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Internacional

Joe Biden, el equilibrista que busca domar a la izquierda en EEUU

El exvicepresidente durante la etapa de Obama al frente de la Casa Blanca se enfrentará a Trump en las elecciones de noviembre

Joe Biden, candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos

El exvicepresidente y "amigo" de Barack Obama (2009-2017), Joe Biden, hizo imponer su experiencia y moderación para presentarse como el candidato demócrata ideal para batirse al presidente de EEUU, Donald Trump, en las elecciones de noviembre, a lo que suma la histórica selección de Kamala Harris como compañera de fórmula.

Después de que su campaña se diera prácticamente por muerta en febrero, Biden resurgió de las cenizas con una gran victoria en Carolina del Sur y arrasar en el llamado "supermartes" en los estados sureños de Alabama, Oklahoma, Tennessee, Virginia, Carolina del Norte y Arkansas.

"Estoy aquí para informarles: ¡Estamos muy vivos! No se equivoquen al respecto", exclamó en marzo un eufórico Biden en un mitin en una cancha de baloncesto en uno de los barrios más peligrosos de Los Ángeles, Baldwin Hills.

"Hace solo unos días -continuó- la prensa y los tertulianos declararon esta campaña muerta (...) Estamos creando una campaña que puede unir al partido y batir a Donald Trump".

El amigo de Obama y compañero de Harris

Biden, de 77 años, esgrime con insistencia sus ocho años al lado de su "amigo" Barack Obama en la Casa Blanca, como la guinda a una dilatada trayectoria política en el Senado de EEUU (1973-2009).

Suele recordar, además, sus orígenes humildes en Scranton (Pensilvania) -su padre era vendedor de automóviles- en pleno corazón del cinturón industrial, que en 2016 dio la espalda a los demócratas y se decantó por Trump.

Con ello busca apelar a dos sectores demográficos que serán claves en las elecciones de 2020: la comunidad afroamericana y los votantes blancos de clase trabajadora, cuya confluencia permitieron las holgadas victorias del demócrata Obama en 2008 y 2012.

A ello se sumará su histórica selección de Kamala Harris, senadora por California, como su compañera de fórmula presidencial.

"Tengo el gran honor de anunciar que he seleccionado a Kamala Harris -una intrépida luchadora por el ciudadano de a pie, y una de las mejoras funcionarias públicas- como mi compañera de candidatura", dijo Biden al revelar la decisión.

Harris, de 55 años, es la primera mujer afroamericana y de ascendencia asiática en ser nominada a la Vicepresidencia por uno de los dos grandes partidos, y con la que Biden busca aportar energía a su imagen de curtido y veterano político.

Moderar al izquierdismo

En las primarias progresistas el aspirante presidencial demócrata tuvo que hacer frente a un adversario interno insospechado hace apenas una década: el fulgurante ascenso del ala más izquierdista dentro del partido encarnada por el senador Sanders, que le acusa carecer de la valentía para enfrentarse a los poderes establecidos, como el financiero de Wall Street, y de no querer llevar a cabo los cambios estructurales que requiere el país.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las estrellas progresistas en ascenso y que hace campaña por Sanders, ha reconocido la creciente grieta en el seno de los demócratas al asegurar que "en cualquier otro país sería impensable" que Biden y ella estuviesen "en el mismo partido político".

El exvicepresidente, por su parte, se ha encargado de reforzar su imagen de pragmático moderado, en contraste con la ambiciosa propuesta de Sanders de implementar un sistema de sanidad universal en EEUU

Precisamente, Sanders y Ocasio-Cortez, que han reconocido sus notables diferencias con Biden, han reconocido que lo principal ahora es sacar a Trump de la Casa Blanca y mostraron su apoyo explícito con intervenciones esta semana durante la convención.

Carisma "virtual"

El carisma es otro de sus puntos fuertes, algo que demuestra en sus cálidas y espontáneas interacciones con los ciudadanos, pero la inusual situación derivada de la pandemia del coronavirus supone un obstáculo.

Biden no realizará ningún acto masivos de campaña fuera de Wilmington (Delaware), localidad en la que reside, y ha concentrado todos sus esfuerzos en desarrollar de una campaña virtual constante.

Lo que ha favorecido, paradójicamente, controlar una de sus principales marcas de la casa: sus frecuentes meteduras de pata verbales.

"Soy una máquina de pifias. Pero, por Dios, qué cosa maravillosa comparada con un tipo que no puede decir la verdad", ironizó a finales del pasado año al compararse con Trump.

Una de las noches de campaña de las primarias llegó a confundir antes de empezar a hablar a su mujer, Jill Biden, y su hermana, Valerie Biden.

Pero también ha estado en la vanguardia de su partido y ha espoleado cambios que ahora enorgullecen a su partido: en 2012, afirmó que se encontraba "absolutamente cómodo" con el matrimonio homosexual, lo que forzó a Obama a acelerar su apoyo explícito a esas uniones y contribuyó a su legalización final por parte del Tribunal Supremo en 2015.

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