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La vida de los rescatados de la cueva de Tailandia, un año después

La vida de los rescatados de la cueva de Tailandia, un año después

En junio de 2018, una docena de adolescentes y su entrenador de fútbol fueron a explorar una cueva cerca de su campo de juego en el norte de Tailandia, una vez que terminaron su entrenamiento. No sabían que su excursión duraría semanas y cambiaría sus vidas para siempre.

Debido a las lluvias monzónicas la cueva se inundó rápidamente y el grupo quedó atrapado dentro, lo que dio lugar al rescate más grande de la historia de Tailandia, en el que participaron más de 1.000 personas de todo el mundo.

Es una de esas historias con final feliz, en las que el grupo sobrevive durante diez días sin comida, gracias en parte a la meditación, antes de ser milagrosamente descubiertos y contra todo pronóstico días más tarde puestos a salvo, a pesar de lo inaccesible del terreno y las fuertes corrientes de agua.

Un año después, los chicos se han convertido en pequeñas celebridades. Fueron invitados al Show de Ellen DeGeneres el pasado mes de octubre y jugaron un partido amistoso en los Juegos Olímpicos de la Juventud celebrados en 2018 en Buenos Aires.

Muchos de ellos han visto disparada su notoriedad en redes sociales. Ekkarat Wongsukjan y Pornchai Khamluang, de 15 y 17 años, respectivamente, tienen casi 150.000 seguidores en Instagram cada uno.

Película y posible miniserie en Netflix

El próximo mes de septiembre se espera que se estrene una película titulada 'La Cueva', producida y dirigida por el tailandés-irlandés Tom Waller, en la que entre figurantes y actores participaron unos 300 locales e internacionales.

Paralelamente, Netflix ha llegado a un acuerdo para llevar la historia a la pantalla aunque aún no está claro si la producción será una miniserie o una película, ni cuándo se estrenará. Circulan rumores de que cada chico rescatado recibió tres millones de baht (96.000 dólares) por el acuerdo con Netflix.

No cabe duda de que las cosas pintan ahora mucho mejor para estos muchachos, muchos de los cuales proceden de entornos desfavorecidos. Meses después de su terrible experiencia en la gruta, Tailandia concedió la ciudadanía a tres de ellos y al entrenador de 26 años, que eran apátridas.

A pesar de la fama y fortuna adquiridas, para sus amigos y familiares los chicos siguen siendo los mismos.

"Estoy muy orgullosa de él. Sigue queriendo convertirse en un jugador profesional. No ha cambiado. Cuando regresa de la escuela se reúne con sus viejos amigos y juegan juntos como un equipo", dice Thanaporn Promthep sobre su hijo de 14 años, Duangpetch Promthep.

"Nattawut Khamsong todavía tiene tiempo para mí. Jugamos al fútbol y al fútbol sala durante los descansos entre clases. Sigue siendo el mismo", dice uno de sus mejores amigos, Puvadech Khamngoen.

"Los muchachos no han cambiado a pesar de que sus vidas lo han hecho totalmente. Obedecen a los entrenadores. No alardean de su fama. Seguimos siendo como hermanos", dice Pichai Apichai, uno de los entrenadores de "Jabalí", equipo al que pertenecen los jóvenes que quedaron atrapados en la cueva.

Dado que no se permite entrevistar a los chicos -han concedido derechos exclusivos a SK Global, una empresa de entretenimiento con sede en Estados Unidos y responsable de éxitos de taquilla hollywoodiense como "Locos, ricos y asiáticos"- los testimonios corresponden a personas cercanas a ellos.

"Intentamos mantener la máxima normalidad, en la medida de lo posible". Kanet Pongsuwan, director de la escuela Mae Sai Prasitsar, en la que estudian cinco de los chicos, dice que no reciben trato especial y que nadie habla del incidente en el colegio.

Lo único especial son las clases extras que tienen los fines de semana y días festivos para recuperar los días que no asistieron a la escuela. El director explica que después de estar atrapados en la cueva, los chicos se recuperaron en un hospital y posteriormente pasaron un tiempo como novicios en un monasterio budista para expresar su gratitud.

A pesar de haber reanudado la vida normal, otros niños pueden sentir que la suerte del grupo no es justa.

"He oído que algunos estudiantes sienten celos de la fama y fortuna de los muchachos. Pero hasta ahora no ha habido ningún problema grave entre ellos", asegura Pasita Chaisilapin, maestra de Prajak Sutham, uno de los jóvenes rescatados.

Según otro entrenador, muchos otros miembros del equipo "Jabalí" continúan siendo apátridas y muy pobres. Sin la ciudadanía tailandesa, les resulta imposible jugar al fútbol a nivel nacional.

La sensacional misión de rescate no sólo ha cambiado la vida de sus protagonistas y sino también el estado de la cueva.

Ya no hay barro. El área alrededor de la gruta tiene instalaciones adecuadas y ha sido renovada como atracción turística, con un museo que muestra cómo se produjo el rescate junto a tiendas de campaña donde los vendedores de souvenirs venden camisetas en las que puede leerse "Tham Luang", el nombre de la cueva.

"Hagamos una foto con nuestro héroe", dice un turista de Bangkok a su familia frente al museo, refiriéndose a la estatua de Saman Kunan, buzo ex miembro de las fuerzas de élite de la Marina tailandesa que murió durante la operación de rescate.

Visitas al museo

Los días laborables, cientos de turistas, principalmente de Tailandia y la vecina Myanmar, visitan el museo y el área que rodea la cueva. Los fines de semana la cifra supera el millar.

Se prevé que el número se dispare cuando la cueva, que permanece cerrada por razones de seguridad, sea reabierta. Se desconoce cuándo las autoridades locales reacondicionarán la gruta para que se vele la seguridad de los turistas visiten su interior.

Alisa Boonmee, una turista de la provincia nororiental de Udon Thani, resume el sentir de muchos: "No puedo esperar a que abran la cueva al público para poder explorarla. Quiero ver cómo es realmente".

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