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La inactividad física: alarma social y política por su índice de mortalidad en España

Juegos Olímpicos (Gtres)

Estos datos alarmantes han provocado que el Gobierno de España, active propuestas relacionadas con la política de sanidad, en cuanto a la actividad física de la población. Uno de los motivos principales a la hora de elaborar dichas políticas, es que estas reducirían gastos públicos. El Presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, declaró tras un estudio realizado el mes de julio por el Ministerio de Educación Sanidad y Deporte que “50.000 muertes al año en España procedentes de la inactividad física provoca un coste estimado del 10% del gasto sanitario total”. Como dice el refranero español…”más vale prevenir, que curar”.

El 56% de los Estados Miembros de la OMS ha puesto ya en marcha políticas para reducir la inactividad física. El Gobierno de España, en la actualidad, está trabajando ya para adoptar medidas de urgencia, especialmente en los centros educativos, para incentivar la práctica deportiva, con el objeto de mejorar la salud de la población, disminuir la tasa de mortalidad en España y reducir gastos sanitarios derivados de la misma.

Estos datos alarman a especialistas en la materia que cuenta con una población sedentaria, con insuficientes hábitos de actividad física en su rutina diaria y con déficit a la hora de llevar a cabo unas pautas de alimentación. La obesidad, ocupa un 22,9% del total de la población en España y según los especialistas, únicamente se puede reducir con dieta sana, equilibrada y actividad física.

Según un estudio realizado en el 2015 y publicado actualmente sobre ‘Hábitos Deportivos en España’, perteneciente al Plan Estadístico Nacional desarrollada por el Ministerio junto al Consejo Superior de Deportes, indican que en 2015 el 53,5% de la población de 15 años en adelante practicó deporte en el último año. La mayor parte de ellos, el 86,3%, con gran intensidad, al menos una vez a la semana. Por sexo se observan notables diferencias que muestran que la práctica deportiva en hombres es superior que en las mujeres, en términos anuales, el 59,8% en los hombres, frente al 47,5% en mujeres. Entre las modalidades deportivas más practicadas en términos semanales destacan la gimnasia, 19,2%, la carrera a pie con un 10,6%, ciclismo, 10,3%, natación, 8,4%, musculación y culturismo, 8,2% y fútbol con un 7,2%.

 

Estos resultados denotan que, cada vez en mayor medida, la sociedad está tomando conciencia de que es necesaria la práctica deportiva, pero, aún quedan brechas por cerrar. La mayor problemática con la que se enfrentan aquellos que quieren entrar en  el ‘mundo deportivo’, o incluso los que ya se encuentran en él, es la falta de información para llevar a cabo la actividad de manera satisfactoria, según sus condiciones físicas (edad, altura y peso) y según su estado corporal y sus habilidades. A la hora de tener resultados, es importante llevar a cabo un deporte específico adaptado a las necesidades corporales y de salud de la persona en cuestión.

Los 9 deportes más recomendados

El mejor entrenador personal del año según la FIBO (Feria internacional de fitness, wellness y health, el evento más importante del sector en toda Europa), Martín Giaccheta, creador del Método G y conocido como el entrenador de celebrities y políticos, elabora en exclusiva para Marabilias, unas rutinas de actividad física adaptadas a la edad del deportista y en función del deporte más recomendado.

Jóvenes
(15 a 35 años)

Según Martín Giacchetta, asegura que: “Las personas más jóvenes deberían intentar hacer todo tipo deportes de equipo para adquirir los valores del trabajo colectivo”. Es importante, que además de la propia actividad, las personas a partir de 15 años fomenten valores deportivos. Para ello, los deportes más recomendados serían baloncesto, fútbol, balonmano o cualquier otro deporte que se desarrolle en equipo. En cuanto a deportes individuales, la mejor es la gimnasia deportiva, según el entrenador, que servirá para lograr una coordinación muscular general y un desarrollo corporal.

En estas edades, donde la persona se encuentra llena de vitalidad y el cuerpo es apto para es maleable y puede adquirir la forma que nosotros ayudemos a adoptar, es importante aprovechar esta etapa para que nuestro cuerpo coja la forma y el fondo que queremos tener en un futuro a largo y corto plazo. Lo ideal es practicarlo de 4 a 5 veces a la semana, con una duración aproximada de una hora y media.

Adultos
(35 a 60 años)

Según declara Martín Giacchetta, “En esta franja de edad y en función de la conciliación familiar y laboral, lo ideal es realizar deportes o actividades como el running que por su facilidad de práctica y grandes beneficios físicos a nivel cardiovascular y muscular”. Para aquellos que sufren algo más de estrés laboral, lo idea es practicar deportes como el golf o el tenis que requieren una concentración algo más elevada, evadiendo de esta manera el tan temido estrés.

En esta ocasión, el deporte juega con varios objetivos: realizar actividad física, eliminar estrés, evadirse y desconectar. Por ello, en esta ocasión la actividad requiere un esfuerzo físico mayor para eliminar tensión o bien, un deporte que no requiera tanto esfuerzo físico pero sí que tu mente esté centrado únicamente en ello.  Lo recomendado es practiar 4 o 5 días a la semana, se podrían reducir en 3 o 2 días a la semana y para compensarlo, se incrementa el tiempo invertido en dos horas o dos horas y media.

Mayores
(60 en adelante)

En personas de una edad más avanzada, según el entrenador, “lo ideal es realizar actividades físicas sin demasiado impacto como puede ser andar o nadar”. Ambos ejercicios mantienen el aparato cardiorrespiratorio de forma óptima. Además, en el caso de la natación, el desarrollo y el mantenimiento muscular es completo.

En esta franja de edad, el objetivo que se busca es mantener los músculos y los huesos sanos, así como, fomentar la movilidad de la persona que lo practica. Es importante no provocar un exceso de actividad y realizarla, preferiblemente, supervisada por un especialista para evitar que el temido efecto rebote y perjudicial (hacernos una lesión, por ejemplo). En este caso, la actividad, al tener menos intensidad, se recomiendoa que sea diaria y combinada. Por ejemplo, andar cada día una hora y nadar dos veces a la semana.

 

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