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Es la primera moto de trial eléctrica que se fabrica en serie

Fotos cedidas por Todotrial.com

Ya conocíamos con anterioridad otras motos de trial eléctricas, aunque la mayoría dirigidas a los más pequeños como versiones con las que inciarse en el mundo de la motocicleta de campo. Pero Gas Gas, la marca española campeona del mundo de trial en cinco ocasiones, tres con Jordi Tarrés y dos con Adam Raga, ha sido la primera en lanzarse a la producción en serie de una moto dirigida ya al público adulto, como alternativa a los modelos de dos tiempos. Y nosotros, hemos tenido la oportunidad de ponernos a los mandos de la primera unidad comercializada —en la madrileña tienda DiFrenos—, y comprobar, al igual que en los primeros turismos eléctricos, que este tipo de propulsión cien por cien limpia con el medio ambiente tiene mucho futuro por delante.

Más aun cuando las severas leyes actuales que prácticamente prohiben circular a las motocicletas por campo pueden encontrar en este tipo de propulsión libre de ruidos y emisiones un aliado que permita recuperar algo que desde hace años echamos de menos; poder disfrutar de una cierta libertad a la hora de movernos por las muchas zonas de montaña de nuestra geografía. Sin duda que la moto eléctrica puede ser un buen paso y, esta novedosa Gas Gas, supone una interesante opción para ello. Pero como en el sector del automóvil, estos primeros modelos cuentan aun con el lastre de un precio no precisamente económico. Cuesta 9.800 euros, unos 4.000 más que la versión con motor de dos tiempos, pero la exclusividad de disfrutar de una moto de estas características es suficiente argumento para tenerla en cuenta. Es un primer paso, muy avanzado ya eso sí, que irá puliendo detalles con el tiempo.

Lo que está claro es que su funcionalidad está fuera de toda duda, como hemos podido comprobar en primera persona y viendo en acción a uno de los jóvenes y más prometedores pilotos madrileños, Nacho Fernandez Sancho, realizando todo tipo de acrobacias con esta primera Gas Gas eléctrica. Y es que de entrada, el peso se queda en unos livianos 63 kilogramos, cuatro menos que la versión TXT 280 de dos tiempos. Una ligereza que unida a la instantánea respuesta del motor eléctrico le confiere una gran maniobrabilidad a muy baja velocidad. Con la batería a plena carga, se puede disfrutar de hasta unas dos horas de autonomía, necesitando cuando se descarga por completo apenas una hora para recuperar el 80 por ciento de la carga. Para llegar al 100%, se necesitan unas dos horas y media.

Al ponernos en marcha, sorprende el silencio al girar el acelerador y sentir como entra la potencia como si de una dos y medio se tratara. Hay que acostumbrarse lógicamente a unas reacciones muy diferentes a las habituales, sobre todo por un embrague que actúa básicamente en dos modos, on y off. Hay que basar la conducción, por tanto, más en el tacto del acelerador y, una vez hechos a ello, disfrutar superando obstáculos sin dificultad. Su capacidad de tracción es muy elevada, proporcionando por ello mucha confianza en terrenos poco adherentes. Combinado con su ligereza, el conjunto sin duda resulta de lo más equilibrado.

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