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Cultura

Presidentes made in USA: lo que el cine nos cuenta de ellos

Harrison Ford en Air Force One.

En pleno ambiente apocalíptico y en mitad de la Guerra Fría, nueve dígitos y un ring le sirvieron a Stanley Kubrick para acercarnos, en clave de ácida comedia ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, un film capaz de ridiculizar a través de un despliegue de personajes de lo más variopinto, la absurda competitividad entre EEUU y la Unión Soviética. Se trata de una caricatura del conflicto a cargo de Peter Sellers que da vida a Merkin Muffley, un presidente tan ingenuo e inocente que es incapaz de hacer nada para prevenir el desastre que se le avecina. A Muffley solo le faltó decir cual Gila ¿es ahí el enemigo? Que se ponga, por favor.

¿Alguien dijo que ser el hombre más poderoso del planeta era sencillo? Pues que se lo digan a Bill Pullman cuando encarnó el personaje de Thomas J Whitmore en Independece Day. El presidente tuvo que lidiar con una invasión de alienígenas, hacer frente a la muerte de su esposa y liderar una ofensiva a bordo de un caza de las Fuerzas Aéreas contra invasores extraterrestres. En este film, Emmerich quiso mostrar la imagen de un presidente capaz de subirse a un avión de combate para defender su planeta. Con más garra yo no los he visto.

Morgan Freeman interpretó en Deep Impact (antes de que Obama llegara a la Casa Blanca) al primer presidente negro de la historia de EEUU. La peli que habla del descubrimiento de un objeto celeste con todas las papeletas para colisionar en la Tierra, tiene dos ingredientes que no podemos pasar por alto: la unión de cine catastrofista y la imagen de un presidente héroe capaz de manejar cualquier situación.

Tim Burton nos dejó una de marcianos. Mars Attacks! es una peli hecha mal a conciencia. Este trabajo, que puede entenderse como la versión perfecta de Independece Day, presenta a un grupo de marcianos intentando sembrar el caos mientras el presi de turno, Jack Nicholson, se define como un mandatario aprovechado, capaz de venderse ante los propios alienígenas. En este film, Burton encuentra la forma de reírse del trabajo de Emmerich como le da la gana, eso sí, con un ingrediente que le falta a ésta: el buen gusto.

Harrison Ford también puede presumir de haber sido presidente. Con carisma, autoridad y moral lo vimos en Air Force One. Se trata de un título que proyecta la imagen de un líder fuerte y simpático, condecorado en la Guerra de Vietnam que, de buenas a primeras se ve extorsionado por un grupo de terroristas asiáticos a bordo del propio avión presidencial. Esta es, sin duda, una peli de altos vuelos.

No siempre son héroes

Lejos de la imagen que estamos acostumbrados a ver, el cine nos dejó algunos títulos en los que la figura del presidente aparece desprovista de cualquier sentido heroico. Sin ir más lejos Pánico Nuclear, basada en el best seller de Tom Clancy, presenta de manera hiperrealista los posibles efectos de una crisis nuclear agravada por la repentina decisión del presidente Fowler. El film nos muestra una imagen bastante deteriorada del mandatario capaz de tomar decisiones de máxima seguridad de forma casi irresponsable. En la misma línea se presenta El día de mañana, una película catastrofista que gira en torno a un escenario apocalíptico por un posible cambio climático. En este panorama el presidente no es más que un líder incompetente, vendido ante los acontecimientos. Con algunos de estos títulos se nos ha acercado una imagen deteriorada del mandatario estadounidense, pero a quien le de miedo creer que el presidente de EEUU es tan mortal como nosotros, que piense que el cine es como la magia, tan sólo producto de nuestra imaginación.

Ya no sé si tienen tantas vidas como Alex Kidd, si han peleado más que los personajes de Street Fighter, si se han enfrentado a más alienígenas que un juego de marcianos o han esquivado a mas fantasmas que el Pac Man. La verdad es que el celuloide los ha retratado como a los hombres más poderosos de la Tierra y, es que hagan lo que hagan sus decisiones no sólo sirven para pasar de nivel, es que además importan, ¡y de qué manera!

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