El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, anunció que hay un total de 1.700 muertos, 3.408 heridos y 300 desaparecidos por el terremoto que sacudió el viernes el centro-norte de Birmania (Myanmar), según le ha informado la junta militar. El terremoto de magnitud 7,7 ha causado graves daños en el centro-norte del país, donde se decretó el estado de emergencia. El portavoz de la junta, Zaw Min Tun, informó de estas cifras por mensajería móvil tras realizar un inusual llamamiento a la ayuda internacional por el fuerte seísmo, que también ha causado fallecidos y daños en la vecina Tailandia.
El régimen castrense, que detenta el poder en Birmania desde el golpe de Estado de 2021, publicó las cifras en un comunicado divulgado por el canal de Telegram del servicio nacional de radio y televisión (MRTV), después de informar horas antes de casi 700 muertos solo en la región de Mandalay, entre las más afectadas..
Según los medios locales, el jefe de la junta birmana se acercó en Naipyidó a zonas con edificios derruidos por el seísmo, cuyos efectos devastadores empeoran la crisis debido al conflicto armado en el país. El temblor se registró hoy a las 12:50 hora local (6:20 GMT) a 10 kilómetros de profundidad en la región birmana de Sagaing y el epicentro se situó a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad del país asiático con 1,2 millones de habitantes, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos, que mide la actividad sísmica en todo el mundo.
Las fuerzas armadas que detentan el poder en Birmania desde el golpe de Estado de 2021, que sumió al país en la semianarquía y el conflicto, han declarado el estado de emergencia en seis zonas del país: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó y Bago. La junta militar hizo el viernes una inusual petición de ayuda tras declarar el estado de emergencia. El relator de Naciones Unidas para Birmania, Tom Andrews, advirtió que la junta militar usa como "arma" la ayuda militar y pidió a la comunidad internacional canalizarla a través de la oposición democrática, encabezada por el autodenominado Gobierno de Unidad Nacional, y los grupos étnicos opuestos al Ejército.
El potente terremoto se sintió también en países vecinos como China, India y Tailandia, en cuya capital, Bangkok, causó al menos 18 muertos y 78 desaparecidos tras derrumbarse tres edificios en construcción.