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Internacional

El primer ministro húngaro indigna a los políticos alemanes al acusar a Merkel de "métodos nazis"

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, aprovechó un programa de radio en el que participaba este lunes para comparar los métodos de Angela Merkel con la política desarrollada por Adolf hitler en la Segunda Guerra Mundial. Sus declaraciones venían a contestar a una frase de la canciller alemana en el Foro Europeo de la pasada semana en la que ella misma rompía una lanza a favor de Hungría, y decía en tono irónico que "se hará todo lo posible por llevar al país por el buen camino, pero no enviaremos ahora mismo a la caballería". 

En lugar de agradecer la ironía de Merkel, el primer ministro rememoró la ocupación nazi de territorio húngaro en 1944, la 'Operación Margarethe', diciendo que "los alemanes ya enviaron en una ocasión a la caballería, y fue en forma de tanques. Les aconsejaríamos que no volvieran a hacerlo, fue una mala idea entonces y tampoco funcionaría ahora". 

De esta manera Orban ha puesto de acuerdo a todos los grupos políticos de su país pidiendo represalias por tal atribución a la canciller alemana, y el propio ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha calificado las palabras del húngaro como "una lamentable salida de tono que claramente rechazamos". Los verdes y socialdemócratas van más allá y piden una condena más clara para Orban por parte de Merkel. "Estoy seguro de que entendió muy bien que la canciller estaba mandando un guiño irónico a Hungría, pero sus tendencias populistas ni siquiera evitan un ataque semejante contra su compañera de partido", declaraba Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, recordando que tanto Fidesz como CDU están en el grupo de centro derecha en el parlamento de Estrasburgo. 

Las últimas actuaciones del partido de Orban, con el creciente control de los poderes legislativos, judiciales, económicos, y también en los medios de comunicación, provocan que desde Bruselas se pidan sanciones e incluso que Hungría salga de la Unión Europea. La canciller intentaba demostrar la semana pasada que es contraria a esta exclusión y que confía en que no sea necesaria una intervención europea para poner al primer ministro en su sitio.  

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