Rusia y Estados Unidos han comenzado a mover ficha para acabar con la guerra en Ucrania, aunque sin contar con Volodímir Zelenski en las negociaciones. Han sido, en este sentido, los jefes de las diplomacias estadounidense y rusa, Marco Rubio y Serguéi Lavrov, quienes iniciaron este martes en Riad la primera reunión a alto nivel desde hace más de tres años para normalizar las relaciones bilaterales y asentar las bases para negociar el final del conflicto.
Rusia enfrenta estas negociaciones con la sartén por el mango y la ventaja de que Donald Trump no pretende incluir a Ucrania en las negociaciones, al menos de momento, algo que el país no se ha tomado nada bien y su presidente ha asegurado que no aceptará ningún acuerdo del que no hayan formado parte.
Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, es ahora el hombre fuerte de Putin -con décadas de experiencia en esta cartera- y el que se encargará de barrer para casa todo lo posible en sus conversaciones con el recién nombrado Marco Rubio. El ruso está acompañado del asesor de Putin para Asuntos Internacionales, Yuri Ushakov, mientras que el estadounidense viaja a Arabia Saudí con el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz.
Lavrov ya tiene experiencia en las negociaciones con EEUU en esta guerra, pues fue quien lideró las conversaciones a principios de 2022, antes del inicio de la guerra, y durante los meses posteriores.
Ahora, Rusia apuesta por pedir a EEUU que retire las sanciones contra el país por la guerra a cambio de acuerdos económicos beneficiosos para ambos en territorio ruso. Lavrov es el primer interesado en que estas sanciones terminen, pues el patrimonio de su hija en Inglaterra se "congeló" como parte de las mismas en 2022, poco después del inicio de la contienda.
Polina Kovaleva, de 28 años, es influencer y compró un piso de lujo de cinco millones de euros, al contado, cuando tenía 21. El inmueble se encuentra en el exclusivo barrio londinense de Kensington. Kovaleva es hija de Lavrov y la actriz y restauradora Svetlana Polyakova, una relación extramatrimonial.
20 años en el pulso internacional ruso
Lavrov cumplió en 2024 dos décadas años en el cargo, período en el que ha tenido que salvar la cara del Kremlin en numerosas ocasiones, hasta el punto de que su prestigio como diplomático se ha visto seriamente dañado.
En occidente se le acusa de subordinarse completamente al partido de la guerra del Kremlin, sin dejar espacio para el compromiso diplomático.
"Rusia nunca ha renunciado a las negociaciones", no ha parado de repetir, mientras culpa a la OTAN de ser responsable directo de la situación actual.
Nacido en 1950 en Sri Lanka, comenzó su carrera bajo la URSS y alternó varios cargos en el Ministerio de Exteriores, incluido el de número dos de la cartera, hasta que en 1994 retornó a Naciones Unidas para encabezar la delegación rusa en Nueva York durante una década.
Michael McFaul, antiguo embajador de EEUU en Moscú, ha dicho que "Lavrov es un misterio para mí (…) Es inteligente, un diplomático de talento. Sabe mucho sobre el mundo y Estados Unidos".
En 2004, Vladímir Putin lo nombró jefe de la diplomacia rusa en sustitución de Ígor Ivanov, exembajador en España. Desde entonces no ha dejado el cargo, incluso entre 2008 y 2012, cuando Dmitri Medvédev fue presidente de Rusia.
EEUU "comprende" a Rusia
Tras el referéndum sobre el estatus de Crimea de marzo de 2014, Lavrov propuso que Ucrania fuera independiente de cualquiera de las dos opciones, que la lengua rusa fuera reconocida oficialmente y que la constitución se organizara de acuerdo con las líneas federales.
Ahora, más de diez años después y 3 de guerra, el ministro considera que "hay motivos para creer que la parte norteamericana ha empezado a comprender mejor nuestra posición".