un constructor que ha ganado mucho dinero en los últimos años gracias a las prácticas de corrupción en la Costa Levantina. Fueron apenas 8 capítulos y sin embargo el éxito fue arrollador. Primero la emitió Canal Plus. Luego, La Sexta. “Chirbes habla de lo que ha pasado en su tierra, el levante español, de cómo se han financiado los ayuntamientos en los últimos 30 años”, comentó Sánchez-Cabezudo al referirse a la historia en la que se basa la que, para muchos, ha sido la mejor serie de televisión en España.

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