Quantcast

Cultura

El surrealismo que viene

Placeres iluminados, una obra del pintor surrealista Salvador Dalí (Wikimedia-Commons con licencia CC BY-SA 3.0).

El término surrealista (que quiere decir por encima de lo real y no por debajo), lo acuñó por primera vez el sicalíptico escritor galo Guillaume Apollinaire, unos dicen que en un programa de mano que redactara para un musical, otros que en el prefacio del autocalificado drama surrealista ‘Las tetas de Tiresias’ (con perdón pero así es el título, qué le vamos a hacer; tiene otros peores). Lo definía como “una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas, que es el heraldo de un arte más amplio aún por venir…”.

El término surrealista lo acuñó por primera vez el sicalíptico escritor galo Guillaume Apollinaire

Es evidente que el  Sr. Apollinaire era un escritor, porque su definición es mucho más poética que la afirmación de la Sra. Yasmin Dorrsry, de la Fundación Juan March, que también contará con su exposición sobre el surrealismo casualmente, cuando dice que “el carácter enigmático, la negación de las leyes de la lógica formal, la ruptura de las convenciones morales burguesas y el reconocimiento de las contradicciones eran las condiciones previas a partir de las cuales los surrealistas pretendían despertar las fuerzas de la poesía y la fantasía, sumidas en las profundidades del subconsciente”. Lo cual es cierto pero, coincidan conmigo, que la frase es toda una frase.

El 'Manifiesto Surrealista' de Breton

Como todo movimiento nuevo, los surrealistas quisieron encontrar antecedentes que les confiriesen el oportuno pedigrí histórico, y así afirmaron que había antecedentes surrealistas en pensadores tan variopintos como Heráclito o Charles Fourier, pasando por el marqués de Sade y en artistas como El Bosco con su célebre ‘Jardín de las Delicias’ o ‘El carro del heno’. Pero el verdadero creador del surrealismo fue el poeta André Breton quien en 1924 lanza su ‘Manifiesto Surrealista’ (Bretón se afilió al Partido Comunista por lo que era muy aficionado a los ‘manifiestos’), y en él proclama: “Indica muy mala fe discutirnos el derecho a emplear la palabra surrealismo, en el sentido particular que nosotros le damos, ya que nadie puede dudar de que esta palabra no tuvo fortuna, antes de que nosotros nos sirviéramos de ella. Voy a definirla de una vez para siempre:

Surrealismo: "sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral"

Filosofía: "El surrealismo se basa en la creencia de una realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta la aparición del mismo, y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos, y a sustituirlos por la resolución de los principales problemas de la vida.”

Ahí queda.

Algunos como Jean Arp o Miró siguieron el movimiento desde el punto de vista artístico pero no desde el político

Volviendo al surrealismo que viene de la mano del Museo Thyssen - Bornemisza, hay que decir que en la muestra los que están lo son, pero no están todos los que son o fueron surrealistas. El giro político de Breton hacia el comunismo hizo que algunos, como Jean Arp (presente en la muestra) o Miró, siguieran el movimiento desde el punto de vista artístico pero no desde el político. Incluso genios como Dalí fueron expulsados por Breton de su apostolado surrealista por sus tendencias fascistas (sic).

El surrealismo trascendió de la poesía o la literatura a todo el elenco de artes plásticas: escultura, pintura e incluso, fotografía (Man Ray), y el cine (nuestro Luis Buñuel con su ‘Un perro andaluz’ o  ‘La edad de oro’, así como el maestro Hitchcock colaborando con Dalí en la escenografía de ‘Recuerda’).

Es evidente que todavía no podemos saber las obras que se expondrán en el Museo Thyssen – Bornemisza con el nombre de ‘El Surrealismo y el sueño’, pero habida cuenta del elenco de autores programado a buen seguro que será una buena idea darse un paseo por sus salas, y disfrutar de la genialidad excéntrica de los siempre sugerentes surrealistas. Quién sabe, a lo mejor podemos disfrutar del original de ese cuadro de René Magritte que hiciera famoso la película ‘The Thomas Crown Affair’ interpretada por el guapísimo, elegantísimo pero, francamente, relamidísimo Pierce Brosnan, que en ningún momento nos hizo olvidar al malogrado Steve McQueen, protagonista de la primera versión de la película. 

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.